ANDRÉS CORONA HERNÁNDEZ *
En el sexenio del presidente Vicente Fox, para ser preciso el 10 de abril de 2003, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto por el que se expidió la Ley del Servicio Profesional de Carrera en la Administración Pública Federal; se reformó la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, el Reglamento de esta ley se publicó el 4 de enero de 2004, casi un año después.
Lo que parecía que se convertiría en el pilar del funcionamiento de la eficiencia, eficacia y profesionalismo en el servicio público, por lo menos en el ámbito federal, se quedó sólo en buenas intenciones de aplicarse en toda la administración pública. Con honrosas excepciones hoy existen servicios de carrera que han dado estabilidad, credibilidad y confianza a la ciudadanía por los servicios que recibe; sin duda alguna el mejor servicio profesional de carrera es el de la Secretaría de Relaciones Exteriores de servidores que se forman en el Instituto Matías Romero, el Servicio Profesional Electoral Nacional del sistema INE, que desde la primera convocatoria pública en 1999 entonces IFE, buscó que el ingreso, permanencia, promoción y egreso tenga como único mérito el esfuerzo, conocimiento técnico y capacidad.
Desde que se creó el servicio profesional en el IFE, se trató también de que los cambios políticos en el gobierno no afectarán la permanencia del personal de carrera, por eso la base fundamental del servicio electoral es la imparcialidad de las y los servidores públicos electorales.
La Ley del Servicio Profesional de Carrera en la Administración Pública Federal corrió la suerte de las ordenanzas del Rey en las Colonias americanas “publíquese, pero no se cumpla”. La Ley sigue vigente, pero muerta de risa en la biblioteca del Congreso, como muchas otras que corren con la misma suerte. Hubo algunos intentos de echar andar esta ley, que no se quedará en buenos deseos, caso concreto fue en servicio profesional en la Secretaría de Salud, que es la más conocida, cuando estuvo Salomón Chertorivski, pero no prosperó.
La administración pública es el instrumento para operacionalizar las políticas que proponen los candidatos y después gobernantes, la politic, distinta a la Policy, está ultima está relacionada con la making decision, o el policy process; en consecuencia, se requieren servidores públicos que tengan el expertise y las capacidades técnicas que, a través de la permanencia en el cargo, sean quienes ofrezcan servicios públicos de calidad. Por supuesto que la permanencia no es gratuita, por lo menos en el SPEN del Instituto Nacional Electoral el ingreso es a través de examen público, para permanecer se deben aprobar objetivos y metas que diseñan la institución, metas colectivas y metas individuales por cargo, además de aprobar el programa de formación permanente y capacitación continua.
A partir de 2018, con la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador, se terminó por completo la aspiración de tener un Servicio Profesional de Carrera en la Administración Pública, a pesar de que todavía en enero de este año realizó adiciones al Reglamento. Sin embargo, la filosofía presidencial parece aplicarse en todos los gobiernos donde administra el partido en el poder, para ingresar a la administración pública no se requiere ninguna experiencia en el servicio público, bajo el lema: “Noventa por ciento de lealtad y diez por ciento de capacidad” la administración pública en todos los niveles se ha partidizado más que profesionalizado y en algunos otros casos se ha vandalizado el expertise, como decir: para ser juez no se requiere tener experiencia para juzgar; con haber terminado la carrera de Derecho y tener promedio de ocho con eso es suficiente para emitir sentencias.
En algunas entidades es tal el control del o la titular del Poder Ejecutivo en la asignación de plazas, que deciden hasta los niveles más bajos, cuidando en todo momento que los servidores públicos respondan a los intereses del partido que gobierna, que a la capacidad que tengan para prestar el servicio, el ingreso es por recomendación o amistad se cubra o no el perfil del puesto, y la curva de aprendizaje puede durar todo el tiempo del encargo.
La modernización administrativa requiere servidores públicos profesionales sujetos al escrutinio de un órgano especializado que dé seguimiento al desempeño de los funcionarios, que la permanencia sea producto del cumplimiento de objetivos y metas y que los colores partidistas no afecten la prestación de la calidad del servicio. Tal vez veamos esto en la administración pública de todos los niveles en el año 2050, mientras: ahí la realidad.
*Vocal Ejecutivo de la 01 Junta Distrital Ejecutiva Instituto Nacional Electoral en Tlaxcala
En algunas entidades es tal el control del o la titular del Poder Ejecutivo en la asignación de plazas, que deciden hasta los niveles más bajos.