Los gobiernos municipales son relevantes en tanto son el nivel de gobierno más cercano a la población. Además, tienen a su cargo servicios públicos y funciones directamente vinculadas con las condiciones de vida de las personas. Esto ha sido resultado de la organización de la república en una forma federal y del valor dado a la figura del municipio y el ayuntamiento. También es resultado, en buena medida, de la vida comunitaria y los rasgos identitarios en varias regiones del país. Es decir, los municipios, además de ser una forma de organización político-administrativa, son el resultado de la formación de comunidades estrechas que colaboran a partir de la compartición de ciertos elementos de identidad y vida colectiva.
En consecuencia, los municipios —diversos todos— requieren de instituciones gubernamentales igualmente diversas. Deben responder a los varios intereses y gestionar la vida colectiva dada a nivel municipal. Ciertamente es una tarea compleja que requiere de destrezas, conocimiento, planeación y colaboración; de ahí que los ayuntamientos —figura histórica y heredada del período de la conquista— sean un reflejo de la vida colectiva de los municipios en los que se gestionan los asuntos de interés para la población.
Dada la relevancia de los gobiernos municipales, en medio de las condiciones estructurales que han dificultado el desarrollo con menos desigualdades, resulta sugerente poner bajo el análisis cuáles son los principales retos que enfrenta un gobernante en dicho nivel de gobierno. En el último proceso electoral (2024) se eligieron un total de 1808 presidentes municipales a nivel nacional. La totalidad de estos personajes que ahora asumen funciones públicas enfrentarán situaciones diferentes en función de las características de sus municipios y de la herencia dada a partir del funcionamiento de administraciones previas. Sin embargo, hay un común denominador: las bajas capacidades institucionales para desarrollar las funciones y servicios señalados en el artículo 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Las soluciones para revertir este escenario, en el que los gobiernos municipales no logran desarrollar eficazmente sus funciones mínimas, debe surgir a partir de un gran diálogo nacional y la coloración de los gobiernos estatales y municipales. Destaca que la construcción de espacios de ayuda, apoyo técnico, contribuciones presupuestales y el fortalecimiento de sus relaciones intergubernamentales podrán incidir directamente en la generación de resultados positivos para que la población sea beneficiaria de gobiernos eficaces.
Las acciones de los gobiernos municipales, como lo demuestra el Índice de Capacidades Funcionales Municipales (ICFM) repercuten en las posibilidades de las personas para contar con mejores condiciones para su desarrollo humano. Si se sostienen gobiernos municipales con bajas capacidades, entonces las personas de dichos municipios enfrentan mayores obstáculos para su crecimiento personal y colectivo. Una gestión municipal eficaz es uno de los grandes desafíos para estos tiempos de transformación.
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