/ lunes 11 de septiembre de 2023

Ellas, al mando

Se cristaliza cada día más el avance de las mujeres en la vida pública. Aquella pregunta de si México está preparado para ser gobernado por mujeres se rompe en pedazos letra por letra, intención por intención a punta de despedazar techos de cristal y despegar los pies de pisos pegajosos.

Es verdad que aun el machismo se ve reflejado en violencia contra ellas en todos los ámbitos, en frases minusvalorantes, en creencias humillantes, en acciones discriminadoras, pero avanzamos todas sororamente cual tractor en el campo quitando piedras y mala hierba; avanzamos y llegando al primer cuarto del siglo XXI, instituciones fundamentales para la gobernabilidad de la patria son ya y serán lideradas por mujeres.

Una frase recurrente de la cultura patriarcal ante las acciones afirmativas que impulsan la inserción de mujeres en lo público, es que ellas deberían llegar “por capacidad y no por cuota”. Dicha afirmación no aguanta el tamiz de los lentes morados: ¿ellos llegan por capacidad? Tal vez muchos, pero no todos como se exige de ellas. Los resultados del país lo confirman.

¿Quiénes son las diez mujeres más exitosas, capaces y visibles en el ámbito público además de las 10 gobernadoras y 545 alcaldesas?

En instituciones autónomas, la árbitro Guadalupe Taddei, presidenta del INE y sonorense con 25 años en la función pública electoral; en el impecable manejo de la política monetaria al frente del Banco de México, la economista por el Tecnológico de Monterrey oriunda del entonces D.F., Victoria Rodríguez Ceja. Al frente del INAI dando y ganando una extraordinaria batalla como garante del derecho de las y los ciudadanos a conocer el gasto y operación del gobierno, la dos veces maestra, comunicóloga y periodista, oriunda de Puebla, Ana Lilia Ibarra Cadena.

En el poder Ejecutivo, aunque hay otras como la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, destacan la dos veces titular de secretaría de estado, en las carteras de Trabajo y Gobernación, la muy joven y talentosa abogada por la UNAM y maestra en derecho por la Universidad de California en Berkeley, la capitalina Luisa María Alcalde Luján. En la muy compleja secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la potosina Rosa Icela Rodríguez Velázquez quien, entre otros encargos, tituló la Secretaría de Gobierno de la CDMX.

En el poder Legislativo, dos mujeres presiden el Congreso de la Unión. En la cámara senatorial la abogada por la UATx y activista social, orgullosamente paisana tlaxcalteca, Ana Lilia Rivera Rivera y en cámara de diputados la ultra experimentada legisladora neolonesa Marcela Guerra Castillo, administradora por el Tecnológico de Monterrey, Maestra en Derecho Constitucional por la UNAM y diversos seminarios en universidades internacionales como la Sorbona de París y Harvard.

Con más de 35 años en el poder Judicial, una ministra presidenta que nos hace sentir gran orgullo por su sobriedad, discreción, valores y decisiones firmes: Norma Lucía Piña Hernández, profesora de primaria, Licenciada y doctora en derecho por la UNAM, especialista en comunicación y psicología social, en derecho penal y en derecho constitucional y administrativo, y una especialidad judicial del Instituto de Especialización Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En el futuro próximo, dos mujeres de quienes escribiré próximamente pero que desde ya, sabemos de sus capacidades y experiencia; Xóchitl Gálvez Ruiz, una ingeniera que se ha convertido en huracán de esperanza para la oposición y Claudia Sheinbaum Pardo, disciplinada y sobria científica y discípula del presidente de México, defensora de la continuidad de la agenda del actual régimen.

El reto es que las titulares gobiernen no solo con buenos resultados sino también a través de la visión garantista de derechos humanos para todas y todos, se distingan por su dignidad institucional, ética y muestra constante de que se puede ser profesional y exitosa abriendo brecha para vivir en un mejor país, más justo y generoso; y, para que las próximas generaciones transiten por caminos más pavimentados.

Ellas están ya al mando, construyendo suave patria día a día; ¡enhorabuena, México!


Se cristaliza cada día más el avance de las mujeres en la vida pública. Aquella pregunta de si México está preparado para ser gobernado por mujeres se rompe en pedazos letra por letra, intención por intención a punta de despedazar techos de cristal y despegar los pies de pisos pegajosos.

Es verdad que aun el machismo se ve reflejado en violencia contra ellas en todos los ámbitos, en frases minusvalorantes, en creencias humillantes, en acciones discriminadoras, pero avanzamos todas sororamente cual tractor en el campo quitando piedras y mala hierba; avanzamos y llegando al primer cuarto del siglo XXI, instituciones fundamentales para la gobernabilidad de la patria son ya y serán lideradas por mujeres.

Una frase recurrente de la cultura patriarcal ante las acciones afirmativas que impulsan la inserción de mujeres en lo público, es que ellas deberían llegar “por capacidad y no por cuota”. Dicha afirmación no aguanta el tamiz de los lentes morados: ¿ellos llegan por capacidad? Tal vez muchos, pero no todos como se exige de ellas. Los resultados del país lo confirman.

¿Quiénes son las diez mujeres más exitosas, capaces y visibles en el ámbito público además de las 10 gobernadoras y 545 alcaldesas?

En instituciones autónomas, la árbitro Guadalupe Taddei, presidenta del INE y sonorense con 25 años en la función pública electoral; en el impecable manejo de la política monetaria al frente del Banco de México, la economista por el Tecnológico de Monterrey oriunda del entonces D.F., Victoria Rodríguez Ceja. Al frente del INAI dando y ganando una extraordinaria batalla como garante del derecho de las y los ciudadanos a conocer el gasto y operación del gobierno, la dos veces maestra, comunicóloga y periodista, oriunda de Puebla, Ana Lilia Ibarra Cadena.

En el poder Ejecutivo, aunque hay otras como la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, destacan la dos veces titular de secretaría de estado, en las carteras de Trabajo y Gobernación, la muy joven y talentosa abogada por la UNAM y maestra en derecho por la Universidad de California en Berkeley, la capitalina Luisa María Alcalde Luján. En la muy compleja secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la potosina Rosa Icela Rodríguez Velázquez quien, entre otros encargos, tituló la Secretaría de Gobierno de la CDMX.

En el poder Legislativo, dos mujeres presiden el Congreso de la Unión. En la cámara senatorial la abogada por la UATx y activista social, orgullosamente paisana tlaxcalteca, Ana Lilia Rivera Rivera y en cámara de diputados la ultra experimentada legisladora neolonesa Marcela Guerra Castillo, administradora por el Tecnológico de Monterrey, Maestra en Derecho Constitucional por la UNAM y diversos seminarios en universidades internacionales como la Sorbona de París y Harvard.

Con más de 35 años en el poder Judicial, una ministra presidenta que nos hace sentir gran orgullo por su sobriedad, discreción, valores y decisiones firmes: Norma Lucía Piña Hernández, profesora de primaria, Licenciada y doctora en derecho por la UNAM, especialista en comunicación y psicología social, en derecho penal y en derecho constitucional y administrativo, y una especialidad judicial del Instituto de Especialización Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En el futuro próximo, dos mujeres de quienes escribiré próximamente pero que desde ya, sabemos de sus capacidades y experiencia; Xóchitl Gálvez Ruiz, una ingeniera que se ha convertido en huracán de esperanza para la oposición y Claudia Sheinbaum Pardo, disciplinada y sobria científica y discípula del presidente de México, defensora de la continuidad de la agenda del actual régimen.

El reto es que las titulares gobiernen no solo con buenos resultados sino también a través de la visión garantista de derechos humanos para todas y todos, se distingan por su dignidad institucional, ética y muestra constante de que se puede ser profesional y exitosa abriendo brecha para vivir en un mejor país, más justo y generoso; y, para que las próximas generaciones transiten por caminos más pavimentados.

Ellas están ya al mando, construyendo suave patria día a día; ¡enhorabuena, México!