/ lunes 4 de noviembre de 2024

Igualdad sustantiva… ¿y eso qué es?

Durante el transcurso de la lucha femenina por ser reconocidas primero como sujetos de derechos y luego por incursionar en la vida pública, léase laboral, social o política, los términos de esa lucha han cambiado y muchas personas no lo saben.

Comenzó con las “sufragistas”. Ellas querían tener acceso al voto y a la educación, fundamentalmente. Luego pasó a la “liberación de la mujer”; en esa etapa se eliminaron muchas barreras que impedían a las mujeres tener y ser. Algunos ejemplos, tener propiedades, cuentas bancarias, licencia de manejo, acceder a educación superior y de postgrado, emprender negocios y por supuesto, participar en política. Todo ello sin el permiso de sus padres, novios o esposos.

Con el tiempo se comenzó a hablar de “equidad de género” y con ello, de acceso a derechos sociales, a altos mandos de empresas e instituciones y se hicieron más frecuentes las famosas “primeras”. La primera en manejar un auto se carreras, de ser Presidenta de empresa, alcaldesas y gobernadoras, entre otras profesiones que se pensaba eran “cosas de hombres”.

Hoy, después de reconocer los avances que sin duda han acompañado a quienes vivimos en el siglo XX y el XXI, también nos hemos enfrentado a muros invisibles que detienen el avance real que se esperaría de las puertas que se han abierto y mantienen conductas (anti) culturales de un profundo machismo que impiden el ejercicio pleno de derechos, oportunidades y responsabilidades en condiciones de efectiva igualdad.

Es decir, siguen las desigualdades estructurales, históricas, siendo topes en la vida diaria de muchísimas mujeres que aparentemente ya están “empoderadas”. Como ejemplo, la cámara de diputados. La LXVI Legislatura (2024-2027) se reafirma como la Legislatura de la Paridad. De sus 500 integrantes, 251 son mujeres. Numéricamente hay paridad, claro, pero, ¿de verdad hay igualdad? Difícilmente cuando en el órgano más poderoso de la cámara, la Junta de Coordinación Política, integrada por los coordinadores de los grupos parlamentarios representados en la Cámara, hay 4 hombres y 2 mujeres.

Entonces ¿qué es la igualdad sustantiva? es un concepto que se refiere a la necesidad de garantizar que todas las personas, sin importar su género, raza, etnicidad, orientación sexual, discapacidad u otras características, porque las desigualdades no solo son entre mujeres y hombres, tengan las mismas oportunidades y condiciones para acceder a derechos, recursos y beneficios en la sociedad, especialmente en actividades antes solo consideradas masculinas como temas de efectivo ejercicio de poder político, económico y social.

A diferencia de la igualdad formal, que se centra en la igualdad ante la ley y en la ausencia de discriminación legal, tal cual se plasma en la Constitución y las Leyes mexicanas, la igualdad sustantiva busca abordar y eliminar las desigualdades estructurales y sistémicas que impiden que ciertos grupos alcancen una verdadera equidad.

Esta semana se aprobará establecer en la Constitución reformas en materia de igualdad sustantiva, perspectiva de género, derecho de las mujeres a una vida libre de violencia y erradicación de la brecha salarial por razones de género.

Todas y todos los legisladores es tan de acuerdo en este cambio. Ahora, ¿están los poderosos dispuestos a renunciar a sus privilegios en favor de ellas? Difícil. Al tiempo.


Durante el transcurso de la lucha femenina por ser reconocidas primero como sujetos de derechos y luego por incursionar en la vida pública, léase laboral, social o política, los términos de esa lucha han cambiado y muchas personas no lo saben.

Comenzó con las “sufragistas”. Ellas querían tener acceso al voto y a la educación, fundamentalmente. Luego pasó a la “liberación de la mujer”; en esa etapa se eliminaron muchas barreras que impedían a las mujeres tener y ser. Algunos ejemplos, tener propiedades, cuentas bancarias, licencia de manejo, acceder a educación superior y de postgrado, emprender negocios y por supuesto, participar en política. Todo ello sin el permiso de sus padres, novios o esposos.

Con el tiempo se comenzó a hablar de “equidad de género” y con ello, de acceso a derechos sociales, a altos mandos de empresas e instituciones y se hicieron más frecuentes las famosas “primeras”. La primera en manejar un auto se carreras, de ser Presidenta de empresa, alcaldesas y gobernadoras, entre otras profesiones que se pensaba eran “cosas de hombres”.

Hoy, después de reconocer los avances que sin duda han acompañado a quienes vivimos en el siglo XX y el XXI, también nos hemos enfrentado a muros invisibles que detienen el avance real que se esperaría de las puertas que se han abierto y mantienen conductas (anti) culturales de un profundo machismo que impiden el ejercicio pleno de derechos, oportunidades y responsabilidades en condiciones de efectiva igualdad.

Es decir, siguen las desigualdades estructurales, históricas, siendo topes en la vida diaria de muchísimas mujeres que aparentemente ya están “empoderadas”. Como ejemplo, la cámara de diputados. La LXVI Legislatura (2024-2027) se reafirma como la Legislatura de la Paridad. De sus 500 integrantes, 251 son mujeres. Numéricamente hay paridad, claro, pero, ¿de verdad hay igualdad? Difícilmente cuando en el órgano más poderoso de la cámara, la Junta de Coordinación Política, integrada por los coordinadores de los grupos parlamentarios representados en la Cámara, hay 4 hombres y 2 mujeres.

Entonces ¿qué es la igualdad sustantiva? es un concepto que se refiere a la necesidad de garantizar que todas las personas, sin importar su género, raza, etnicidad, orientación sexual, discapacidad u otras características, porque las desigualdades no solo son entre mujeres y hombres, tengan las mismas oportunidades y condiciones para acceder a derechos, recursos y beneficios en la sociedad, especialmente en actividades antes solo consideradas masculinas como temas de efectivo ejercicio de poder político, económico y social.

A diferencia de la igualdad formal, que se centra en la igualdad ante la ley y en la ausencia de discriminación legal, tal cual se plasma en la Constitución y las Leyes mexicanas, la igualdad sustantiva busca abordar y eliminar las desigualdades estructurales y sistémicas que impiden que ciertos grupos alcancen una verdadera equidad.

Esta semana se aprobará establecer en la Constitución reformas en materia de igualdad sustantiva, perspectiva de género, derecho de las mujeres a una vida libre de violencia y erradicación de la brecha salarial por razones de género.

Todas y todos los legisladores es tan de acuerdo en este cambio. Ahora, ¿están los poderosos dispuestos a renunciar a sus privilegios en favor de ellas? Difícil. Al tiempo.