El próximo 2 de junio del año en curso tendremos elecciones para muchos cargos de elección popular, entre otros a presidente de la república, a senadores, a diputados federales, a diputados locales, a presidentes municipales y de comunidad.
Muchos cargos y muchas boletas, sobre todo si se agregan las boletas de los plurinominales, esto resultará para el elector de a pie, en galimatías a la hora de estar a solas en una casilla con tanta boleta, tantos partidos y tantos nombres de candidatos, para el más pintado no es una tarea sencilla decidir, al menos con algo de juicio, quiénes serían, quiénes van a desempeñar mejor la función para el beneficio de la comunidad.
Un criterio de evaluación sencillo, es el que se uso hace 2500 años en la Grecia antigua, político que trabaja para sus intereses, pobre político; político que trabaja para el bien común, gran político, esto mismo podemos aplicar en la actualidad a los partidos políticos: partido que trabaja para sus intereses, pobre partido; partido y a quienes trabajan para el bien común, buen partido.
Algo del efecto de este último criterio han sido los resultados de la elección del 2018, el castigo del voto popular a los partidos quienes nada más se guiaron por sus intereses personales fueron severamente castigados y en la actualidad no alcanzan a levantarse.
Sin embargo, una situación adicional que se agrega a esta elección, es que ya hay períodos de gobierno casi completos, a quienes se les otorgó la confianza en el 2018 y ya el elector puede hacer una evaluación casi sexenal, en otros casos como el de Tlaxcala, el elector puede hacer una evaluación de la mitad de la gestión de quien nos gobiernan actualmente.
Otra condición que se presenta de forma inédita en este proceso electoral del 2024, es la posibilidad de que se reelijan desde los senadores, los diputados federales, los diputados locales y los alcaldes, en todos estos casos, es la calidad y el éxito de la gestión y de la representación que han tenido, para que el elector con esa referencia puede validar y aprobar la reelección o rechazarla.
Como ejemplo los alcaldes de Apizaco y Huamantla pretenden reelegirse, y será el electorado, si aprueba o reprueba su gestión, dar o negar la aprobación para que continúen.
Un criterio de evaluación para senadores y diputados en general, aquí podemos agregar a quienes buscan una posición en esta elección y ya fueron, o diputados o alcaldes y la pregunta es muy sencilla, que han hecho en su gestión anterior como para que el electorado los valide,
Esta pregunta sencilla debe contestarse con claridad, con objetividad, la evaluación de tu gestión como alcalde o como diputado local o federal ha sido tan valiosa como para que el electorado te vuelva a elegir o, no te significaste o prácticamente no hiciste nada, en este caso no esperes que el electorado te valide porque no lo va a hacer.
Tlaxcala y su población requieren a los mejores hombres y mujeres en los cargos por elegir, que sean idealmente, los más preparados, los de mayor experiencia, pero principalmente a quienes cuenten con una gran vocación de servicio demostrada, esta última cualidad o calidad es determinante para que se aproximen a velar por los intereses de la comunidad como lo mencionamos en inicio.
Una vez votados en todos los cargos a elegir, no se vale llamarse a engaño, o reclamar sobre el desempeño de quienes serán electos, menos, tendrán autoridad política y moral quienes no fueron a votar, pero como dice el dicho, tendremos a las autoridades que merecemos, a quienes apoyamos en la elección, por quienes votamos. No debemos dar lugar a un muy popular dicho “lastima Margarito” cuando ya no podamos hacer nada.