En el marco del 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, es imprescindible reflexionar sobre las diversas formas de violencia que afectan a niñas y adolescentes, especialmente en un mundo digitalizado.
Una de las preocupaciones más alarmantes es el grooming, una práctica de abuso sexual en línea en la que un adulto manipula y engaña a una niña, niño o adolescente para ganar su confianza con el objetivo de explotarlo sexualmente.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el grooming no solo es un delito cibernético, sino un conjunto de estrategias que una persona adulta utiliza para establecer confianza de un niño, niña o adolescente, a través del uso de las tecnologías de la información y comunicación, con la finalidad de abusar o explotar sexualmente de él o ella. El adulto generalmente crea un perfil falso en redes sociales, foros, videojuegos en línea y plataformas de mensajería, haciéndose pasar por un chico o una chica y entablando una relación de amistad y confianza con el niño, niña o adolescente con la intención de acosarlo.
Datos de organismos internacionales indican que las niñas y adolescentes son las principales víctimas de esta práctica, ya que los abusadores aprovechan los estereotipos de género y de la vulnerabilidad emocional y psicológica que caracteriza esta etapa de desarrollo.
Este abuso, que suele ser progresivo, puede culminar no solo en el intercambio de material explícito, sino también en encuentros físicos que pueden tener consecuencias devastadoras para las víctimas.
En México, el aumento del acceso a internet ha incrementado el riesgo de exposición de niñas y adolescentes al grooming. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 71.4 % de los usuarios de internet en el grupo de edad de 6-11 y el 92.4 % en el grupo de 12 a 17 años son personas usuarias de internet. Sin embargo, no todos cuentan con la orientación adecuada sobre el uso seguro de estas plataformas.
Un caso reciente que ilustra este delito cibernético ocurrió en Tlaxcala, donde, según una nota periodística de El Sol de Tlaxcala, una niña de 12 años originaria de Matehuala, municipio de San Luis Potosí, fue rescatada el 22 de noviembre tras ser presuntamente víctima de grooming.
Es urgente implementar medidas preventivas en múltiples niveles. Es esencial promover y proporcionar información sobre educación digital, donde escuelas, padres y madres enseñen a niñas y adolescentes sobre los riesgos en línea, fomentando prácticas como no compartir información personal y desconfiar de perfiles sospechosos.
Además, es fundamental fortalecer el marco legal. Si bien existen leyes en México que sancionan el grooming, es necesario reforzar su aplicación efectiva, garantizando que los responsables enfrenten las consecuencias legales correspondientes.
La creación desarrollo y difusión de campañas de sensibilización es igualmente importante, tanto de instituciones públicas como privadas, así como la sociedad civil, deben seguir promoviendo la denuncia del grooming y la identificación de conductas sospechosas en entornos digitales.
El 25 de noviembre nos invita a reflexionar sobre cómo podemos erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres, incluidas las que ocurren en el ámbito digital. Las niñas y adolescentes tienen el derecho de disfrutar de un espacio virtual seguro, libre de abuso y manipulación.
Hoy más que nunca, nuestra responsabilidad es educar, prevenir y actuar frente al grooming. Solo así podremos proteger a las generaciones futuras y construir un entorno en el que se respeten verdaderamente los derechos de las niñas y adolescentes. Por un mundo digital libre de violencia.