/ lunes 5 de agosto de 2024

Papeles de mujer, cromosomas de hombre

Cualquier persona que haya elevado su talento natural a través del entrenamiento para llegar a unos Juegos Olímpicos (JO), merece respeto y admiración. No bastaría ser hombre para ganarle a una mujer en una disciplina deportiva, pero sí que es verdad que, en esos niveles de élite deportiva, el peso, la altura y la composición biológica son circunstancias sin duda determinantes en el rendimiento de un atleta.

Esta semana en el boxeo de París 2024, se dio un caso que revive la polémica sobre las personas intersexuales participando en categoría femenina. La boxeadora italiana Angela Carini abandonó su pelea contra Imane Khelif después de solo 46 segundos de contienda tras recibir un golpe que le rompió la nariz. “Nunca en mi vida me habían golpeado tan fuerte. Depende del Comité Olímpico juzgar”, dijo Angela.

El box tardó 108 años en abrir categoría femenina en los JO. Fue la última disciplina en hacerlo. En esta edición, participan dos boxeadoras que son consideradas mujeres desde el nacimiento pero que sus niveles de testosterona y sus cromosomas indican que esa afirmación es, por decir poco, inexacta. Sus nombres: Imane Khelif, de Argelia y Lin Yu-Ting, de Taiwan.

La biología reconoce que alrededor de un 0.05 % de la población puede tener condiciones de diferencia en desarrollo sexual, también llamada intersexualidad. Es decir, son bebés que nacen con genitales ambiguos o desfigurados. Cuando un bebé varón nace con esta condición, regularmente se presumen niñas y se les asigna sexo femenino. Al parecer es el caso de estas boxeadoras

¡Ah! pero la política no podía sino meter sus narices en el tema y como siempre, enredar lo que no debería estar enredado. Aquí los hechos:

La Asociación Internacional de Boxeo, (IBA por sus siglas en inglés) descalificó a estas deportistas del mundial 2023 por “tener cromosomas XY”; ellas (legalmente son mujeres) pudieron apelar ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo; Lin no lo hizo y Khelif sí, pero retiró el recurso; ¿por qué? lo lógico (al menos a juicio de quien esto escribe) es pensar que de someterse al tribunal los resultados serían del dominio público y no estuvieron en esa disposición.

El Comité Olímpico Internacional (COI) no reconoce a la IBA (presidido por Rusia) desde 2023. Su presidente, Thomas Bach ha declarado en rueda de prensa: “Lo que hemos visto desde la parte rusa y en particular por parte de la IBA, es que habían iniciado desde antes de los Juegos una campaña de difamación contra Francia, contra el COI. El discurso de odio contra las boxeadoras Imane Khelif y Lin Yu-Ting en los Juegos Olímpicos es “totalmente inaceptable…No tomaremos parte en una guerra cultural políticamente motivada”.

Más allá de los pleitos entre Rusia y el COI, las personas XX, CIS género, que producen óvulos y tienen niveles de estrógeno y testosterona correspondientes, -mujeres pues- están sin duda en desventaja. Hay una razón para que no compitan hombres contra mujeres y no es ideológica sino biológica. No se debe confundir la identidad de género, que es definida como “percepción subjetiva de un individuo sobre sí mismo en lo relativo al género” con las características de genotipo y fenotipo.

En este caso -hay que ser claros- no son las boxeadoras personas transgénero, sino intersexuales, se especula que con síndrome de Swyer, en el que un individuo con genotipo XY presenta fenotipo sexual femenino con vulva, vagina, útero y trompas y con gónadas (los órganos encargados de producir células no sexuales) no funcionales.

Ahora, nunca he visto que sea al revés, que intersexuales o personas transgénero compitan en categoría masculina. Las mujeres hemos dado luchas históricas para reivindicar nuestros derechos y ahora también se espera que cedamos los baños, las medallas olímpicas y en el colmo, poder llamarnos mujer, pues hasta la SCJN ha cambiado esta palabra por “persona gestante”.

No, no y no. Todas las personas merecen respeto solo por existir, pero ejercer poder de forma inapropiada es la definición de violencia y, eso y no otra cosa, es lo que está sucediendo en este caso. Tienen papeles de mujer y cromosomas de hombre. No deben competir contra mujeres.

Cualquier persona que haya elevado su talento natural a través del entrenamiento para llegar a unos Juegos Olímpicos (JO), merece respeto y admiración. No bastaría ser hombre para ganarle a una mujer en una disciplina deportiva, pero sí que es verdad que, en esos niveles de élite deportiva, el peso, la altura y la composición biológica son circunstancias sin duda determinantes en el rendimiento de un atleta.

Esta semana en el boxeo de París 2024, se dio un caso que revive la polémica sobre las personas intersexuales participando en categoría femenina. La boxeadora italiana Angela Carini abandonó su pelea contra Imane Khelif después de solo 46 segundos de contienda tras recibir un golpe que le rompió la nariz. “Nunca en mi vida me habían golpeado tan fuerte. Depende del Comité Olímpico juzgar”, dijo Angela.

El box tardó 108 años en abrir categoría femenina en los JO. Fue la última disciplina en hacerlo. En esta edición, participan dos boxeadoras que son consideradas mujeres desde el nacimiento pero que sus niveles de testosterona y sus cromosomas indican que esa afirmación es, por decir poco, inexacta. Sus nombres: Imane Khelif, de Argelia y Lin Yu-Ting, de Taiwan.

La biología reconoce que alrededor de un 0.05 % de la población puede tener condiciones de diferencia en desarrollo sexual, también llamada intersexualidad. Es decir, son bebés que nacen con genitales ambiguos o desfigurados. Cuando un bebé varón nace con esta condición, regularmente se presumen niñas y se les asigna sexo femenino. Al parecer es el caso de estas boxeadoras

¡Ah! pero la política no podía sino meter sus narices en el tema y como siempre, enredar lo que no debería estar enredado. Aquí los hechos:

La Asociación Internacional de Boxeo, (IBA por sus siglas en inglés) descalificó a estas deportistas del mundial 2023 por “tener cromosomas XY”; ellas (legalmente son mujeres) pudieron apelar ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo; Lin no lo hizo y Khelif sí, pero retiró el recurso; ¿por qué? lo lógico (al menos a juicio de quien esto escribe) es pensar que de someterse al tribunal los resultados serían del dominio público y no estuvieron en esa disposición.

El Comité Olímpico Internacional (COI) no reconoce a la IBA (presidido por Rusia) desde 2023. Su presidente, Thomas Bach ha declarado en rueda de prensa: “Lo que hemos visto desde la parte rusa y en particular por parte de la IBA, es que habían iniciado desde antes de los Juegos una campaña de difamación contra Francia, contra el COI. El discurso de odio contra las boxeadoras Imane Khelif y Lin Yu-Ting en los Juegos Olímpicos es “totalmente inaceptable…No tomaremos parte en una guerra cultural políticamente motivada”.

Más allá de los pleitos entre Rusia y el COI, las personas XX, CIS género, que producen óvulos y tienen niveles de estrógeno y testosterona correspondientes, -mujeres pues- están sin duda en desventaja. Hay una razón para que no compitan hombres contra mujeres y no es ideológica sino biológica. No se debe confundir la identidad de género, que es definida como “percepción subjetiva de un individuo sobre sí mismo en lo relativo al género” con las características de genotipo y fenotipo.

En este caso -hay que ser claros- no son las boxeadoras personas transgénero, sino intersexuales, se especula que con síndrome de Swyer, en el que un individuo con genotipo XY presenta fenotipo sexual femenino con vulva, vagina, útero y trompas y con gónadas (los órganos encargados de producir células no sexuales) no funcionales.

Ahora, nunca he visto que sea al revés, que intersexuales o personas transgénero compitan en categoría masculina. Las mujeres hemos dado luchas históricas para reivindicar nuestros derechos y ahora también se espera que cedamos los baños, las medallas olímpicas y en el colmo, poder llamarnos mujer, pues hasta la SCJN ha cambiado esta palabra por “persona gestante”.

No, no y no. Todas las personas merecen respeto solo por existir, pero ejercer poder de forma inapropiada es la definición de violencia y, eso y no otra cosa, es lo que está sucediendo en este caso. Tienen papeles de mujer y cromosomas de hombre. No deben competir contra mujeres.