/ jueves 10 de octubre de 2024

Fuera de Agenda / El fracaso del CENFI

El anuncio que hizo el martes 8 de octubre la presidenta de la república Claudia Sheinbaum Pardo sobre la creación de un Sistema Nacional de Inteligencia, fue un reconocimiento tácito del fracaso de Luis Rubén Sandoval Medina como director del Centro Nacional de Fusión de Inteligencia (CENFI), quien durante el sexenio pasado con su padre el general Luis Crescencio Sandoval González como secretario de la Defensa Nacional, ocupó un cargo donde fue evidente su falta de preparación y conocimiento de un tema clave para combatir la inseguridad y la delincuencia organizada en el país.

El CENFI –creado en 2016—tiene como objetivo “producir inteligencia operable en torno a los objetivos que inciden en la dinámica delictiva regional y que alteran la gobernabilidad y la paz social”. Su esquema de operación se basa en los informes que le proveen los cinco Centros Regionales de Fusión de Inteligencia (CERFIS), distribuidos en igual número de zonas (Centro, Occidente, Sureste, Noroeste, Noreste) en los que está dividido para estas tareas el país. Su concepto está basado en la coordinación institucional donde participan la Marina, Sedena, Guardia Nacional, Fiscalía General de la República (FGR), y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

El anuncio de la mandataria de que enviará una iniciativa al Congreso para crear un organismo que concentre la información generada por el Ejército, la Guardia Nacional, la Marina, el CNI y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), para que haya coordinación de los sistemas de seguridad de estas dependencias, fue una reiteración sobre algo que ya existe y se llama CENFI, y que tuvo limitaciones en sus ejes de trabajo basados en la coordinación, confianza y colaboración para lograr sus objetivos.

Documentos militares a los que se tuvo acceso sobre el CENFI, muestran que en las decisiones colegiadas llevaban la batuta en la definición de blancos la Marina y el Ejército. El proceso se dividía en seis etapas, había cuerpos directivos de estas dependencias que operaban los mecanismos de atención a cada blanco, después venía el acopio de información para el despliegue territorial, seguido del procesamiento y análisis de la información que generaba un “paquete inteligencia operable” que alimentaba a los agentes ministeriales para judicializar casos, y al final en el CENFI se hacía la designación por consenso de la institución responsable a “operar el blanco”.

Este proceso fue bosquejado a grandes rasgos por Omar. García Harfuch, titular de la SSPC, al explicar el contenido de la iniciativa donde la inteligencia militar, naval y financiera deberá traducirse en investigaciones que puedan conformar “de manera adecuada” las carpetas de investigación que se conviertan en “productos operables”.

Algunos ejemplos del fracaso del trabajo de Sandoval Medina fueron las pifias que desembocaron en la huida de los líderes de la Familia Michoacana, ubicados en diferentes momentos durante el sexenio pasado en sus guaridas en el sur del Estado de México y en la zona calentana de Guerrero. Otros fueron los intentos frustrados por capturar a Nemesio Oseguera Cervantes alias “el Mencho” líder del llamado Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). El meollo del anuncio del martes sería evitar fugas de información con un Sistema Nacional de Inteligencia que ahora sí funcione.

@velediaz424

El anuncio que hizo el martes 8 de octubre la presidenta de la república Claudia Sheinbaum Pardo sobre la creación de un Sistema Nacional de Inteligencia, fue un reconocimiento tácito del fracaso de Luis Rubén Sandoval Medina como director del Centro Nacional de Fusión de Inteligencia (CENFI), quien durante el sexenio pasado con su padre el general Luis Crescencio Sandoval González como secretario de la Defensa Nacional, ocupó un cargo donde fue evidente su falta de preparación y conocimiento de un tema clave para combatir la inseguridad y la delincuencia organizada en el país.

El CENFI –creado en 2016—tiene como objetivo “producir inteligencia operable en torno a los objetivos que inciden en la dinámica delictiva regional y que alteran la gobernabilidad y la paz social”. Su esquema de operación se basa en los informes que le proveen los cinco Centros Regionales de Fusión de Inteligencia (CERFIS), distribuidos en igual número de zonas (Centro, Occidente, Sureste, Noroeste, Noreste) en los que está dividido para estas tareas el país. Su concepto está basado en la coordinación institucional donde participan la Marina, Sedena, Guardia Nacional, Fiscalía General de la República (FGR), y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

El anuncio de la mandataria de que enviará una iniciativa al Congreso para crear un organismo que concentre la información generada por el Ejército, la Guardia Nacional, la Marina, el CNI y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), para que haya coordinación de los sistemas de seguridad de estas dependencias, fue una reiteración sobre algo que ya existe y se llama CENFI, y que tuvo limitaciones en sus ejes de trabajo basados en la coordinación, confianza y colaboración para lograr sus objetivos.

Documentos militares a los que se tuvo acceso sobre el CENFI, muestran que en las decisiones colegiadas llevaban la batuta en la definición de blancos la Marina y el Ejército. El proceso se dividía en seis etapas, había cuerpos directivos de estas dependencias que operaban los mecanismos de atención a cada blanco, después venía el acopio de información para el despliegue territorial, seguido del procesamiento y análisis de la información que generaba un “paquete inteligencia operable” que alimentaba a los agentes ministeriales para judicializar casos, y al final en el CENFI se hacía la designación por consenso de la institución responsable a “operar el blanco”.

Este proceso fue bosquejado a grandes rasgos por Omar. García Harfuch, titular de la SSPC, al explicar el contenido de la iniciativa donde la inteligencia militar, naval y financiera deberá traducirse en investigaciones que puedan conformar “de manera adecuada” las carpetas de investigación que se conviertan en “productos operables”.

Algunos ejemplos del fracaso del trabajo de Sandoval Medina fueron las pifias que desembocaron en la huida de los líderes de la Familia Michoacana, ubicados en diferentes momentos durante el sexenio pasado en sus guaridas en el sur del Estado de México y en la zona calentana de Guerrero. Otros fueron los intentos frustrados por capturar a Nemesio Oseguera Cervantes alias “el Mencho” líder del llamado Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). El meollo del anuncio del martes sería evitar fugas de información con un Sistema Nacional de Inteligencia que ahora sí funcione.

@velediaz424