El deporte gusta porque halaga la avaricia,
es decir, la esperanza de poseer más.
Montesquieu
A punto de iniciar el último cuarto de este año, las actividades cotidianas no se detienen, todo se mueve con mucha prisa, así las actividades económicas, por ejemplo, los comerciantes, entre otros tantos prestadores de servicios, lo hacen evidente, pues apenas desaparecieron las banderas de las fiestas patrias cuando ya hay publicidad para el Día de Muertos y el Halloween, en algunos casos ya se manifiestan las festividades del fin de año. En este sentido, muchos ya hasta hacen cuentas para cuando llegue el aguinaldo; en fin, inevitable el avance del calendario.
Justamente en este contexto de lo temporal, caminaba para llegar a la reunión con mis amigos, como lo hemos acostumbrado cada fin de mes; en coincidencia, llegamos prácticamente de manera simultánea al lugar donde disfrutamos de nuestra infaltable taza de café y de la amena charla entre nosotros. Ubicados en el lugar acostumbrado, después del saludo y el abrazo, así como con el café ya servido, nos dispusimos a iniciar los comentarios de la tarde.
Permítanme un momento -habló el amigo de la bonanza, al mismo tiempo de que sacaba de su portafolios una muy moderna computadora-, solo me tomará un par de minutos para solicitar mis boletos de asistencia al Mundial de Voleibol, que como bien saben se llevará al cabo aquí en nuestro estado, por eso me encuentro muy satisfecho por la celebración de este tipo de eventos.
Mientras se conectaba, aprovechó la oportunidad el amigo de las inconformidades constates, diciendo: como siempre, presumiendo de las cosas que haces, sin embargo, esta vez te puedo cuestionar, como lo hago casi siempre, que, en primera, tú no sabes nada de deportes, mucho menos de una disciplina que debe tener reglamentos, al menos para mí desconocidos, más bien creo, como fue en el evento similar pasado, solo te movió la morbosidad de ver a las deportistas en sus minúsculos uniformes y, por supuesto, de tomarte unas fotos para el recuerdo.
Me parece que las divergencias en las opiniones ocurren en todas partes y entre muchas personas, entre el acuerdo y el desacuerdo por la realización de este tipo de eventos al que, me parece, se han convocado a un gran número de participantes, entre deportistas, árbitros, espectadores, organizadores, bueno, cuando menos así lo dicen los números, pues se han considerado la participación de más de treinta países y 196 atletas, así como la asistencia de 18,500 a los juegos, repartidos en las cuatro sedes donde se realizarán los partidos, y bueno, aunque no me gusta ese deporte, tal vez me anime a comprar unos boletos para los juegos de la primera ronda.
Ya te contagiaron -retomó la palabra quien le había precedido-, aunque a ti te justifico, pues siempre te ha gustado conocer nuevas formas de las prácticas deportivas, dicho de otra manera, te gusta el ejercicio más que la práctica de algún deporte; ni modo, como yo no tengo dinero para boletos, pues me iré a jugar una partida de billar, ya después me platicaras de tu experiencia.
Listo, he terminado -tomó la palabra el amigo de la inmejorable posición económica-, ahora sí, ¿de qué vamos a hablar? Cuando terminó su pregunta todos esbozamos una leve sonrisa, pues el tema ya lo habíamos agotado, sin embargo, aprovechamos para pedirle, si los hubiera, un souvenir del evento, respondiendo que así lo haría…
Nos hemos olvidado de algo muy importante -dijo el amigo de la beligerancia-, pues nos enfocamos al asunto deportivo y hay otras cosas que se deben considerar, por ejemplo, la importancia que tendrá para quienes nos visiten el encontrarse con las comodidades que se les deben ofrecer; pero además, como si fuera una fiesta en casa, arreglar los desperfectos y cambiar la imagen de los espacios que habrán de ofrecer los anfitriones, en este caso, los tlaxcaltecas; de entrada -prosiguió- ya veremos los padecimientos sobre los lugares de hospedaje, pues, desde mi punto de vista, no se tiene la infraestructura suficiente para instalar a los visitantes que así lo requieran; por otro lado, ojalá la Profeco esté atenta para sancionar a quienes abusen en la prestación de sus servicios, en especial los oferentes de alimentos, pues así como ocurrió en el evento anterior, muchos inflaron sus precios a tal grado que cobraban como si sus expendios fueran de primerísimo nivel, dejando para la critica de muchos asistentes a los juegos.
Tienes razón -exclamó el amigo de la cordura-, hay mucho por mejorar, pues así como se presume la asistencia de miles de personas, también habrá que vigilar otros aspectos, por ejemplo, el de las vialidades, pues serán muchos días donde transitar por la ciudad será un verdadero caos, tal vez eso pueda pasar en las otras sedes, pero aquí en la capital, tan solo por cerrar algunas de las principales calles, todo se convierte en conflicto; luego entonces, el evento del voleibol no se limita solo a lo deportivo, sino además, a la imagen que será vista por muchas personas, por lo tanto, las autoridades hagan valer, con su trabajo, lo que se presume y no nos llenemos de críticas por la pésima organización que se demuestre al exterior de los juegos. Ojalá se pueda escuchar que en Tlaxcala las cosas se hacen bien, espero no equivocarme -concluyó.
Interrumpí al grupo para decirles: lo siento, pero el tiempo y el espacio nos obligan a cambiar de tema y a saborear una nueva taza de café, acordando en lo general esperar hasta el final de tan magnificado torneo, para después hacer la evaluación que corresponda y, en su caso, cuestionarlo…