Reflexionar sobre las dinámicas del derecho en relación a la dinámica social, cultural, económica y jurídica que conlleva a replantearnos sobre la manera en que creamos e idealizamos el derecho; lo anterior para evidenciar que estamos próximos a una globalización caótica del derecho en caso de no atenderlo.
Recientemente tuve la oportunidad de leer un artículo titulado “La globalización del derecho” de Ernesto Grunn, en aquella lectura me pareció sumamente interesante la propuesta del autor para reflexionar y evidenciar que estamos más cerca de un caos globalizado, que podría impactar a la forma en que vivimos el derecho y por consecuencia a la manera en que los Organismos Públicos de Derechos Humanos cumplen su cometido, si bien creo que exageré al decir eso, pero mientras el autor explicaba sobre un fenómeno nombrado como “disipación y bifurcación” que significa que el “estatus” que resulta de las interacciones sociales, económicas, políticas y jurídicas” -cada vez más articuladas y sobre estimuladas- podrían entrar en un caos y por ello me llegaba a la mente lo ocurrido con el Covid; es un fenómeno que pone a prueba la construcción del Estado, la estructura del Estado, los modelos del mismo, el fin y propósito, inclusive, fue un fenómeno que puso en riesgo los derechos humanos de la forma en que los conocemos.
¿Por qué vislumbre esta premisa?, bien recordemos que como sociedad somos resultado de 4 variables; sociedad, economía, política y lo jurídico y que durante el paso del tiempo se materializaron de diferentes aspectos, cada uno de acuerdo a un momento y tiempo determinado y con ello generan modelos específicos de Estado. Ahora para que cada uno prevalezca obliga a interrelacionarse en múltiples dimensiones y niveles, lo que provoca un sistema, vasto, complejo; lleno de canales o líneas de comunicación que crean una sinergia no siempre equilibrada en sus componentes, es decir, los derechos humanos pensábamos que eran resultado de un proceso filosófico de incorporación jurídica y universal, pero no solo es eso, es más complejo, los DDHH resultan de múltiples dimensiones, lo podemos analizar y defender desde lo axiológico, lo teleológico, lo social, lo fenomenológico, pero todo es válido, todo puede ser vigente y efectivo –claro, depende de la temporalidad y el contexto- pero, finalmente, los derechos humanos como un fenómeno globalizador obliga a crear una maquinaria y una ingeniería que sí o sí debe permear sobre cualquier materia del ejercicio del Poder del Estado, en caso de no hacerlo, justo, como lo dice el autor, estaríamos frente a un caos de los DDHH.
Ahora bien, teniendo en cuenta la idea previa permite entender o debiera entenderse que los derechos humanos tendrían que adaptarse a cada una de las respuestas generadas en el sistema que hago mención, si bien los sistemas supranacionales dan muestra de una aliciente creación globalizada del derecho, lo cierto es que recientemente con el fenómeno Covid, evidenciamos lo complejo que el sistema se vuelva caótico, pues cada una de las estructuras sociales tambaleó, la sociedad, gobierno, Estado entraron en crisis de efectividad y eficiencia, el derecho no alcanzó a cubrir las necesidad que el problema requería, hasta los estados más organizados apenas salen de aquel escenario caótico.
No pretendo concluir que la globalización de los derechos humanos es algo que tendríamos que temer o evitar, más bien es necesario que como sociedad y Estado transitemos a un escenario multisistémico, la globalización como herramienta comprensora, con conceptos que debemos considerar en esta ingeniería social, económica, política y jurídica en pro de una sociedad con una verdadera perspectiva, introyección y transversalidad de los derechos humanos.
* Consejero de la Comisión Estatal de Derechos Humanos