Salvo lo que defina el árbitro electoral en las próximas horas, los 11 partidos políticos con registro en Tlaxcala ya aceitan sus maquinarias para el arranque de las campañas a diputaciones locales, presidencias municipales y de comunidad.
Una vez que reciban la constancia que los acredite como candidatos, las estructuras despertarán del letargo en el que se han mantenido para posicionar, ahora sí en serio, a sus abanderados a los diferentes puestos de elección popular.
Si bien las campañas electorales arrancaron el pasado 1 de marzo en el ámbito federal, en la entidad tlaxcalteca el “sabor” lo comenzaron a poner los registros a diputaciones locales e integrantes de ayuntamientos.
Aunque las porras que recibieron varios candidatos al momento de presentar su documentación ante el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) de momento son únicamente campanas al vuelo, lo que fue evidente es un marcado ánimo -de un lado- y desánimo -del otro- entre quienes forman parte del partido gobernante y los opositores.
Queda claro que el enemigo a vencer es el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y aunque en los corrillos políticos se habla de un debilitamiento de su marca, el hecho de que la candidata presidencial, Claudia Sheinbaum Pardo, visite Tlaxcala el mismo día del arranque de las campañas locales (30 de abril), envía un contundente mensaje de que la Cuarta Transformación apostará a ir por todos -o la gran mayoría- de cargos en disputa.
Para nadie es desconocido que en la elección intermedia de cada sexenio la prioridad para el mandatari@ en turno es ganar la mayoría en el Congreso del Estado, para evitar complicarse la existencia al ejecutar proyectos de gran envergadura y para el cierre de su administración.
Es por eso que el lorenismo enfila sus baterías no solo para que Morena y aliados repitan el triunfo en los distritos que ganaron en 2021, sino que ahora obtengan una holgada mayoría que les permita no quebrarse la cabeza a la hora de poner sobre la mesa un acuerdo.
ME LATE Y REVANCHA
Para el caso de los municipios, existen prioridades para el morenismo y la manzana de la discordia la representa Apizaco, donde el panismo -liderado en esa comuna por Pablo Badillo Sánchez- está dispuesto a no cederle ni un centímetro de poder a su contendiente Javier Rivera, quien llega debilitado a la contienda al quitarle grupos al interior la sindicatura, regidurías y comprometer los principales espacios.
Aunque el empresario abarrotero fue beneficiado con la candidatura del partido oficial para buscar arrebatarle el cargo al Partido Acción Nacional, todo indica que no será nada fácil dado que el exalcalde Julio César Hernández Mejía ya limó asperezas con Pablo Badillo y, con las respectivas reservas y condicionantes (entre ellas remover de la administración a gente foránea que no le ha hecho nada bien a la ciudad rielera), ya acordaron ir juntos por una sexta administración consecutiva para el panismo.
En Huamantla, el morenista Juan Carlos Pimentel también va por la revancha y busca arrebatarle el cargo que en 2021 le ganó el hoy cuestionado alcalde con licencia, Salvador Santos Cedillo, para lo cual ya amarró la sindicatura para Uri Alejandra Aguilar Rivera, hija del legislador federal petista Alejandro Aguilar López, mientras que la segunda regiduría para Estefanía Lizeth Monterrosas Díaz, esposa del empresario, exfuncionario estatal y excandidato a la alcaldía, Humberto Macías Romero.
En Chiautempan la cosa está más que candente y Blanca Estela Angulo Meneses, candidata de Morena, ya logró sacudirse al alcalde Gustavo Jiménez al no quedar como suplente su hija Mónica Jiménez, ni ocupar ningún otro espacio en la planilla.
Ante tal situación, los operadores del “sanchezanayista” Juan Carlos Jiménez, el verdadero poder detrás del trono en Chiautempan, ya le dieron la espalda a Morena y buscan desesperadamente cobijo en otras alternativas políticas.
Para el caso de Tlaxcala capital no será un día de campo lo que vivirá Alfonso Sánchez García en su campaña proselitista, puesto que si bien en el aire existe la imagen de que encabeza las preferencias, su problema está en tierra, donde la gran mayoría de votantes de las 11 comunidades y siete delegaciones no lo conocen.
A ello hay que sumar que los propios morenistas que también buscaron la candidatura no están convencidos de impulsar sus aspiraciones no solo por su arrogancia y por no integrarlos para conformar su planilla, sino porque ahora que ya es candidato los ignora y piensa que no los necesita para ganar.
moises.morales@elsoldetlaxcala.com.mx