Tenemos que partir de los derechos que tutela la Constitución como lo es el de la educación, si queremos tratar el tema de la deserción escolar que se incrementó con la pandemia de manera significativa.
Hablar de la igualdad de oportunidades, hablar de la ética como rectora de las acciones del gobierno para ofrecer la equidad de oportunidades, porque los jóvenes que desertan actualmente de la escuela están constreñidos a la brutal dicotomía de opciones, formar parte de las bandas del hampa o unirse a la concentración de riqueza de las cúpulas económicas nacionales o extranjeras, con salarios tan precarios que solo aseguran un estatus de sobrevivencia y pobreza permanente.
La obligación Constitucional de brindar educación a los jóvenes es jurídicamente vinculante, este precepto obliga a las autoridades de los distintos niveles de gobierno a cumplir con este mandato, al igual que a las autoridades educativas, este derecho ha de cumplirse y construirse con todos los atributos existentes como el conocimiento y la cultura que dan sustento a la calidad educativa, con la que debemos enriquecer el perfil de los jóvenes para que enfrenten las siguientes etapas con elementos que permitan mejores ingresos y su desarrollo profesional y social.
El cumplimiento cabal en el otorgamiento de este derecho le cambia la suerte y el rumbo a los jóvenes, los hace visibles, seguros, sujetos plenos de derecho, los incorpora a la vida laboral y social con elementos para que participen en mayores condiciones de igualdad.
La actividad institucional que puede albergar las distintas acciones preventivas para evitar, disminuir o paliar la deserción escolar es la organización y gestión escolar.
Identificar y distinguir a los alumnos sujetos de estos programas preventivos es la tarea base porque define el campo de acción sobre el que se van a aplicar todos los programas preventivos a instrumentar.
Las características por las cuales se van a identificar a los sujetos de atención deben definirse como primera instancia cuando ya se tiene identificado el universo sobre el que se va a trabajar.
Todo alumno que se identifica con las características definidas como susceptibles son: perfil inadecuado o inconsistente para ser alumno regular en los siguientes niveles educativos y por su calidad educativa previa, esto se identifica con las evaluaciones el ingreso.
Los comportamientos cotidianos de los alumnos en su desempeño escolar, señalan quienes son sujetos de aplicación del programa de apoyo a la posible deserción escolar.
Los promedios educativos de aprovechamiento escolar es también una característica que define la dicotomía, de ingreso o no, al grupo de respaldo en esta tarea.
Por tanto, se debe diseñar, una ecuación simple, de sumas de las evaluaciones determinadas y aplicadas al total de alumnos confirmando el universo a atender.
La etapa de atención especializada para reforzar el aprovechamiento escolar de todos los alumnos empieza desde las actividades de promoción, selección e ingreso de los alumnos, a partir de los requisitos establecidos para aceptar que a los aspirantes presenten su examen de admisión, así como la elaboración y contenido del examen de admisión, es recomendable la severidad en la aplicación y condicionamiento de acceso a los alumnos de nuevo ingreso.
Depurar y mejorar el proceso social educativo para reforzar las actividades de selección e ingreso de los alumnos al plantel educativo, dando mejores resultados al reto que significa una mejora sustancial al reto del ingreso a la sociedad del conocimiento.
Ciudad de México. En lo que va del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se han registrado “mínimos históricos” de deserción tanto en bachillerato como en nivel superior, informaron funcionarios del sector educativo en la mañanera de este jueves.
Al presentar cifras sobre ese indicador, la subsecretaria de Educación Media Superior de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Nora Ruvalcaba Gámez, señaló que para evitar la deserción ha sido significativo el programa de Becas para el Bienestar “Benito Juárez García”.
“Se ha disminuido a su mínimo histórico el índice de abandono escolar” en este grado académico, sin embargo no explican qué porcentaje se recuperó de la deserción que provocó la pandemia.
Comparó el ciclo escolar 2018-2019 (cuando inició la actual administración federal) la deserción en el nivel medio superior fue de 14.2 por ciento, mientras que para el ciclo escolar 2022-2023 se colocó en 8.7 por ciento.
En tanto que el ingreso al bachillerato ha crecido, pues en 2018 por cada 100 estudiantes que terminaron la educación básica ingresaban 66 a media superior, en tanto que en el más reciente ciclo fueron 84 de cada centenar.
El problema
La ANUIES es la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior que, como su nombre lo indica, agrupa a las principales instituciones públicas y algunas privadas, de la educación superior de México.
De acuerdo con el informe de la ANUIES, la educación superior en el siglo XXI, el promedio nacional de eficiencia se ubicaba en el 39 %, cifra menor a la que se tenía un poco más de una década atrás: entre los ciclos de 1981-1982 y 1993-1994, la eficiencia terminal promedio de las Instituciones de Educación Superior (IES) a nivel licenciatura era cercana al 54 % (OCDE, 1997, p. 119). Es decir, se observa una tendencia a la reducción de la eficiencia terminal o, si se ve de modo invertido, la deserción educativa va creciendo y debe atenderse con rigor, pero, con alta sensibilidad. La eficiencia terminal se reconoce como la proporción de egresos con respecto a los ingresos por generación, de esta manera se busca comparar la capacidad del sistema educativo superior en la conclusión de los estudios de las poblaciones que se matriculan, crecimiento de las poblaciones que no concluyen sus estudios en la educación superior y que desde luego es necesario explicar.