- Nota: con respeto, publicamos la última colaboración del senador Joel Molina Ramírez, recibida en la Redacción unos días antes de su sensible fallecimiento. Descanse en Paz
Estimados tlaxcaltecas, los saluda su amigo Joel Molina Ramírez. Tlaxcala es un estado único, un lugar lleno de magia y cultura. Su gente es buena, dedicada, talentosa, y tiene confianza en salir adelante como fruto de su propio trabajo.
La convivencia con nuestros paisanos, el contacto cotidiano con quienes hacen grande a nuestro estado, me deja claro que, con nuestras capacidades, con nuestra suma de voluntades, podemos lograr que el nombre de nuestra patria chica trascienda.
Todos debemos preguntarnos, ¿qué hacemos por mejorar Tlaxcala?
Al contemplar con admiración los íconos de nuestro estado, como la hermosa montaña Malintzi; la plaza bella de toros Jorge "El Ranchero" Aguilar, la impresionante Maquinita de Apizaco, o la apacible laguna de Acuitlapilco, nos invade un sentimiento de arraigo profundo, de orgullo por nuestra identidad, comparable con esa sensación que nos despierta revisar nuestra historia y reencontrarnos con nuestro pasado glorioso.
Es momento de reconocer el legado del pueblo de Tlaxcala, y agradecer el aporte de sus hijos en cada generación, porque cada rincón del territorio tlaxcalteca está lleno de valor y esperanza de un mejor porvenir.
Lo vemos en la mente inteligente y las manos habilidosas de nuestros artesanos, que ponen el corazón en cada pieza que crean, como pasa en Santa Ana Chiautempan, cuna del sarape; o San Pablo del Monte, tierra de la talavera.
Así como nos admiramos por los resultados de su labor, podemos convencernos de la importante lección que nos enseñan cada día, porque es a través de la perseverancia, del empeño, de las ganas de significarse por sus creaciones, como logran que estas sigan vigentes a pesar del paso del tiempo. Sigamos su ejemplo.
Sigamos el ejemplo de nuestros campesinos, que se comprometen con sus cosechas sin importar los designios del clima; de nuestros maestros, que se siguen preparando para enseñar a nuestros niños y jóvenes ante los grandes retos que enfrenta ahora la educación; de nuestros comerciantes, que luchan y no se rinden pese a las bajas ventas en los últimos meses; de los empresarios y emprendedores, que invierten en sus negocios y generan empleos asumiendo riesgos por las familias que dependen de ellos, y de nuestros profesionistas, como los médicos, que recién celebraron su Día en México, y a quienes hay que aplaudir su fortaleza en la lucha contra la Covid-19.
Aunque muchos sectores en el estado padecen el olvido de los gobiernos, siempre nos demuestran que la dignidad de los tlaxcaltecas está por encima de todo. Es nuestra gente la que hace grande a Tlaxcala, y necesitamos su fuerza para transformarla.
Estimados amigos: tenemos que estar convencidos de nuestra capacidad para mejorar Tlaxcala.
A lo largo de mi trayectoria profesional y política, he podido apreciar el espíritu de nuestro pueblo, que descansa en la manera en que sus mujeres y hombres siguen adelante, inspirados por el amor a su tierra y su familia, por la devoción a sus tradiciones y creencias, por su sentido de pertenencia que enriquece a sus comunidades.
Nuestro compromiso con Tlaxcala y la sociedad es real, y con respeto agradecemos las muestras de apoyo y solidaridad con el proyecto que impulsamos para rescatar su grandeza.
Necesitamos un futuro con experiencia.
Convocamos a todos a generar unidad para construirlo y lograr un mejor Tlaxcala.
Ni un paso atrás. Ganemos el lugar que merecemos en la historia.
Gracias por su atención.