/ miércoles 4 de septiembre de 2024

Día Internacional de las Mujeres Indígenas: Los desafíos que enfrentan

El Día Internacional de las Mujeres Indígenas es un momento propicio para reflexionar sobre los desafíos que enfrentan las mujeres indígenas en todo el mundo, aunque son portadoras de una rica herencia cultural y conocimientos ancestrales, su realidad está marcada por múltiples formas de discriminación y desigualdad.

A decir de la ONU mujeres, desde el año 1983 durante el segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América en Tiahuanaco, Bolivia, se instituyó el 5 de septiembre como la fecha para conmemorar a las mujeres indígenas. A pesar de su resiliencia y su lucha por la justicia, continúan enfrentando barreras significativas que obstaculizan su empoderamiento y su pleno desarrollo.

El Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) refiere que el papel fundamental que juegan los pueblos indígenas, y en especial de las mujeres indígenas, sigue siendo un aspecto invisibilizado o directamente negado a pesar de las evidencias fácticas sobre ello.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2023 la ENADID consideró en nuestro país la población hablante de lengua indígena a las personas de 3 años y más que declararon hablar alguna lengua indígena, se identificaron 7.4 millones de personas, 52.4 % mujeres y 47.6 % hombres.

¿Por qué menciono ese dato? Porque la mayoría de las personas hablantes de alguna lengua, son mujeres indígenas, quienes enfrentan múltiples tipos de violencias, niveles más altos de discriminación desde hace siglos, pobreza y limitado acceso a los servicios sociales, además de una representación insuficiente en la toma de decisiones en todos los niveles.

En este contexto, las tasas de violencia en contra de las mujeres indígenas son alarmantes, y más altas que las mujeres no indígenas, muchas veces carecen de acceso a servicios de salud y justicia, y están estrechamente vinculadas con las formas continuas e interseccionales de discriminación, esto según un informe de la ONU.

Pero no sólo eso, para las mujeres indígenas la brecha salarial es otro desafío que enfrentan, así como el acceso al empleo, según el Banco Mundial, las mujeres indígenas a menudo enfrentan tasas de desempleo más altas y salarios más bajos en comparación con las mujeres no indígenas, en algunos países, las mujeres indígenas ganan un 20 % menos que sus homólogos no indígenas por trabajos similares. La probabilidad de que una mujer de alguna de las etnias y que vive en una localidad rural sea contratada se reduce hasta 35 %, de acuerdo con el Informe mensual del comportamiento de la economía de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami).

En cuanto a la educación, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) advirtió sobre una crisis educativa en México, con más de 6 millones de personas menores de edad que no están inscritas en instituciones educativas y este fenómeno es más pronunciado en zonas rurales e indígenas.

No obstante, la situación política de las mujeres indígenas en países con mayoría es muy precaria, casi no hay representatividad en el Legislativo, Ejecutivo y Judicial, para lograr mayor participación de las mujeres e indígenas es necesario legislar, reformando las leyes electorales y de los partidos políticos.

Esta información permite reflexionar y dimensionar la problemática, así como conocer las necesidades de las mujeres indígenas para luego diseñar un plan de atención integral que considere, permita garantizar y, en su caso, restituir sus derechos.

Frente a ese panorama, y para combatir esas violaciones a los derechos de las mujeres indígenas, será imprescindible que las autoridades reconozcan, visibilicen y diseñen con urgencia las políticas públicas que sean necesarias, con sus presupuestos respectivos, para atender a ese sector poblacional, quien a menudo es el encargado de mantener vivas las prácticas tradicionales, desde la agricultura hasta las artesanías, y su contribución al bienestar de sus comunidades es invaluable.

Es necesario avanzar hacia la justicia social y la sostenibilidad, fortalecer políticas públicas, apoyar a organizaciones indígenas, desarrollar programas de capacitación en liderazgo y empoderamiento para mujeres indígenas, facilitar el acceso a recursos económicos, promover la creación de oportunidades y garantizar los derechos de las mujeres indígenas.


*Consejera de la CEDH


El Día Internacional de las Mujeres Indígenas es un momento propicio para reflexionar sobre los desafíos que enfrentan las mujeres indígenas en todo el mundo, aunque son portadoras de una rica herencia cultural y conocimientos ancestrales, su realidad está marcada por múltiples formas de discriminación y desigualdad.

A decir de la ONU mujeres, desde el año 1983 durante el segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América en Tiahuanaco, Bolivia, se instituyó el 5 de septiembre como la fecha para conmemorar a las mujeres indígenas. A pesar de su resiliencia y su lucha por la justicia, continúan enfrentando barreras significativas que obstaculizan su empoderamiento y su pleno desarrollo.

El Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) refiere que el papel fundamental que juegan los pueblos indígenas, y en especial de las mujeres indígenas, sigue siendo un aspecto invisibilizado o directamente negado a pesar de las evidencias fácticas sobre ello.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2023 la ENADID consideró en nuestro país la población hablante de lengua indígena a las personas de 3 años y más que declararon hablar alguna lengua indígena, se identificaron 7.4 millones de personas, 52.4 % mujeres y 47.6 % hombres.

¿Por qué menciono ese dato? Porque la mayoría de las personas hablantes de alguna lengua, son mujeres indígenas, quienes enfrentan múltiples tipos de violencias, niveles más altos de discriminación desde hace siglos, pobreza y limitado acceso a los servicios sociales, además de una representación insuficiente en la toma de decisiones en todos los niveles.

En este contexto, las tasas de violencia en contra de las mujeres indígenas son alarmantes, y más altas que las mujeres no indígenas, muchas veces carecen de acceso a servicios de salud y justicia, y están estrechamente vinculadas con las formas continuas e interseccionales de discriminación, esto según un informe de la ONU.

Pero no sólo eso, para las mujeres indígenas la brecha salarial es otro desafío que enfrentan, así como el acceso al empleo, según el Banco Mundial, las mujeres indígenas a menudo enfrentan tasas de desempleo más altas y salarios más bajos en comparación con las mujeres no indígenas, en algunos países, las mujeres indígenas ganan un 20 % menos que sus homólogos no indígenas por trabajos similares. La probabilidad de que una mujer de alguna de las etnias y que vive en una localidad rural sea contratada se reduce hasta 35 %, de acuerdo con el Informe mensual del comportamiento de la economía de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami).

En cuanto a la educación, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) advirtió sobre una crisis educativa en México, con más de 6 millones de personas menores de edad que no están inscritas en instituciones educativas y este fenómeno es más pronunciado en zonas rurales e indígenas.

No obstante, la situación política de las mujeres indígenas en países con mayoría es muy precaria, casi no hay representatividad en el Legislativo, Ejecutivo y Judicial, para lograr mayor participación de las mujeres e indígenas es necesario legislar, reformando las leyes electorales y de los partidos políticos.

Esta información permite reflexionar y dimensionar la problemática, así como conocer las necesidades de las mujeres indígenas para luego diseñar un plan de atención integral que considere, permita garantizar y, en su caso, restituir sus derechos.

Frente a ese panorama, y para combatir esas violaciones a los derechos de las mujeres indígenas, será imprescindible que las autoridades reconozcan, visibilicen y diseñen con urgencia las políticas públicas que sean necesarias, con sus presupuestos respectivos, para atender a ese sector poblacional, quien a menudo es el encargado de mantener vivas las prácticas tradicionales, desde la agricultura hasta las artesanías, y su contribución al bienestar de sus comunidades es invaluable.

Es necesario avanzar hacia la justicia social y la sostenibilidad, fortalecer políticas públicas, apoyar a organizaciones indígenas, desarrollar programas de capacitación en liderazgo y empoderamiento para mujeres indígenas, facilitar el acceso a recursos económicos, promover la creación de oportunidades y garantizar los derechos de las mujeres indígenas.


*Consejera de la CEDH