/ viernes 19 de julio de 2024

Anatomía de lo social / ¿Vacaciones?

Los que saben ocuparse en cualquier

lectura útil y agradable, jamás sienten el

tedio que devora a los demás hombres

en medio de las delicias.

Fénelon


En una interpretación, poco cercana a la realidad, acerca del espacio de tiempo que se tiene en este periodo de verano, las actividades cotidianas para la gente común siguen siendo las mismas, el trabajo no ha sido abandonado por estas circunstancias, al contrario, todo pareciera indicar que se han multiplicado, evidenciado en el movimiento de la colectividad, obreros, burócratas, en algunos casos, los que se desempeñan en los ámbitos educativos, pues se encuentran en periodos de capacitación y actualización, en fin, no se puede decir entonces que se trata de vacaciones como las de Semana Santa y de fin de año, donde la mayoría de las personas sí disfrutan de tiempos para divertirse, descansar o reflexionar sobre las vicisitudes de la vida; luego entonces este receso no se puede llamar vacaciones.

No solo la sociedad sigue sometida a la vorágine de las cosas, también la naturaleza hace lo suyo, en algunos lugares, como en el estado y la Ciudad de México, hace un par de días por atender asuntos particulares, mi estancia se afectó por un torrencial aguacero que inmovilizo a las personas, se detuvo el comercio, el transporte, y se tuvieron que suspender las salida y regresos a los lugares de procedencia; aunque parezca incongruente el comentario, sí fue útil para observar cómo se trastocaron los planes de quienes pretendían hacer cosas diferentes; además, en ese conflicto provocado por la naturaleza se pudo observar la inoperancia, como ocurre también por estos lares, de las autoridades de vialidad, propiciando embotellamientos que detuvieron el tránsito hasta por más de tres horas, así como de quienes, parecía, se iban de “vacaciones”.

En independencia a las definiciones del periodo, se puede decir que los mayormente beneficiados son aquellos que de una u de otra forma concluyeron un ciclo escolar y que ahora se encuentran disfrutando en los cursos de verano, sin embargo, no todos han tenido la misma fortuna, pues hay quienes por falta de dinero y de oportunidades se encuentran realizando otras tareas que les son inherentes en el ámbito familiar, bien participando en el negocio, trabajando en un taller, hasta realizando mandados para juntar dinero para el siguiente ciclo escolar, en este sentido, tampoco se puede decir que están gozando de sus “vacaciones”.

Otros, quienes seguramente no están en condiciones de disfrutar de este periodo en virtud de sus respectivas labores, son los padres, especialmente las mamás, pues sin contar con los recursos para que los hijos se ocupen en lo que fuere, siempre y cuando se encuentren entretenidos, se quedan con la preocupación respecto de que harán los hijos en casa si son en extremo hiperactivos, por no decir latosos, y cualquier ocurrencia la convierten en travesura, hasta el límite de causarse o causar algún daño, sin duda, esta es una preocupación surgida en este periodo.

En otros tiempos, cuando las familias tenían muy en claro que el trabajo fuera de casa era exclusivo para los hombres, las mujeres se encargaban de recibir a los sobrinos o los hijos de los amigos sin ninguna preocupación, parecía un mundo feliz y de armonía, pues las relaciones entre los primos o los amigos quedan sujetas a un mundo de juego y diversión especial, sin la necesidad de buscar otros espacios; ahora, en estos tiempos, salvo sus raras excepciones, todavía quedan algunas familias con esas costumbres, desafortunadamente, ahora hombres y mujeres trabajan por igual, sin tener la oportunidad de recibir a nuevos integrantes, parcialmente habilitados en el círculo familiar, con el fin de convivir y pasar algunos días de descanso.

Más allá de las limitaciones, ya sea por dinero o por trabajo, todavía quedan algunas posibilidades para buscar algunas alternativas que ayuden a enfrentar este, aunque breve, espacio de tiempo, que nada tiene de “vacaciones”, ojalá, si se pudiese, impedir, prohibir, exigir, que la tecnología usada en los celulares o en otro tipo de equipos similares, no sean solo la forma de que los “vacacionistas” ocupen todo el tiempo libre que tienen en estos momentos, mejor hay que alentarlos para que realicen otro tipo de actividades; por ejemplo, la práctica de algún deporte, cuyos beneficios se extienden a la salud, a disfrutar del tiempo libre, de los espacios naturales, de los afectos personalizados, al final los efectos se convierten en acciones que causan efectos positivos.

Sin necesidad de dinero, se pueden visitar en Tlaxcala lugares llenos de historia, que cuando se miran, la imaginación los convierte en realidades, al involucrarse en esos acontecimientos que nos posicionan en un ámbito muy amplio de la cultura y del saber. Por otro lado, si no se puede salir de casa, queda otro elemento muy importante para el desarrollo intelectual de las personas, la lectura, para eso solo se necesita, tener un libro y el interés por conocer todo aquello que se encierra en sus palabras, por supuesto que todo tiene un precio que se traduce en conocimiento, así es que, para quienes se quedan en casa, hay que motivarlos para que se pasen algún tiempo de sus “vacaciones” dedicados al placer de la lectura.