Solamente aquel que construye el futuro
tiene derecho a juzgar el pasado.
Friedrich Nietzsche
Obstaculizada por quienes se dicen defensores de los trabajadores, se encuentra la iniciativa del Ejecutivo para mejorar las condiciones de quienes están por concluir, o ya concluyeron, su vida laboral, ajustada a un periodo de 30 años como mínimo, sin embargo, los criterios utilizados por algunos “representantes” del pueblo, bajo argumentos que suponen, según los que hacen una denostación de la propuesta, de que se pretende el aprovechamiento de los recursos operados por las Afores y utilizarlos para otros fines, específicamente los electorales.
En este sentido, existen otros opositores que, en su momento, avalaron la privatización de las pensiones y, por supuesto, la afectación de los trabajadores con las raquíticas cantidades que reciben en la actualidad, dinero que les permite, muy apuradamente, sobrevivir en condiciones llenas de penurias; justamente, así lo hizo la otrora “poderosa” Confederación de Trabajadores de México (CTM). A pesar de la experiencia, la Confederación, hoy representada en el Congreso por el senador Carlos Aceves del Olmo, no está de acuerdo en beneficiar a los trabajadores, pues en su discurso asegura que la reforma pensionaria atentaría con la seguridad financiera de quienes están próximos al retiro, evidentemente se nota una defensa a ultranza de las Afores; sin importarle la situación de pobreza y abandono que viven miles de trabajadores de México.
Con este tipo de posturas no hay manera de negar el tinte político que se le abona a la aprobación de la reforma pensionaria, como tampoco la propuesta de involucrar a los empleadores, trabajadores y sindicatos para que se integren las opiniones y participaciones en aras de mejorar el sistema de pensiones, ignorando no solo los procedimientos legislativos, sino además la propuesta de cambio en favor de los trabajadores.
En este mismo orden de ideas, los partidos de la actual oposición afirman que, de aprobarse la iniciativa, se trataría de un robo en despoblado, por lo que interpondrán acciones de inconstitucionalidad respecto de los fondos que manejan las Afores al referir que éstas son de carácter privado.
Con estas declaraciones se confirma el dicho de que los sujetos menos importantes para los opositores son los trabajadores, porque son ellos los beneficiarios directos con las pensiones que, sin duda, esperan la vigencia de la reforma para retirarse dignamente y puedan vivir sin limitaciones.
De alguna manera, la opinión más importante, así se considera, son los trabajadores, en independencia a la institución o empresa en la que hubiere prestado sus servicios y que, en un momento dado, cumple con los requisitos, edad y tiempo de servicios, para hacer la solicitud correspondiente y poder recibir su pensión, además, son los que anhelan se autorice la reforma, con el interés personal de vivir lo mejor posible en recompensa por los tantos años de trabajo.
Los beneficios por la reforma deben ser, en una primera parte, el recibimiento de lo ahorrado que se encuentra en manos de una afore, ese ahorro debe entregarse de manera inmediata, desde luego, sin omisión de los procedimientos y documentales necesarios. La realidad, no lo puede negar la oposición, las administradoras del ahorro se han tardado hasta dos años para entregar el dinero a quien le corresponde; se han dado casos de que el trabajador padece una enfermedad o muere y el dinero se queda en manos de la administradora del fondo.
Por otro lado, los estados de cuenta, también sujetos a cuestionamientos, han dejaron de entregarse a los trabajadores sin motivos aparentes, de cualquier forma, cuando se entregaban eran tan imperfectos e inentendibles, que cuando se pretendía hacer una solicitud en la oficina de la Afore, solo se recibía el comentario de que todo lo ahí descrito se recibiría en el momento de pensionarse; entonces de que sirve tener un documento en físico si no se sabe interpretar como es; por ejemplo, hay un concepto que es el de la vivienda, sin poderse ocupar, aun cuando se tiene una casa adquirida en el Fovissste o Infonavit, cuando, se supone, con ese dinero se puede adelantar en los pagos o en algunos casos hasta liquidarla, esto es lo que se le debe exigir a las Afores, que rindan cuentas de todo el dinero que tienen, miles de millones de pesos, y que transparenten las ganancias que les deja ese dinero por intereses generados y que obviamente manejan los mismos bancos.
Finalmente, se debe entender, para quienes se encuentran en los umbrales de lograr una pensión, estarían satisfechos de retirarse y de recibir un pago equivalente al que se recibía cuando se encontraba prestando sus servicios o su fuerza de trabajo, por supuesto que eso es muy alentador, pues no solo queda ese beneficio en el trabajador sino, además, en su familia, traducido en bienestar y tranquilidad en su calidad y nivel de vida, por lo tanto, no es solo criticar la reforma en sí misma, por el contrario, se debe hacer un análisis, con mucho sentido humano, de los beneficios que supone la reforma a los sistemas pensionarios, así como de la creación del fideicomiso que será fundamental entre los nuevos trabajadores, la reestructuración del sistema que operan la afores, la transparencia en el uso del dinero y, sobre todo, que la vida de millones de trabajadores tendrán nuevas oportunidades al aprobarse la reforma pensionaria.