/ miércoles 7 de agosto de 2024

Lactancia materna, derecho que debe ser protegido

La Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se conmemora en la primera semana de agosto de cada año, es un momento para reflexionar en torno a la participación de las mujeres en el ámbito laboral que cada día va en aumento, de ahí que se deben garantizar las condiciones igualitarias y sin discriminación, para que en su espacio laboral puedan conciliar su vida familiar y profesional.


La lactancia materna es un derecho fundamental, universal, imprescriptible e inalienable de las niñas, niños y mujeres, con relación estrecha a sus derechos humanos como la vida, la protección de la salud y la alimentación, entre otros, motivo por el cual debe ser protegido y promovido por todas las personas.


Esto lleva implícito el reconocimiento de los derechos laborales de las mujeres, así como facilitar permisos por maternidad y paternidad adecuados, promoviendo la flexibilidad laboral y respaldando el acceso a servicios de cuidado infantil de calidad.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció para la conmemoración de esta fecha en 2024, el tema “Cerrar la brecha: apoyo a la lactancia materna para todos”, con el objetivo de “homenajear a las madres lactantes en toda su diversidad, a lo largo de su trayectoria de lactancia materna”


Amamantar es un acto de amor y cuidado, un derecho fundamental que debe ser protegido y promovido por el Estado en todos los ámbitos, acciones que sirven para mostrar a las familias, comunidades y trabajadores de la salud las formas en que se puede respaldar a las madres lactantes.


Reflexionar sobre esta conmemoración abona en la construcción de un entorno laboral igualitario y protector de la salud, así como a tomar conciencia sobre la importancia de que la cultura de lactancia materna también corresponde a los varones, pues deben asumir su rol como coadyuvantes en la atención de las y los recién nacidos. Buscando igualdad para las madres vulnerables que pueden necesitar apoyo adicional para reducir las desigualdades en la lactancia materna.


La OMS ha señalado que se requieren políticas y acciones que valoren a las mujeres y la lactancia materna, respeto por la autonomía de las éstas y su derecho a amamantar en cualquier momento y lugar.


Añade que para ello se debe tomar conciencia sobre los derechos de maternidad que no obliguen a las mujeres a elegir entre sus familias y su trabajo, tener acompañamiento y asesoría por profesionales de la salud capacitados que apoyen, de manera respetuosa, para la lactancia materna.


De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2022 (http://bit.ly/Ensanut2022), en México, sólo el 49.2 por ciento de las y los recién nacidos recibieron leche materna en la primera hora de vida y sólo el 33.6 por ciento de los menores de 6 meses, lactancia materna exclusiva, 27.2 por ciento de niñas y niños de 24 meses no la recibió durante los primeros tres días de vida, y fue alimentado con fórmula comercial infantil (FCI), seguido por el agua simple (5.5 por ciento) y tés o infusiones (4.4 por ciento ), lo que evidencia las prácticas inadecuadas de lactancia materna en el país. Mientras que 42 por ciento, de entre seis y 23 meses, consumió alimentos no saludables, lo que resta las metas de desarrollo sostenible para el 2030 que son de alcanzar el 70 ciento.


Una de las acciones fundamentales para la protección de la lactancia de las mujeres trabajadoras, es la promoción de establecimientos de salas de lactancia en los centros de trabajo, por tanto, todas las instituciones públicas tenemos la obligación de garantizar que las madres trabajadoras ejerzan su derecho, en primera instancia, a alimentar a sus hijas o hijos durante la jornada laboral, sin discriminación, en espacios adaptados y conforme a lo establecen los artículos 4 y 123 Constitucional, y los correspondientes a la Ley Federal del Trabajo, la Ley General de los Derechos de NNA, la Ley de Salud y la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.


Reconocemos el trabajo que han hecho dependencias públicas y privadas, que han destinado espacios en sus oficinas para dar este servicio, porque son útiles para las mujeres, sus hijas e hijos y abren la oportunidad a otras más a que se sumen a estas acciones que benefician a todas las personas.


La Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se conmemora en la primera semana de agosto de cada año, es un momento para reflexionar en torno a la participación de las mujeres en el ámbito laboral que cada día va en aumento, de ahí que se deben garantizar las condiciones igualitarias y sin discriminación, para que en su espacio laboral puedan conciliar su vida familiar y profesional.


La lactancia materna es un derecho fundamental, universal, imprescriptible e inalienable de las niñas, niños y mujeres, con relación estrecha a sus derechos humanos como la vida, la protección de la salud y la alimentación, entre otros, motivo por el cual debe ser protegido y promovido por todas las personas.


Esto lleva implícito el reconocimiento de los derechos laborales de las mujeres, así como facilitar permisos por maternidad y paternidad adecuados, promoviendo la flexibilidad laboral y respaldando el acceso a servicios de cuidado infantil de calidad.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció para la conmemoración de esta fecha en 2024, el tema “Cerrar la brecha: apoyo a la lactancia materna para todos”, con el objetivo de “homenajear a las madres lactantes en toda su diversidad, a lo largo de su trayectoria de lactancia materna”


Amamantar es un acto de amor y cuidado, un derecho fundamental que debe ser protegido y promovido por el Estado en todos los ámbitos, acciones que sirven para mostrar a las familias, comunidades y trabajadores de la salud las formas en que se puede respaldar a las madres lactantes.


Reflexionar sobre esta conmemoración abona en la construcción de un entorno laboral igualitario y protector de la salud, así como a tomar conciencia sobre la importancia de que la cultura de lactancia materna también corresponde a los varones, pues deben asumir su rol como coadyuvantes en la atención de las y los recién nacidos. Buscando igualdad para las madres vulnerables que pueden necesitar apoyo adicional para reducir las desigualdades en la lactancia materna.


La OMS ha señalado que se requieren políticas y acciones que valoren a las mujeres y la lactancia materna, respeto por la autonomía de las éstas y su derecho a amamantar en cualquier momento y lugar.


Añade que para ello se debe tomar conciencia sobre los derechos de maternidad que no obliguen a las mujeres a elegir entre sus familias y su trabajo, tener acompañamiento y asesoría por profesionales de la salud capacitados que apoyen, de manera respetuosa, para la lactancia materna.


De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2022 (http://bit.ly/Ensanut2022), en México, sólo el 49.2 por ciento de las y los recién nacidos recibieron leche materna en la primera hora de vida y sólo el 33.6 por ciento de los menores de 6 meses, lactancia materna exclusiva, 27.2 por ciento de niñas y niños de 24 meses no la recibió durante los primeros tres días de vida, y fue alimentado con fórmula comercial infantil (FCI), seguido por el agua simple (5.5 por ciento) y tés o infusiones (4.4 por ciento ), lo que evidencia las prácticas inadecuadas de lactancia materna en el país. Mientras que 42 por ciento, de entre seis y 23 meses, consumió alimentos no saludables, lo que resta las metas de desarrollo sostenible para el 2030 que son de alcanzar el 70 ciento.


Una de las acciones fundamentales para la protección de la lactancia de las mujeres trabajadoras, es la promoción de establecimientos de salas de lactancia en los centros de trabajo, por tanto, todas las instituciones públicas tenemos la obligación de garantizar que las madres trabajadoras ejerzan su derecho, en primera instancia, a alimentar a sus hijas o hijos durante la jornada laboral, sin discriminación, en espacios adaptados y conforme a lo establecen los artículos 4 y 123 Constitucional, y los correspondientes a la Ley Federal del Trabajo, la Ley General de los Derechos de NNA, la Ley de Salud y la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.


Reconocemos el trabajo que han hecho dependencias públicas y privadas, que han destinado espacios en sus oficinas para dar este servicio, porque son útiles para las mujeres, sus hijas e hijos y abren la oportunidad a otras más a que se sumen a estas acciones que benefician a todas las personas.