El llamado de la gobernadora Lorena Cuéllar a los municipios no pudo ser más oportuno. La Séptima Reunión de la Mesa Interregional para la Construcción de Paz y Seguridad fue la ocasión que aprovechó para transmitir a las nuevas autoridades municipales que la coordinación entre los órdenes de gobierno es la clave para obtener resultados en materia de seguridad.
El mensaje de la mandataria estatal fue muy claro: la mayor responsabilidad que tienen los alcaldes que están por iniciar funciones es garantizar seguridad pública a las y los ciudadanos en cada uno de los 60 municipios, razón por la cual deben generar condiciones propicias para coordinarse con las autoridades estatales y federales.
Realmente, los próximos ayuntamientos tienen a su alcance la oportunidad de ofrecer resultados en seguridad desde el arranque de su gestión, aprovechando el apoyo que la titular del Ejecutivo estatal les ha ofrecido en esta sensible función.
La seguridad pública es una responsabilidad que comparten los tres órdenes de gobierno, de modo que las estrategias basadas en el fortalecimiento de sus actividades institucionales abonan a los resultados del conjunto. Es decir, el trabajo aislado que pudieran emprender las autoridades por separado no tendría la misma contundencia que las labores coordinadas que, en equipo, pudieran llevar a cabo.
Sabemos que Tlaxcala acumula 24 meses como el estado con la menor incidencia delictiva, pero esto no es la consecuencia de la acción unilateral del gobierno estatal, sino de la actitud colaborativa que la titular del Ejecutivo ha asumido desde las Mesas para la Construcción de Paz y Seguridad, donde se han tomado decisiones fundamentales para hacer frente a la complejidad del fenómeno delictivo.
Cuando se menciona que en Tlaxcala se abatieron 20 años de rezago en infraestructura, tecnología y equipamiento en seguridad pública, a partir de una inversión que ya supera los mil millones de pesos, parece dejarse de lado que también cambió el esquema de colaboración interinstitucional, ya que la gobernadora ha sido la primera interesada en respaldar a los municipios para que logren, no solamente contar con más patrullas, uniformes y equipos, sino también con la certificación y capacitación de sus cuerpos de seguridad.
Por eso, a unos días del cambio de gobierno en los municipios, Lorena Cuéllar subrayó que la lucha contra la inseguridad es la principal demanda de las y los tlaxcaltecas, por lo que convocó a los alcaldes entrantes a poner su mejor empeño y dedicación para cuidar el desarrollo de la política de seguridad.
La visión del actual gobierno estatal advierte la preocupación por dotar a Tlaxcala de las condiciones que le permitan hacer de la seguridad una ventaja competitiva que, por un lado, ofrezca crecimiento económico, y por otro, brinde bienestar social.
En el recuento de la primera mitad de la actual administración hay constancia de la manera en que la gobernadora buscó involucrar a los ayuntamientos salientes en una dinámica de coordinación que les permitiera atender lo fundamental, que es la mejora de sus áreas de seguridad. Lamentablemente, no todos estuvieron a la altura de las circunstancias.
Pese a ello, la actitud de la mandataria se mantuvo firme, y uno de sus proyectos más ambiciosos, la instalación de un Centro de Control y Comando (C2) en cada uno de los 60 municipios, para que se conecten al Centro de Control, Comando, Comunicaciones, Cómputo, Coordinación e Inteligencia (C5i) que inauguró el año pasado, está cobrando forma para convertir a Tlaxcala en el primer estado del país en disponer de alta tecnología de videovigilancia en todo su territorio.
Sin duda, propiciar escenarios de tranquilidad y paz social exige, además de voluntad política, un genuino compromiso con la ciudadanía, para que cada acción de gobierno, en sus distintos órdenes, se encauce a la atención de esta prioridad.
Esperemos que los nuevos alcaldes se sumen, en los hechos, a este llamado, para que contribuyan a que los esfuerzos emprendidos en los últimos tres años en la entidad sigan adelante desde lo local, donde la población, precisamente, espera cambios.