/ miércoles 4 de diciembre de 2024

La inclusión efectiva: una realidad que aún exige acciones

Cada 3 de diciembre se conmemora el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la inclusión y la participación plena de este grupo en todos los ámbitos de la sociedad. Sin embargo, a pesar de los avances alcanzados, persisten deudas significativas hacia quienes viven con discapacidad, especialmente en términos de infraestructura, accesibilidad en los entornos laborales, educativos, familiares y comunitarios.

En Tlaxcala, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), se contabilizaban 143,111 personas con alguna limitación y 54,323 personas con discapacidad. Estas cifras nos invitan a actuar, ya que las conmemoraciones no deben limitarse a palabras, sino estar acompañadas de acciones concretas que promuevan la inclusión efectiva.

No basta con reconocer los retos que enfrentan las personas con discapacidad ni con señalar la responsabilidad colectiva para construir una sociedad más inclusiva, justa y equitativa. Es fundamental entender que la discapacidad no ocurre en un vacío, sino que se vive desde realidades diversas, moldeadas por factores como el género, la edad, el origen étnico o la condición socioeconómica.

La discapacidad desde una perspectiva de género

Un aspecto esencial en este análisis es la perspectiva de género, pues las mujeres y niñas con discapacidad enfrentan formas de exclusión y discriminación aún más complejas, como un acceso limitado a la educación y al empleo, en comparación con los hombres con discapacidad; mayor riesgo a la violencia de género, tanto en espacios públicos como privados; e insuficiente atención en políticas públicas y programas sociales, cuando no son consideradas sus necesidades específicas. El enfoque de género e interseccionalidad nos permite abordar estas realidades de manera integral, reconociendo las múltiples desigualdades que convergen en las personas con discapacidad y fortaleciendo el principio de no dejar a nadie atrás.

Desafíos urgentes para la inclusión efectiva

En el marco de esta conmemoración, resulta imperativo reflexionar sobre los desafíos pendientes, como eliminar barreras estructurales y culturales que vinculan la exclusión y los estigmas hacia las personas con discapacidad; garantizar derechos plenos con enfoque de género, asegurando que el acceso a la educación, la salud, el empleo y la participación política responda a las necesidades específicas de las mujeres, niñas y personas con discapacidades diversas; combatir la violencia de género dentro de este contexto, visibilizando y atendiendo de manera prioritaria los riesgos y agresiones que enfrentan las mujeres que viven en esta condición.

Estrategias para una inclusión efectiva

En este esfuerzo, la periodista Jenny Bautista Medina, mujer con discapacidad e integrante del Colectivo Mexicanas con Discapacidad, desde su experiencia propone cinco estrategias prácticas para avanzar hacia una inclusión real: empatizar, entendiendo los factores sociales que afectan a las personas con discapacidad y valorando sus experiencias; informarse sobre los tipos de discapacidad y las formas en las que podemos ser aliadas o aliados en su día a día; preguntar y no suponer, en lugar de asumir necesidades, debemos escuchar a las personas con discapacidad para saber cómo apoyar de manera efectiva; respetar los espacios de accesibilidad, como rampas, accesos reservados, sanitarios adaptados y áreas designadas, contribuyendo así a su independencia; y comentar y compartir información, promoviendo la sensibilización sobre la discapacidad y las formas de construir una sociedad más inclusiva.

Un compromiso colectivo por la justicia y la equidad

La conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad nos recuerda que los derechos humanos son universales e indivisibles. No puede haber justicia ni equidad mientras las personas con discapacidad, especialmente mujeres y niñas, continúen enfrentando barreras que les impiden vivir con dignidad.

Es momento de trascender la reflexión y transformar nuestras palabras en acciones. Solo así podremos construir una sociedad donde la inclusión no sea un ideal, sino una realidad tangible para todas las personas.