/ miércoles 11 de septiembre de 2024

Día Internacional del Periodista, reflexionar en la defensa de sus derechos humanos y en la libertad de expresión

Desde 1958, cada 8 de septiembre se conmemora el Día Internacional de las Personas Periodistas para evocar el fallecimiento de Julius Fucik, escritor y periodista checoslovaco, quien fue ejecutado por los nazis en 1943; hoy en día, esta fecha nos invita a reflexionar en torno a la labor de las y los periodistas en la defensa de la libertad de expresión, personas que, con pluma y micrófono, brindan a la sociedad historias que configuran nuestro entendimiento del mundo.

En un contexto global donde las voces de quienes a menudo enfrentan amenazas y censuras, el rol de las personas que ejercen periodismo se revela como una defensa indispensable de los Derechos Humanos y en su esencia más pura se traduce como un acto de valentía visibilizando las injusticias y ofreciendo una plataforma para quien no tiene voz.

De acuerdo con la Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, “son periodistas las personas físicas, así como medios de comunicación y difusión públicos, comunitarios, privados, independientes, universitarios, experimentales o de cualquier otra índole cuyo trabajo consiste en recabar, generar, procesar, editar, comentar, opinar, difundir, publicar o proveer información, a través de cualquier medio de difusión y comunicación que puede ser impreso, radioeléctrico, digital o imagen”, sin embargo, el verdadero significado del ejercicio del periodismo es aún más profundo relacionado con el compromiso de salvaguardar y revelar la verdad, trayendo a la luz cuestiones que, de otro modo, podrían permanecer en la sombra permitiendo que en el ejercicio de nuestra libertad tomemos decisiones informados y exigiendo rendición de cuentas a quienes por su posición social, política o económica ejerzan poder.

Desde hace varias décadas se ha documentado que las personas periodistas enfrentan una realidad compleja, con características comunes como amenazas, privación de la libertad y diversos escenarios violentos. Estos ataques no solo afectan a quienes los sufren directamente, sino que también impactan a toda la sociedad al coartar el acceso a la información libre y veraz. Cuando se silencia a una persona periodista, se silencia una parte de la verdad misma, lo que puede llevar a la perpetuación de abusos y la injusticia.

Ante esto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha manifestado su preocupación por la crisis de la libertad de expresión que se vive en México, la cual incluye asesinatos, desapariciones, agresiones físicas, psicológicas y otras formas de injerencia.

En un mundo donde la desinformación y la manipulación pueden ser moneda corriente, apoyar y proteger a las personas periodistas es un acto de justicia y de profundo respeto por la dignidad humana, por lo tanto, en un ambiente de colaboración entre instituciones y periodistas es pertinente generar espacios, en los que prevalezca el diálogo, así como el intercambio de opiniones y experiencias, para generar documentos o instrumentos que expongan la situación real, en cada contexto.

Resulta importante tener presente que, si bien la libertad de expresión no es un derecho absoluto, ya que tiene límites establecidos por la ley para proteger otros derechos fundamentales, como el honor, la intimidad o la seguridad nacional, estos límites no deben ser utilizados como excusas para restringir indebidamente el derecho a la libre expresión o para imponer la censura previa o posterior. En este escenario, es imperativo reforzar las medidas de protección y promoción de la libertad de prensa.

Esto incluye garantizar un entorno seguro para que las personas periodistas puedan ejercer su labor sin temor a censura, intimidación o violencia.

En el estado de Tlaxcala, ya existe la Oficina de Atención a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, cuyo objetivo es garantizar que tanto las personas defensores de derechos humanos y periodistas no sean vulneradas con el manejo de sus datos personales y evitar ser revictimizados, sin embargo, aún hay mucho que hacer para seguir fortaleciendo una legislación que sustente la labor de periodistas, a través de la cual se garantice un ejercicio seguro, abierto y libre de esta profesión.

De acuerdo con el Mecanismo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas del gobierno de México, actualizado a julio de 2024, en el estado de Tlaxcala se han presentado en un periodo de 12 años (2012-2024) 18 solicitudes de protección por diferentes causas, actualmente, hay 12 personas beneficiarias, de las cuales 8 son periodistas, quienes reportan agresiones como privación de la libertad, agresión física y amenazas, evidenciando que aún hay mucho trabajo que hacer para garantizar el ejercicio de esta profesión.

La libertad de expresión es un derecho humano que debe ser defendido y promovido por todos los actores sociales, especialmente por los gobiernos y las instituciones encargadas de proteger los derechos humanos; por lo que desde la Comisión Estatal de Derechos Humanos, nos seguimos comprometiendo con la labor de generar mejores condiciones físicas y legales para que cada día más personas puedan tomar el compromiso de esta noble profesión, pues como es bien sabido, la libertad de prensa, la libertad de expresión y la labor de las personas que ejercen el periodismo contribuyen a la construcción de las democracias.

Desde 1958, cada 8 de septiembre se conmemora el Día Internacional de las Personas Periodistas para evocar el fallecimiento de Julius Fucik, escritor y periodista checoslovaco, quien fue ejecutado por los nazis en 1943; hoy en día, esta fecha nos invita a reflexionar en torno a la labor de las y los periodistas en la defensa de la libertad de expresión, personas que, con pluma y micrófono, brindan a la sociedad historias que configuran nuestro entendimiento del mundo.

En un contexto global donde las voces de quienes a menudo enfrentan amenazas y censuras, el rol de las personas que ejercen periodismo se revela como una defensa indispensable de los Derechos Humanos y en su esencia más pura se traduce como un acto de valentía visibilizando las injusticias y ofreciendo una plataforma para quien no tiene voz.

De acuerdo con la Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, “son periodistas las personas físicas, así como medios de comunicación y difusión públicos, comunitarios, privados, independientes, universitarios, experimentales o de cualquier otra índole cuyo trabajo consiste en recabar, generar, procesar, editar, comentar, opinar, difundir, publicar o proveer información, a través de cualquier medio de difusión y comunicación que puede ser impreso, radioeléctrico, digital o imagen”, sin embargo, el verdadero significado del ejercicio del periodismo es aún más profundo relacionado con el compromiso de salvaguardar y revelar la verdad, trayendo a la luz cuestiones que, de otro modo, podrían permanecer en la sombra permitiendo que en el ejercicio de nuestra libertad tomemos decisiones informados y exigiendo rendición de cuentas a quienes por su posición social, política o económica ejerzan poder.

Desde hace varias décadas se ha documentado que las personas periodistas enfrentan una realidad compleja, con características comunes como amenazas, privación de la libertad y diversos escenarios violentos. Estos ataques no solo afectan a quienes los sufren directamente, sino que también impactan a toda la sociedad al coartar el acceso a la información libre y veraz. Cuando se silencia a una persona periodista, se silencia una parte de la verdad misma, lo que puede llevar a la perpetuación de abusos y la injusticia.

Ante esto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha manifestado su preocupación por la crisis de la libertad de expresión que se vive en México, la cual incluye asesinatos, desapariciones, agresiones físicas, psicológicas y otras formas de injerencia.

En un mundo donde la desinformación y la manipulación pueden ser moneda corriente, apoyar y proteger a las personas periodistas es un acto de justicia y de profundo respeto por la dignidad humana, por lo tanto, en un ambiente de colaboración entre instituciones y periodistas es pertinente generar espacios, en los que prevalezca el diálogo, así como el intercambio de opiniones y experiencias, para generar documentos o instrumentos que expongan la situación real, en cada contexto.

Resulta importante tener presente que, si bien la libertad de expresión no es un derecho absoluto, ya que tiene límites establecidos por la ley para proteger otros derechos fundamentales, como el honor, la intimidad o la seguridad nacional, estos límites no deben ser utilizados como excusas para restringir indebidamente el derecho a la libre expresión o para imponer la censura previa o posterior. En este escenario, es imperativo reforzar las medidas de protección y promoción de la libertad de prensa.

Esto incluye garantizar un entorno seguro para que las personas periodistas puedan ejercer su labor sin temor a censura, intimidación o violencia.

En el estado de Tlaxcala, ya existe la Oficina de Atención a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, cuyo objetivo es garantizar que tanto las personas defensores de derechos humanos y periodistas no sean vulneradas con el manejo de sus datos personales y evitar ser revictimizados, sin embargo, aún hay mucho que hacer para seguir fortaleciendo una legislación que sustente la labor de periodistas, a través de la cual se garantice un ejercicio seguro, abierto y libre de esta profesión.

De acuerdo con el Mecanismo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas del gobierno de México, actualizado a julio de 2024, en el estado de Tlaxcala se han presentado en un periodo de 12 años (2012-2024) 18 solicitudes de protección por diferentes causas, actualmente, hay 12 personas beneficiarias, de las cuales 8 son periodistas, quienes reportan agresiones como privación de la libertad, agresión física y amenazas, evidenciando que aún hay mucho trabajo que hacer para garantizar el ejercicio de esta profesión.

La libertad de expresión es un derecho humano que debe ser defendido y promovido por todos los actores sociales, especialmente por los gobiernos y las instituciones encargadas de proteger los derechos humanos; por lo que desde la Comisión Estatal de Derechos Humanos, nos seguimos comprometiendo con la labor de generar mejores condiciones físicas y legales para que cada día más personas puedan tomar el compromiso de esta noble profesión, pues como es bien sabido, la libertad de prensa, la libertad de expresión y la labor de las personas que ejercen el periodismo contribuyen a la construcción de las democracias.