Con un mínimo tramo dio inicio una de las tres obras emblemáticas: el Tren Maya, una obra seriamente criticada por la destrucción de la selva, su viabilidad, su seguridad estructural, la contaminación que generará en los cenotes de la zona, el impacto negativo al medio ambiente, la falta de transparencia en el ejercicio de los recursos y claro, el costo final de la obra.
El tramo inaugurado el fin de semana representa menos de un tercio del que fue planteado por el presidente de México, sin embargo, es relevante destacar que en el gobierno que sería impoluto ante la corrupción, el costo de la obra terminó siendo 228 % más alto del anunciado por la autoridad federal.
Al inicio de la obra, el Tren Maya tendría un costo de 156,000 millones de pesos, sin embargo, los costos crecieron y el beneficio para los mexicanos está aún muy lejos de ser visto, sobre todo porque se trata de un proyecto del que poco conocemos sobre su impacto real en el sector turístico y como transporte público, es decir, se trata de otra obra igual al aeropuerto Felipe Ángeles, donde no hay pasajeros, vuelos ni movimiento alguno.
El medio billón de pesos no es un asunto menor, cuando los recursos se manejan en la absoluta opacidad, otorgando obras a través de procesos de licitación directa a parientes y amigos de la familia presidencial, como se ha hecho ya costumbre en esta administración, aduciendo a que se trata, absurdamente de temas de seguridad nacional.
Lo cierto es que con obras de esta naturaleza quien pierde es México, pues al concentrar el esfuerzo gubernamental en tres obras poco viables, se desperdicia el dinero que bien pudo haber sido utilizado para continuar con el fortalecimiento de programas que se traducían en políticas públicas que beneficiaban a la gente, como las estancias infantiles o el Seguro Popular, que daba la tranquilidad a las familias mexicanas de tener un lugar donde fueran atendidos de enfermedades crónicas y problemas de salud que hoy cuestan miles de pesos a los mexicanos.
¿Vale la pena un “segundo piso” de esta mal llamada Cuarta Transformación? Le invito, apreciado lector, a sumar esfuerzos para evitar una segunda parte de esta mala puesta en escena llamada Morena, porque si el país se mantiene en manos de malhechores de la política, será más profundo el daño y sus consecuencias las habremos de pagar durante décadas afectando a la actual y futuras generaciones.
Precampañas
Estamos a unos días de iniciar las precampañas en Tlaxcala y tengo confianza de que vendrán tiempos mejores para los habitantes de este gran estado.
Anhelo precampañas de propuestas, de intercambio de ideas, de contraste entre las visiones de quienes contenderán en este proceso, y no una suerte de guerra sin cuartel, pues los tlaxcaltecas merecemos política con altura de miras, con madurez y sobre todo, con soluciones a los múltiples problemas y deterioro que ha sufrido nuestro estado en manos de la 4T. Agradezco el favor de su lectura.
P.d. Para cerrar este espacio, no quiero dejar de lado la gran felicidad por el 3 - 0 del América el pasado domingo. ¡Campeones otra vez! ¡Que tenga una excelente semana!