/ martes 28 de mayo de 2024

El futuro de la marea rosa

IVÁN ARRAZOLA*


La marea rosa se convirtió en el fenómeno político más importante de cara al proceso electoral de 2024, los críticos de este movimiento podrán decir que es clasista, que es un movimiento conservador, que está respaldado por personajes severamente cuestionados como Claudio X. González, pero lo que no se podrá negar es que se trata de un movimiento que surgió y creció de manera orgánica, donde el gran protagonista han sido las clases medias.

Se recordará que durante la discusión del Plan B en el que se proponía modificar la estructura del INE, se generó un movimiento en oposición a esta medida del oficialismo, miles de ciudadanas y ciudadanos salieron a protestar en contra de la propuesta del gobierno de reducir la estructura del INE y vestidos de rosa, el color que representa al INE y al grito del “INE no se toca”, estas personas se manifestaron de manera pacifica y de paso mostraron su rechazo al gobierno de López Obrador.

La reacción del oficialismo no se hizo esperar, el presidente señaló que las personas que se manifestaron en favor del INE son los mismos que se manifestaron a favor de “la corrupción no se toca”, “los privilegios no se tocan”, “el narco estado no se toca”. La molestia de López Obrador con este movimiento se dio a partir de la actitud crítica que las clases medias asumieron con su gobierno y su movimiento, hay que recordar que la votación y la victoria abrumadora que López Obrador obtuvo en el 2018 se debió al consenso que hubo alrededor de su candidatura y de la lucha contra la corrupción que el presidente prometió que iba a emprender.

El movimiento que nació producto de la defensa de una institución adquirió el carácter de movimiento político cuando invitó a Xóchitl Gálvez a ser su oradora principal en la movilización a la que convocaron el pasado 19 de mayo en la Ciudad de México. A partir de ese momento quedó claro que surgió un movimiento que abiertamente se opone a López Obrador, lo que durante mucho tiempo pidieron distintas voces se dio de manera inesperada y natural, un movimiento social que es capaz de tomar las calles, movilizarse y plantear demandas legítimas al régimen.

Ahora en la víspera de la elección presidencial y ante la incertidumbre del resultado electoral, la marea rosa se podría convertir en una fuerza política emergente, las personas descontentas con los partidos políticos tradicionales, los moderados en Morena, MC y los partidos de la coalición opositora, podrían dar lugar al nacimiento de una nueva fuerza política que no tenga el rechazo y los negativos de los partidos de “siempre”, que no arrastre el desprestigio de líderes como Alito Moreno o Marko Cortés.

Eso lo entendió López Obrador al fundar Morena, sabía que su Movimiento tenía que nacer puro, sin ataduras, sin pasado y le ha funcionado bien, Morena no arrastra los negativos que tienen los partidos tradicionales hasta este momento, pero es claro que el desgaste político y la falta de resultados en algún momento le pasarán factura y eso podría ser aprovechado por una fuerza política emergente.

En el imaginario colectivo en México, por alguna extraña razón cuando se forma un nuevo partido político, se cree que nace libre de los vicios que predominan en la clase política, personajes como el propio Luis Donaldo Colosio, Enrique De la Madrid o la propia Xóchitl Gálvez, podrían dar vida a esta nueva fuerza política y quizás como Morena en el 2018, tener un ascenso meteórico de cara a la elección presidencial de 2030. Es probable que el resultado de la elección del 2 de junio marque la extinción del sistema político como lo hemos conocido, para que nazca lo nuevo, lo viejo debe morir, lo que es un hecho es que la clase política necesita debe entender que se debe a la ciudadanía y no al revés.


*Analista político y colaborador de Integridad Ciudadana A. C.


@ivarrcor @Integridad_AC




IVÁN ARRAZOLA*


La marea rosa se convirtió en el fenómeno político más importante de cara al proceso electoral de 2024, los críticos de este movimiento podrán decir que es clasista, que es un movimiento conservador, que está respaldado por personajes severamente cuestionados como Claudio X. González, pero lo que no se podrá negar es que se trata de un movimiento que surgió y creció de manera orgánica, donde el gran protagonista han sido las clases medias.

Se recordará que durante la discusión del Plan B en el que se proponía modificar la estructura del INE, se generó un movimiento en oposición a esta medida del oficialismo, miles de ciudadanas y ciudadanos salieron a protestar en contra de la propuesta del gobierno de reducir la estructura del INE y vestidos de rosa, el color que representa al INE y al grito del “INE no se toca”, estas personas se manifestaron de manera pacifica y de paso mostraron su rechazo al gobierno de López Obrador.

La reacción del oficialismo no se hizo esperar, el presidente señaló que las personas que se manifestaron en favor del INE son los mismos que se manifestaron a favor de “la corrupción no se toca”, “los privilegios no se tocan”, “el narco estado no se toca”. La molestia de López Obrador con este movimiento se dio a partir de la actitud crítica que las clases medias asumieron con su gobierno y su movimiento, hay que recordar que la votación y la victoria abrumadora que López Obrador obtuvo en el 2018 se debió al consenso que hubo alrededor de su candidatura y de la lucha contra la corrupción que el presidente prometió que iba a emprender.

El movimiento que nació producto de la defensa de una institución adquirió el carácter de movimiento político cuando invitó a Xóchitl Gálvez a ser su oradora principal en la movilización a la que convocaron el pasado 19 de mayo en la Ciudad de México. A partir de ese momento quedó claro que surgió un movimiento que abiertamente se opone a López Obrador, lo que durante mucho tiempo pidieron distintas voces se dio de manera inesperada y natural, un movimiento social que es capaz de tomar las calles, movilizarse y plantear demandas legítimas al régimen.

Ahora en la víspera de la elección presidencial y ante la incertidumbre del resultado electoral, la marea rosa se podría convertir en una fuerza política emergente, las personas descontentas con los partidos políticos tradicionales, los moderados en Morena, MC y los partidos de la coalición opositora, podrían dar lugar al nacimiento de una nueva fuerza política que no tenga el rechazo y los negativos de los partidos de “siempre”, que no arrastre el desprestigio de líderes como Alito Moreno o Marko Cortés.

Eso lo entendió López Obrador al fundar Morena, sabía que su Movimiento tenía que nacer puro, sin ataduras, sin pasado y le ha funcionado bien, Morena no arrastra los negativos que tienen los partidos tradicionales hasta este momento, pero es claro que el desgaste político y la falta de resultados en algún momento le pasarán factura y eso podría ser aprovechado por una fuerza política emergente.

En el imaginario colectivo en México, por alguna extraña razón cuando se forma un nuevo partido político, se cree que nace libre de los vicios que predominan en la clase política, personajes como el propio Luis Donaldo Colosio, Enrique De la Madrid o la propia Xóchitl Gálvez, podrían dar vida a esta nueva fuerza política y quizás como Morena en el 2018, tener un ascenso meteórico de cara a la elección presidencial de 2030. Es probable que el resultado de la elección del 2 de junio marque la extinción del sistema político como lo hemos conocido, para que nazca lo nuevo, lo viejo debe morir, lo que es un hecho es que la clase política necesita debe entender que se debe a la ciudadanía y no al revés.


*Analista político y colaborador de Integridad Ciudadana A. C.


@ivarrcor @Integridad_AC