/ miércoles 20 de marzo de 2024

El #8M continúa en Tlaxcala

El pasado 8 de marzo las mujeres alzaron la voz, se manifestaron, marcharon, tomaron las calles, bailaron, cantaron, bordaron, pintaron, brindaron pláticas, folletos, asesorías jurídicas, hicieron ofrendas, iconoclasia, acuerparon, etc., distintas formas de expresión para exigir el goce y respeto de sus derechos humanos, otras mujeres desde distintos espacios, en el trabajo, comunidad, hogar, escuela, crearon resistencia ante el sistema machista.

También desde la periferia se resiste ante las violencias, de ahí que la exigencia ante la falta de respuesta fue coincidente en contra de quienes ejercen y justifican los actos de violencia hacia las mujeres y niñas, ante la falta de justicia, verdad, libertad, igualdad y mejores condiciones.

El 8 de marzo sigue, por tanto, es necesario desde el aparato gubernamental colocar a las mujeres y niñas al centro, así como dar solución a los posicionamientos leídos durante la marcha y garantizar los derechos humanos de todas las mujeres incluidas quienes dieron cobertura, pues ninguna merece vivir violencia, como sociedad urge generar conciencia ante lo vivido y expresado en la marcha.

Mientras las mujeres del movimiento feminista después del 8 de marzo se reúnen para reflexionar y seguir trabajando en pro de los derechos humanos de todas las mujeres y las niñas, brindado herramientas teóricas y prácticas para su protección, generando espacios colectivos de contención, contribuyendo a la prevención, atención y eliminación de las violencias, lo que se espera de las instituciones después del 8M, más allá del recuento de los “daños”, es escucha y solución.

Para no olvidar y trabajar en las peticiones derivadas de los posicionamientos, es necesario mencionar algunas de ellas; en materia de agua y la tierra, se exhortó por la atención inmediata a la contaminación de la cuenca Atoyac-Zahuapan, la laguna de Acuitlapilco, cuidado del medio ambiente, espacios para el libre cultivo de semillas nativas y plantas medicinales, así como el reconocimiento de la lucha campesina, sanción por desechos de industrias locales.

En materia de salud, atención integral y especial a mujeres embarazadas, de la tercera edad, con discapacidad y/o con enfermedades diversas, salud sexual, reproductiva, obstétrica, menstrual, justicia reproductiva, la despenalización del aborto para su acceso libre y seguro en el estado.

En materia de educación, eliminación de acoso, hostigamiento y cualquier tipo de violencia, monopolios dentro de las universidades públicas, así como despido inmediato de profesores y administrativos de las instituciones educativas de todos los niveles que tengan denuncias, transparencia por parte del gobierno del estado en el gasto de los recursos, alto a la impunidad y la corrupción, la No contratación de servidores públicos que tienen antecedentes por ser acosadores, violentadores o agresores sexuales, por tanto.

En materia de acceso a la justicia, atención especializada a mujeres y víctimas indirectas, integrar las carpetas de investigación por delitos como el feminicidio, trata de personas, violencia hacia las mujeres con perspectiva de género, respeto a los derechos humanos de familiares de víctimas, de la misma manera se exigió, mayor capacitación y sensibilización en el servicio público en especial en procuraduría, agencias especializadas, ministerio públicos, jueces y juezas, aunado a las autoridades municipales.

Todo lo anterior, lamentablemente no es nuevo y no es solo de una administración, pero si es necesario generar estrategias que permitan avances, ya que las colectivas, organizaciones, academia, mujeres de todos los sectores y feministas han reiterado el hartazgo a las distintas formas de opresión, exigiendo cambios reales, es por ello que el #8M no solo es la marcha pasada, es todos los días, el 8 de marzo continúa en Tlaxcala.


*Consejera Consultiva de la CEDH


El pasado 8 de marzo las mujeres alzaron la voz, se manifestaron, marcharon, tomaron las calles, bailaron, cantaron, bordaron, pintaron, brindaron pláticas, folletos, asesorías jurídicas, hicieron ofrendas, iconoclasia, acuerparon, etc., distintas formas de expresión para exigir el goce y respeto de sus derechos humanos, otras mujeres desde distintos espacios, en el trabajo, comunidad, hogar, escuela, crearon resistencia ante el sistema machista.

También desde la periferia se resiste ante las violencias, de ahí que la exigencia ante la falta de respuesta fue coincidente en contra de quienes ejercen y justifican los actos de violencia hacia las mujeres y niñas, ante la falta de justicia, verdad, libertad, igualdad y mejores condiciones.

El 8 de marzo sigue, por tanto, es necesario desde el aparato gubernamental colocar a las mujeres y niñas al centro, así como dar solución a los posicionamientos leídos durante la marcha y garantizar los derechos humanos de todas las mujeres incluidas quienes dieron cobertura, pues ninguna merece vivir violencia, como sociedad urge generar conciencia ante lo vivido y expresado en la marcha.

Mientras las mujeres del movimiento feminista después del 8 de marzo se reúnen para reflexionar y seguir trabajando en pro de los derechos humanos de todas las mujeres y las niñas, brindado herramientas teóricas y prácticas para su protección, generando espacios colectivos de contención, contribuyendo a la prevención, atención y eliminación de las violencias, lo que se espera de las instituciones después del 8M, más allá del recuento de los “daños”, es escucha y solución.

Para no olvidar y trabajar en las peticiones derivadas de los posicionamientos, es necesario mencionar algunas de ellas; en materia de agua y la tierra, se exhortó por la atención inmediata a la contaminación de la cuenca Atoyac-Zahuapan, la laguna de Acuitlapilco, cuidado del medio ambiente, espacios para el libre cultivo de semillas nativas y plantas medicinales, así como el reconocimiento de la lucha campesina, sanción por desechos de industrias locales.

En materia de salud, atención integral y especial a mujeres embarazadas, de la tercera edad, con discapacidad y/o con enfermedades diversas, salud sexual, reproductiva, obstétrica, menstrual, justicia reproductiva, la despenalización del aborto para su acceso libre y seguro en el estado.

En materia de educación, eliminación de acoso, hostigamiento y cualquier tipo de violencia, monopolios dentro de las universidades públicas, así como despido inmediato de profesores y administrativos de las instituciones educativas de todos los niveles que tengan denuncias, transparencia por parte del gobierno del estado en el gasto de los recursos, alto a la impunidad y la corrupción, la No contratación de servidores públicos que tienen antecedentes por ser acosadores, violentadores o agresores sexuales, por tanto.

En materia de acceso a la justicia, atención especializada a mujeres y víctimas indirectas, integrar las carpetas de investigación por delitos como el feminicidio, trata de personas, violencia hacia las mujeres con perspectiva de género, respeto a los derechos humanos de familiares de víctimas, de la misma manera se exigió, mayor capacitación y sensibilización en el servicio público en especial en procuraduría, agencias especializadas, ministerio públicos, jueces y juezas, aunado a las autoridades municipales.

Todo lo anterior, lamentablemente no es nuevo y no es solo de una administración, pero si es necesario generar estrategias que permitan avances, ya que las colectivas, organizaciones, academia, mujeres de todos los sectores y feministas han reiterado el hartazgo a las distintas formas de opresión, exigiendo cambios reales, es por ello que el #8M no solo es la marcha pasada, es todos los días, el 8 de marzo continúa en Tlaxcala.


*Consejera Consultiva de la CEDH