El alcalde Hildeberto Pérez Álvarez le hizo honor a su apodo de “cachorro” y al ponérsele al tu por tu a sus gobernados de Zacatelco, salió más que pateado y doblegado.
El hartazgo en el “corazón del sur” del estado ante la abusiva y deficiente administración del representante del Partido Nueva Alianza, cuya evidencia está documentada, derivó en una legítima protesta en las instalaciones de la Presidencia Municipal.
Y como todo un “cachorro” que siente miedo cuando alguien lo va a atacar, ordenó reprimir a golpes, con palos y gases lacrimógenos a sus detractores.
En su novatez política por decidir aplicar la “ley del garrote” contra inconformes con su gestión, en vez de preferir el diálogo, Hildeberto Pérez no solo recibió como sanción la inhabilitación de su corporación municipal de seguridad, para ceder esa responsabilidad al Estado, sino que abrió el umbral para que la oposición triunfe en las elecciones de junio de 2024.
El principal opositor a las acciones de su gobierno es el regidor priista Francisco Román Cedillo, quien en la manifestación contra Hildeberto Pérez contó con el apoyo de su padre, el expresidente de Zacatelco, Francisco Román Sánchez.
En unas cuantas horas, el alcalde aliancista -que de aliancista no tiene nada- terminó por desnudarse de cuerpo completo y le dio unas cuantas paladas a su tumba política ahora que concluya su mandato.
De paso, el “cachorro” afectó la imagen de su entusiasta hijo, Hildeberto Jr., quien anda muy activo en reuniones y ya se promueve en espectaculares con la intención de posicionarse entre el electorado, aunque para ello presuntamente usa dinero de los zacatelquenses, ahora que se supo que tiene más que las manos metidas en la Tesorería Municipal.
“ROCKSTAR" DE APETATILÁN
Y ya que hablamos de alcaldes, Ángelo Gutiérrez Hernández una vez más hizo suya aquella máxima de que “el que pega primero, pega dos veces”.
El presidente municipal de Apetatitlán fue el primero de los 60 alcaldes en dar a conocer su informe de actividades y no solo puso la vara alta al mostrarse como todo un “rockstar” al montar un escenario de cuatro vistas y reunir en pleno sábado a poco más de tres mil personas, sino que eligió una fecha clave, el 2 de diciembre, día de inicio del proceso electoral local.
Asimismo, logró concentrar a personajes destacados de la política tlaxcalteca ante quienes manifestó aquello que muchos de sus homólogos piensan, pero que pocos se atreven a decir: el gobierno estatal usa el presupuesto a conveniencia y a quienes considera sus opositores los discrimina y castiga con el látigo de su desprecio al reducirles dinero que servirían para obra pública.
Una vez iniciado el proceso electoral 2023-2024, habrá que seguirle la pista a Ángelo Gutiérrez para conocer el rumbo político que tomará.
Sus incondicionales insisten en que lo ideal es que busque la candidatura al Senado porque “ya se lo merece”; los más sensatos dicen que una diputación federal sería una opción competitiva y alcanzable, aunque otros le dicen que podría ganar fácilmente la diputación local.
Lo único cierto al momento es que de no dársele alguna de las tres opciones citadas, el escenario catastrófico para Ángelo Gutiérrez sería la reelección y mantener a Apetatitlán como bastión del PAN en Tlaxcala, pues si algo tiene muy seguro en ese municipio es una sólida estructura.
PRUEBA DE FUEGO
El recién nombrado coordinador de Comunicación Social del Gobierno del Estado, Augusto Ramírez, tiene ante sí una prueba que, de sortearla positivamente, lo hará mantenerse firme en el cargo pese al golpeteo del que ha sido objeto dentro y fuera de la administración.
La presentación del Segundo Informe de Gobierno de este ocho de diciembre será crucial para determinar el rumbo que en cuanto imagen institucional tendrá la gestión de la mandataria Lorena Cuéllar Cisneros al entrar al tercer año de su sexenio.
De entrada, la promoción oficial ha sido bien recibida al privilegiar no a la mandataria como el centro de las acciones, sino a los beneficiarios que son los que realmente importan.
Ojalá que Augusto Ramírez asuma su papel con total seriedad y no acabe haciendo lo que sus antecesores en las últimas tres administraciones, adjudicándose contratos para rentarle a su jefa bocinas y micrófonos, gestionar obra pública para sus cuates y “mocharle” a los convenios que reciben ciertos medios de comunicación.
De momento, lo deseable para el próximo viernes es que, al menos, no se le apaguen las pantallas en pleno informe de la gobernadora Lorena Cuéllar. ¡Hagan changuitos!