Estimados tlaxcaltecas, los saluda su amigo Joel Molina Ramírez. El problema de la contaminación de las aguas superficiales en nuestro estado es un asunto de gran importancia que debemos atender de manera urgente.
El desarrollo y el crecimiento de nuestra entidad han generado beneficios en diversos sectores y niveles, pero también han tenido consecuencias que se pueden ver, por ejemplo, en la calidad del agua de los ríos Zahuapan y Atoyac, que se han convertido en receptores de los desechos de la agricultura, la industria y los asentamientos humanos.
Los estudios disponibles acerca de esta problemática en la región Puebla-Tlaxcala indican que la contaminación del agua de los ríos Atoyac y Xochiac, y sus afluentes, está muy relacionada con el acelerado crecimiento de la población de los centros urbanos y el aumento desordenado de las industrias.
Esta situación representa, lamentablemente, no sólo una amenaza al medio ambiente, sino a la salud pública de más de 2 millones 300 mil personas que habitan en los municipios ubicados en la zona de influencia de estos ríos. También, advierte la urgente necesidad de llevar a cabo acciones para la preservación de los ecosistemas, y el adecuado tratamiento de las aguas residuales, ya que de ello depende la atención de otro problema latente: contar en el futuro con fuentes de abastecimiento de agua para el consumo humano, el riego agrícola, incluso para otras actividades, como la pesca y la recreación. Por esa razón, en el Senado de la República, respaldamos la aprobación de la reforma a la Ley de Aguas Nacionales, para incrementar en cerca del 30 por ciento el monto de las multas por descargar aguas residuales sin el tratamiento que establece la normatividad; por explotar, usar o aprovechar las aguas nacionales sin el título respectivo o por impedir u obstaculizar las visitas, inspecciones, reconocimientos, verificaciones y fiscalizaciones que realicen las autoridades correspondientes.
El aumento en las sanciones se aplicará asimismo por no cumplir con las obligaciones consignadas en los títulos de concesión, asignación o permiso de descarga de aguas; por desperdiciar el agua, y cuando se ocasionen daños ambientales considerables o se generen desequilibrios en materia de recursos hídricos.
Con esta reforma, los senadores buscamos establecer mecanismos que contribuyan a mejorar los procesos de la industria para la reutilización de las aguas que descargan, con la finalidad de garantizar el derecho constitucional y humano de las personas a contar con agua potable, suficiente, salubre, aceptable y asequible. Pero debemos reconocer que este esfuerzo no es suficiente. Estimados tlaxcaltecas: necesitamos de la voluntad y de la participación activa de los industriales y de la población en general para emprender medidas que garanticen la protección de nuestros recursos naturales. Urge poner manos a la obra.
Desde 1995, se han hecho varios análisis y estudios sobre la contaminación de los ríos Zahuapan y Atoyac que han evidenciado una deficiente e inadecuada incorporación de aguas residuales en la región Puebla-Tlaxcala con resultados realmente desastrosos.
Uno de ellos, emprendido por asociaciones civiles a partir de la revisión de los índices de calidad del agua a cargo de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), entre los años 1999 y 2007, mostró que el 54% de los cuerpos de agua no es apta para ningún uso, que el 31% son únicamente aptos para uso industrial o agrícola, y que ninguno de ellos permite condiciones de permanencia de los ecosistemas.
Autoridades y ciudadanos debemos cerrar filas, y pasar del problema a la solución del problema. Por eso es de reconocerse la iniciativa del gobernador Marco Antonio Mena, que acordó con el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, un trabajo conjunto para recuperar los ríos Zahuapan y Atoyac, y que en este esfuerzo se haya incluido al secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Víctor Manuel Toledo Manzur, quien ya manifestó su interés de coordinar, con ambos estados, programas integrales de atención para su saneamiento.
Como Senador de la República celebro esta cooperación y me sumo a ella, ofreciendo mi apoyo institucional para fortalecer sus alcances.
Muchas gracias por su atención. Hasta la próxima entrega.