Para Aristóteles, la prudencia es la guía y la madre de todas las virtudes éticas. Sin ella, ninguna virtud ética como la justicia, la templanza y la fortaleza, pueden llegar a la realización del bien.
La prudencia reconoce nuestro deber moral de actuar con correcto discernimiento en las situaciones que se nos presentan –sea cual sea nuestro ámbito– y nos permite elegir el camino correcto para que se actúe conforme a una recta elección y no por impulso, intereses o pasión.
Si tan sólo el presidente del Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET), Miguel Nava Xochitiotzi, hubiera tomado en cuenta alguno de estos conceptos, no estaría hoy sumido en el descrédito público.
Si de por sí su imagen estaba más que mancillada porque en 2020 fue demandado en dos ocasiones ante la Comisión Jurisdiccional del Senado de la República (la primera por exceso en sus funciones e incurrir en actos y omisiones que atentan contra el buen despacho del encargo y, la segunda, por presuntos actos de corrupción, porque indebidamente y por medio de falsedad de declaraciones trató de cobrar el reembolso de 17 mil 760 pesos por una póliza de seguro de un automóvil que bajo su resguardo sufrió un accidente en el estado de Veracruz durante días considerados como festivos por ser Día de Muertos), con sus resoluciones en casos como el Distrito XV y la elección de Huamantla, su imagen quedó por los suelos.
Pero la culpa no es únicamente del magistrado originario de Contla de Juan Cuamatzi, pues al interior del TET se dice que su principal asesora fue quien le habría soplado al oído a Miguel Nava para torcer los principios de imparcialidad, certeza, legalidad, independencia y objetividad de las elecciones.
El resultado ya lo conocemos: la democracia se impuso y la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le enmendó la plana al ratificar los resultados del 2 de junio y desechar sus acuerdos, en los que acusó una actuación con “dolo”.
De no haber cambios, este miércoles la Sala Superior del TEPJF confirmaría el triunfo de Ana Bertha Mastranzo Corona en el Distrito XV, con cabecera en San Pablo del Monte, al desechar la demanda de Guillermo Hueyotlipan Barrón, de Movimiento Ciudadano.
Con ello, la legisladora con licencia, Marcela González Castillo, se quedaría con las ganas de resultar reelecta, a pesar de que el fin de semana se encomendó a la reliquia de San Judas Tadeo, el llamado “Apóstol de las causas difíciles o desesperadas”.
Mientras tanto, Ana Bertha Mastranzo ya se alista para rendir protesta y, quienes la rodean, afirman que una de sus primeras acciones será pedir juicio político en contra de Miguel Nava, por actuar fuera de la ley y con dolo. Restaría conocer si recibiría el apoyo de la bancada morenista y aliados. Al tiempo.
ADIVINA ADIVINADOR…
¿Serán insuficientes los 34 mil 309 kilómetros cuadrados del estado de Puebla como para que delincuentes de ese terruño decidan tirar cadáveres en Tlaxcala, que es la entidad más pequeña del país con una superficie de apenas 3 mil 996 (nueve veces menos que los vecinos)?