/ miércoles 2 de octubre de 2024

La urgencia de erradicar la violencia hacia la mujer: un llamado a la acción

La violencia hacia la mujer es un problema persistente que no entiende de fechas ni de momentos, al contrario, es una realidad que se vive día a día, y que sigue marcando la vida de muchas mujeres en todo el mundo.

Aunque ha habido avances en la lucha por la igualdad y la protección de los derechos humanos de las mujeres, las estadísticas siguen siendo alarmantes, cada cifra representa una historia, un sufrimiento, una vida interrumpida por la violencia.

El derecho a una vida libre de violencia se encuentra en el marco más amplio de los derechos humanos, como en la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), adoptada en 1979, que establece que los estados deben tomar medidas para eliminar la discriminación y proteger a las mujeres de la violencia.

Además, en la Declaración de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, de 1993, que reconoce la violencia de género como una manifestación de la desigualdad y un obstáculo para el desarrollo, y a nivel nacional, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV), entre otras. Sin embargo, la implementación efectiva de estas leyes sigue siendo un desafío.

Según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSPS), durante casi el primer semestre del 2024 se registraron 463 presuntos feminicidios en México. Este total reflejaría un promedio de dos feminicidios por día; aunque esta cifra es menor que años pasados.

Si se compara este primer semestre de 2024 con los registros de años previos se observa que la tendencia se mantiene a la baja. Lastimosamente las muertes de mujeres y niñas todavía son alarmantes.

Así pues, nos damos cuenta de que aún falta mucho por hacer para revertir estos datos, las políticas públicas deben ser más efectivas y abarcar un enfoque integral que no solo castigue a los agresores, sino que también brinde apoyo y recursos a las víctimas, pues la prevención debe ser un pilar fundamental en esta lucha.

La colaboración de todos es crucial, no podemos permitir que la violencia hacia la mujer se normalice, cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar, ya sea denunciando una situación de abuso, apoyando a una víctima o educando a las nuevas generaciones sobre la importancia de la igualdad.

Solo trabajando juntos podremos construir una sociedad más justa, donde cada mujer pueda vivir sin miedo y con plena libertad.

Es hora de actuar y de asumir la responsabilidad que cada uno tiene en esta lucha, la violencia hacia la mujer no es solo un problema de las mujeres; es un problema de toda la sociedad. Juntos, podemos cambiar la narrativa y hacer de este mundo un lugar más seguro y equitativo para todos.