/ miércoles 25 de septiembre de 2024

El derecho humano de la ciudadanía a la paz

La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el día 21 de septiembre como el Día Internacional de la Paz desde 1981 y el día 02 de octubre del año 2007, el Día Internacional de la No Violencia en homenaje a Mahatma Gandhi, siendo la ocasión para reflexionar sobre los avances y retos que enfrentan los estados, al mismo tiempo un exhorto para poner en la práctica el principio de no violencia y asegurar el avance a una cultura de paz constituyendo una proyección del reconocimiento del derecho a vivir, sin embargo, ¿Cómo se puede vivir en un contexto lleno de violencias?

De acuerdo con el Índice de Paz México en la edición de 2024 ha utilizado datos publicados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), (datos que no reflejan las realidades ante las violencias desagregadas a nivel nacional y en los estados) establece que la calificación de México en el Índice de Paz Positiva (IPP) se ha deteriorado en un 3.7 % durante la última década.

Lo anterior, principalmente por deterioros en cuatro pilares de Paz Positiva: Buen funcionamiento del gobierno, Bajos niveles de corrupción, Altos niveles de capital humano y Entorno empresarial sólido. Aunado a que, en los últimos nueve años, la tasa nacional de crímenes de la delincuencia organizada ha aumentado un 62.4 %.

De la misma manera, el indicador de delitos con violencia consta de cuatro subindicadores: robo, asalto, violencia familiar y violencia sexual. Y en los últimos nueve años, la tasa de delitos con violencia en México se ha deteriorado en un 17.9 %, impulsada por el deterioro de las tasas de violencia sexual y violencia familiar (donde las mujeres y niñas son las principales afectadas). Ante esta situación que se replica en los estados e impacta de forma diferenciada a quienes habitamos el planeta, es necesario precisar que en un país donde hay violencia no hay paz y donde no hay paz ¿dónde quedan nuestros derechos humanos? Entonces, ¿cómo llevar a la práctica el derecho humano a la paz, cuando no depende solo de la ciudadanía?

De acuerdo con la resolución adoptada en 1978 por la Asamblea General, titulada Declaración sobre la Preparación de las Sociedades para Vivir en Paz (33/73), en la cual se sostiene que “el derecho a vivir en paz es un derecho de todas las naciones y de todos los individuos”. El derecho a la paz es un derecho y un deber de los Estados, cuya acción se ha de desarrollar en función del reconocimiento del deber de abstenerse de la amenaza o del empleo de la fuerza de cualquier tipo en cualquier espacio y del respeto estricto de los derechos humanos.

Pues, es tan cierta la afirmación de que: “No puede haber paz sin derechos humanos como la de que no puede haber derechos humanos sin paz”, referida a la vida interior de los Estados y a la situación internacional en relación con la ciudadanía, de forma individual y colectiva. En palabras de Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, “ser responsable de la paz significa actuar para superar las deficiencias y las injusticias que nos siguen impidiendo lograr un mundo de igualdad. Porque un planeta erosionado por las fracturas es un planeta que no conoce la paz”.

  • Consejera de la CEDH