Increíble, tuvieron que pasar 45 años tras la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, para que se reconocieran los derechos de las mujeres como parte de los derechos universales. Entonces se reconoció a la violencia como una violación a sus derechos humanos, equiparable a la tortura y la esclavitud.
La convicción de que somos humanas con derechos sucedió hace apenas 27 años, luego de miles de años desde que la humanidad apareció en la tierra, milenios tras el establecimiento de las naciones, sus repúblicas y toda la base filosófica y política de la democracia. ¿Ciencia ficción?
Durante la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de 1993, celebrada en Viena, Austria, tras un tribunal de hechos y denuncias, concluyó lo que eran los crímenes contra las mujeres. Los gobiernos dijeron que se harían cargo, pero no hicieron la tarea. En 1993 ya habían pasado 22 años desde la creación del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y 12 desde que se instrumentó la campaña 16 días de Activismo contra la violencia de género, que se realiza entre el 25 de noviembre y el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos.
Ahora, en 2024, 80 años después del exterminio nazi, enfrentamos el peligro de una guerra mundial nuclear. Se hiela el alma porque en Ucrania miles de niños y niñas han sido asesinados, miles y miles de mujeres han sido ultrajadas y tienen hambre y miedo.
Mientras, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe declaró hace unos días, que al menos 3 mil 897 mujeres latinoamericanas y caribeñas fueron víctimas de femicidio en 27 países de la región, al menos 11 muertes violentas de mujeres cada día.
¿Y qué pasa el respecto en México? Hace cinco días publicamos que tras la ola de violencia iniciada el 9 de septiembre en Sinaloa, 22 mujeres fueron violentamente asesinadas, dato de la secretaria de las Mujeres estatal, Ana Francis Chiquete Elizalde.
Amnistía Internacional documentó cómo a las mujeres que protestan se les viola sus derechos a la libertad de expresión y de reunión pacífica, hubo uso excesivo de la fuerza, detenciones arbitrarias e incluso violencia sexual. No hay justicia cuatro años después, en Guanajuato, Sinaloa, Quintana Roo, Estado de México y Ciudad de México.
Encima hace una semana está en huelga el personal del Centro de Justicia para las Mujeres en Tlapa, Guerrero, porque su personal tiene siete meses sin recibir salario. La pregunta es si no habrá rectificación en la propuesta de presupuesto que recorta recursos para enfrentar la violencia feminicida.
Apenas tres ejemplos del enorme reto para la administración de Claudia Sheineaum Pardo.
Las iniciativas por la promoción y la defensa de los derechos humanos de las mujeres son insuficientes y aunque existan algunos avances notables para dar visibilidad a la violencia feminicida y la respuesta concomitante, nada parece suficiente.
Estos hechos y los que no contamos son una conclusión lamentable este 10 de diciembre, en que concluye la campaña y se cumple un aniversario más de la Carta Universal de los Derechos Humanos. Qué cuentas rendiremos en 2025 cuando se cumplen 30 años de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing que firmó México o en la próxima conferencia de CEPAL. Veremos.
Periodista. Editora de Género de la OEM y directora del portal informativo
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