Aunque no sea más que por el misero
afán de descansar, debéis trabajar.
E. W. Stevens
A partir del origen de la palabra, derivada del latín vans, que proviene del verbo “vacare” y cuyo significado se refiere a estar desocupado, encontrarse libre o al periodo de tiempo en que no se realizan actividades, también se entiende por estar desocupado o la suspensión de la rutina cotidiana. Bajo esta premisa, cada quien, de acuerdo con su particular interpretación, le da sentido a este espacio de tiempo en los calendarios escolares y laborales, desde luego también de aquellos que se encuentran bajo estos supuestos. De alguna manera, para los afortunados el tiempo se acorta y en breve deberán regresar a los espacios correspondientes, es decir, a la escuela o al trabajo.
Más allá de las características respecto del significado, también se guardan las condiciones para el merecimiento de estos espacios en las actividades, por ejemplo, aquellos que trabajan en una empresa o en alguna dependencia del gobierno, de acuerdo con sus condiciones contractuales, tienen derecho a disfrutar de estos merecidos descansos, además de recibir, en muchos casos, el beneficio de una prima vacacional o bien el pago correspondiente a pesar de no haber laborado en este contexto de tiempo, por estas razones las vacaciones son esperadas con vehemencia, para poder realizar cualquier otro tipo de actividades ajenas a las rutinas de cada uno de los beneficiarios.
Desde otra perspectiva, ya comentada en colaboraciones anteriores, las vacaciones tienen en sí mismas la posibilidad de fomentar la convivencia familiar, sin embargo, en la actualidad el avance de la tecnología nos ha llevado a otros ambientes, ajenos a la esencia lógica de otros tiempos; también de acuerdo con los grupos de edad a la que se pertenece, dicho de otra manera, los niños, niñas y jóvenes, en su mayoría, pareciera que disfrutan más en la intimidad, solo con la compañía única de un teléfono celular o de una computadora, lo que propicia un distanciamiento emocional y afectivo con la familia; esta ruptura, o vínculo, con el entorno se da en este tiempo de vacaciones.
En otra interpretación, este periodo puede ser considerado como como un descanso en las actividades habituales, principalmente en el trabajo remunerado, es entonces que el disfrute de cambiar de la rutina a la aparente ociosidad es cuando muchos se dedican a realizar limpieza general en los domicilios, para modificar algunas cosas que lo necesitan, por ejemplo pintar la casa, cambiar de lugar los muebles, hacer algunas reparaciones menores en las instalaciones del agua, la luz o el gas, en fin, esta parte donde las vacaciones se traducen en más trabajo.
En términos formales, los periodos de receso en las actividades tienen que ver con los tiempos de servicio, dicho de otra forma, cuando un trabajador ha cumplido los tiempos establecidos en la ley, tendrán derecho a disfrutar de este beneficio, sin embargo, los que no han laborado por un periodo determinado, digamos menos de un año, no tienen este derecho, aunque hay patrones que les conceden la posibilidad sin importar los tiempos laborados.
Las vacaciones son el periodo de descanso que todos los trabajadores esperan cada año, es la oportunidad de lograr un respiro en la rutina laboral y fomentar la convivencia familiar. En adicional, se supone, dicho en algún discurso del gobierno, que los trabajadores tendrían 15 días de descanso por cada año de servicio; tal vez se quedó como una promesa, pues hasta ahora no se sabe nada al respecto. Los afortunados, por tener el derecho a estos días de asueto, además del dinero suficiente, han podido combinar u organizar sus tiempos, los que se ocupan para viajar, ya sea en solitario o en familia; en el primer caso, se sabe de algunas personas que no solo se desvinculan del trabajo, sino también de la familia, y prefieren pasear de manera solitaria bajo el argumento de poder distraerse y olvidarse de todo aquello que le recuerde sus obligaciones.
Para quienes prefieren la compañía, los viajes, en independencia del lugar, si cumplen con el propósito primario, originalmente en su propia naturaleza, de aprovechar para fortalecer las relaciones interpersonales, en primera instancia con la familia, en otros casos con el grupo de amigos y hasta compañeros del mismo trabajo, el paseo en grupo, entonces, bajo estas circunstancias, se hace a un lado todo aquello que tenga que ver con el uso de aparatos que las compromete.
Después del suspiro en los descansos, como suele ocurrir, en algunos casos se queda la añoranza de lo disfrutado, pero con el pensamiento de esperar el siguiente periodo de “vacaciones”.