/ miércoles 14 de agosto de 2024

La tarea del servidor público

Mucho he escrito sobre la importancia de comprender la forma en que funcionan los órganos y poderes del Estado para evitar errores que afectan a la sociedad; cuando un tomador de decisión no comprende el alcance, los objetivos y la naturaleza del órgano o poder que representa está destinado a violentar sistemáticamente muchos derechos humanos.


Como se ha mencionado en múltiples ocasiones, una violación a los derechos humanos ocurre por un acto u omisión de una autoridad, es decir, algo hizo mal o algo no hizo que provocó un daño; daño a una persona o víctima y además una afectación al ordenamiento constitucional.


Ante este escenario la restitución se tendría que hacer valer desde un procedimiento jurisdiccional o un procedimiento no jurisdiccional; es decir, los procedimientos tienen la finalidad de cuidar los intereses de la persona y de las instituciones estaduales, por tanto un eficiente servidor público requiere comprender varias cosas, como el papel que desempeñará, la manera en que se organiza su institución, la manera en que se vincula con los demás órganos y poderes, comprender y hacer valer la división de funciones y atribuciones entre poderes, así también identificar el papel que desempeñan los organismos constitucionales autónomos, y sobre todo tener una claridad en la competencia comunal, municipal, estatal, federal y supranacional.


Con lo anterior quiero magnificar que debe existir una seriedad en ser un servidor público, la realidad que se percibe como ciudadano no espera a que un servidor llegue a ocupar su cargo para aprender a hacer las cosas; la dinámica que viven los ciudadanos dista la mayoría de las veces de las estrategias institucionales.


Ya he mencionado dos elementos para ser un eficiente servidor público, que es comprender el propósito y ubicación de la institución que representen, y tomar con seriedad su papel, pero para mí, el tercer elemento son las tareas que llegue a desempeñar, dichas tareas quiero dividirlas en dos tipos, tareas estructurales y tareas operativas.


Las tareas estructurales tienen que ver con evitar, en gran medida, errores sobre competencias y atribuciones; durante varios años hemos sido testigos de confrontaciones absurdas y sin sentido ente diversos órganos y poderes, cada uno tratando de incidir sobre las decisiones o facultades de otro órgano o poder. Quizá lo más marcado es incentivar la desaparición de diversos organismos constitucionales autónomos, de fomentar la modificación sobre la elección de quienes representar el poder jurídico, tratando de asimilarlo a un sistema de elección del poder político, inclusive suponer la rendición de cuentas desde órganos y poderes que no son competentes o abusar de sus funciones y atribuciones para señalar o evidenciar problemas operativos de otros órganos o poderes. La lista de ejemplos es inmensa y lamentablemente crece en la medida que no se asume con seriedad y responsabilidad el papel de ser un servidor público.


En cuanto a lo operativo, bueno, solo es necesario voltear a ver la cantidad de procesos o procedimientos levados para la restitución de los DDHH, de la cantidad de intervenciones en los órganos internos de control o inclusive desde las quejas y denuncias desde los medios digitales o tradicionales de comunicación.


Por todo lo anterior es que insisto en que hay un área de oportunidad para no fallar en las tareas como servidor público; pero sobre todo tener en cuenta que la capacitación, actualización y la experiencia son las mejores herramientas para no fallar a la ciudadanía tlaxcalteca.

Consejero de la Comisión Estatal de Derechos Humanos

Una violación a los derechos humanos ocurre por un acto u omisión de una autoridad, es decir, algo hizo mal o algo no hizo que provocó un daño.