/ viernes 10 de marzo de 2023

Mirador del sur | El cobro por su uso en el ejido de Zacatelco

Espacios deportivos que fueron construidos en el gobierno de Alfonso Sánchez Anaya y, sin que exista algún documento oficial, han sido adjudicados para su administración, por parte de ejidatarios, por el hecho de que están en su zona.

En esta situación, llama la atención que el comisariado ejidal asignó a personas para cobrar por el uso del multidisciplinario y pista sintética de atletismo, asumiendo una posición lucrativa, aunque digan que es para cubrir sus honorarios.

Fue desagradable llegar al espacio deportivo y observar pancartas en donde informan del cobro de cinco y 10 pesos para ingresar, lo que es tarea del Instituto del Deporte de Tlaxcala y área jurídica del Gobierno del Estado, de analizar el caso, ya que estas medidas limitan el ingreso de deportistas, que no cuentan con recursos para estar pagando a los ejidatarios.

Vivimos tiempos en que las instalaciones públicas deben estar abiertas para todos, sin condicionantes, como ocurre en el ejido de Zacatelco.

El deporte no debe ser motor de interés de grupos, por lo que los ejidatarios deben dejar de pedir dinero, lo que es desagradable por el rubro que afectan.

En este municipio, el actual gobierno local no paga un solo peso a ejidatarios para el mantenimiento de las áreas deportivas, lo que sí ocurría en anteriores administraciones, este es uno de los motivos por el que cobran a los deportistas y ciudadanía en general, que va a recrearse y ejercitarse.

OSCURIDAD

Y donde la deficiencia de alumbrado público pone en riesgo a los habitantes de esa zona es el área de ingreso por la autopista Puebla-Tlaxcala.

Vecinos se quejan de que están sin una sola lámpara y cuando regresan de su trabajo o alguna actividad corren el riesgo de ser asaltados.

Incluso, han observado que en esa área ambulan delincuentes de casas habitación y vehículos, por lo que consideran una imprudencia que las autoridades de Zacatelco no tomen cartas en el asunto.

INCONFORMIDAD

Han sido mayores, las reuniones de vecinos de diferentes calles de Zacatelco, por los problemas de inseguridad pública, que son tema incómodo de todos los días.

Los habitantes han informado, a quienes encabezan las direcciones de Seguridad y Gobernación, de asuntos riesgosos, como la detonación de armas de fuego, y los recurrentes robos a viviendas, transeúntes y viviendas.

Lo grave de la realidad de Zacatelco es que el director de Seguridad, Javier Mendieta niega toda la problemática que envuelve al municipio y asegura que las acusaciones y hechos ocurridos son montajes de los detractores del presidente municipal Hildeberto Pérez Álvarez.

Ante este panorama, el llamado “corazón del sur” no está para simulaciones, sino para atender con compromiso y decisión los problemas existentes.

El señor Mendieta debe dejar de jugar al político demagogo y mentiroso, no actuar de tapadera ante la falta de ejercicio del presupuesto de su área, y dar resultados con una policía dinámica, que se vea activa y en el tema que defiende, no pasiva por la falta de combustible para mover las patrullas.

Espacios deportivos que fueron construidos en el gobierno de Alfonso Sánchez Anaya y, sin que exista algún documento oficial, han sido adjudicados para su administración, por parte de ejidatarios, por el hecho de que están en su zona.

En esta situación, llama la atención que el comisariado ejidal asignó a personas para cobrar por el uso del multidisciplinario y pista sintética de atletismo, asumiendo una posición lucrativa, aunque digan que es para cubrir sus honorarios.

Fue desagradable llegar al espacio deportivo y observar pancartas en donde informan del cobro de cinco y 10 pesos para ingresar, lo que es tarea del Instituto del Deporte de Tlaxcala y área jurídica del Gobierno del Estado, de analizar el caso, ya que estas medidas limitan el ingreso de deportistas, que no cuentan con recursos para estar pagando a los ejidatarios.

Vivimos tiempos en que las instalaciones públicas deben estar abiertas para todos, sin condicionantes, como ocurre en el ejido de Zacatelco.

El deporte no debe ser motor de interés de grupos, por lo que los ejidatarios deben dejar de pedir dinero, lo que es desagradable por el rubro que afectan.

En este municipio, el actual gobierno local no paga un solo peso a ejidatarios para el mantenimiento de las áreas deportivas, lo que sí ocurría en anteriores administraciones, este es uno de los motivos por el que cobran a los deportistas y ciudadanía en general, que va a recrearse y ejercitarse.

OSCURIDAD

Y donde la deficiencia de alumbrado público pone en riesgo a los habitantes de esa zona es el área de ingreso por la autopista Puebla-Tlaxcala.

Vecinos se quejan de que están sin una sola lámpara y cuando regresan de su trabajo o alguna actividad corren el riesgo de ser asaltados.

Incluso, han observado que en esa área ambulan delincuentes de casas habitación y vehículos, por lo que consideran una imprudencia que las autoridades de Zacatelco no tomen cartas en el asunto.

INCONFORMIDAD

Han sido mayores, las reuniones de vecinos de diferentes calles de Zacatelco, por los problemas de inseguridad pública, que son tema incómodo de todos los días.

Los habitantes han informado, a quienes encabezan las direcciones de Seguridad y Gobernación, de asuntos riesgosos, como la detonación de armas de fuego, y los recurrentes robos a viviendas, transeúntes y viviendas.

Lo grave de la realidad de Zacatelco es que el director de Seguridad, Javier Mendieta niega toda la problemática que envuelve al municipio y asegura que las acusaciones y hechos ocurridos son montajes de los detractores del presidente municipal Hildeberto Pérez Álvarez.

Ante este panorama, el llamado “corazón del sur” no está para simulaciones, sino para atender con compromiso y decisión los problemas existentes.

El señor Mendieta debe dejar de jugar al político demagogo y mentiroso, no actuar de tapadera ante la falta de ejercicio del presupuesto de su área, y dar resultados con una policía dinámica, que se vea activa y en el tema que defiende, no pasiva por la falta de combustible para mover las patrullas.