/ martes 3 de diciembre de 2024

Pensar, decir y hacer: responsabilidad de la 4T / Claudia Sheinbaum y el proyecto de nación (I)

Amables lectores, deseo compartir con ustedes mis comentarios y reflexiones sobre los 100 puntos del proyecto de nación de la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta de México. Esto con el propósito de conocer su visión, sus ideas, sus propuestas y su amor a nuestra patria. En la historia reciente de México, pocos proyectos han tenido tanto impacto en la narrativa política como la Cuarta Transformación. Ahora, con la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo como presidenta de México, este movimiento cobra una renovada fuerza que promete cimentar un México más justo, igualitario y digno para todos. Hoy te comparto los primero seis puntos del proyecto de nación que continuará con la transformación de la patria.

1. Gobernaré con la obligada división entre poder político y poder económico. Nunca me someteré a ningún poder económico, político o extranjero. Siempre trabajaré por el interés supremo del pueblo de México y de la Nación. Este principio es el fundamento de un liderazgo soberano e independiente. En un país como México, donde históricamente los intereses económicos han influido en las decisiones políticas, el compromiso de la Dra. Claudia Sheinbaum de no ceder ante presiones externas es un acto de valentía y patriotismo. Esta declaración asegura que las políticas públicas estarán enfocadas exclusivamente en el bienestar colectivo y no en beneficiar a unas pocas élites. Es una promesa que consolida la idea de un gobierno verdaderamente democrático, donde el poder se ejerce en beneficio del pueblo, blindando la nación contra injerencias indebidas.

2. Gobernaremos con la máxima del Humanismo Mexicano, por el bien de todos, primero los pobres. El humanismo mexicano no es solo una filosofía política, sino una brújula ética que guía cada acción de este proyecto de nación. Al priorizar a los sectores más vulnerables, se refuerza el compromiso de la Cuarta Transformación de combatir las desigualdades estructurales. Este enfoque no solo atiende necesidades inmediatas, como la pobreza y el acceso a servicios básicos, sino que también construye una sociedad más equitativa y solidaria. Es un recordatorio de que un país es tan fuerte como la base de su pirámide social, y que el desarrollo no puede dejar a nadie atrás.

3. Seremos un gobierno sensible, cercano, de territorio y no de escritorio, voy a seguir visitando todos los estados de la República, tenemos un buen maestro. La política de cercanía marca un cambio radical en la manera de gobernar. Nuestra presidenta reconoce que las realidades de las comunidades no se comprenden desde oficinas en la capital, sino desde el contacto directo con el pueblo. Este principio garantiza que las decisiones gubernamentales se basen en un conocimiento profundo de las necesidades locales, fomentando un gobierno que escucha y responde. Además, refuerza la confianza ciudadana al mostrar que los gobernantes están presentes y comprometidos con cada rincón del país.

4. Garantizaremos las libertades de expresión, de prensa, de reunión, de movilización. Se respetarán los derechos humanos y nunca usaremos la fuerza del Estado para reprimir al pueblo de México. El respeto irrestricto a las libertades es una piedra angular de cualquier democracia auténtica. Este compromiso de no utilizar la fuerza del Estado para reprimir al pueblo asegura un gobierno que protege los derechos de todos, incluyendo a las voces críticas. En un México con heridas históricas por la represión, esta promesa no solo garantiza estabilidad social, sino también fomenta una cultura de diálogo y respeto, fortaleciendo la confianza en las instituciones.

5. Respetaremos y garantizaremos el respeto a la libertad religiosa, política, social, cultural y sexual de nuestra sociedad. Y combatiremos cualquier forma de discriminación, no al racismo y no al clasismo en México. En una nación tan diversa como México, este principio es crucial para construir una sociedad incluyente. La Dra. Claudia Sheinbaum reafirma su compromiso con la igualdad al garantizar que cada individuo, sin importar su origen, religión, orientación sexual o ideología, tenga las mismas oportunidades y derechos. Este enfoque no solo combate la discriminación, sino que también fortalece el tejido social al promover el respeto mutuo y la convivencia pacífica.

6. Protegeremos y defenderemos los derechos de nuestros paisanos, héroes y heroínas del otro lado de la frontera. Seremos respetuosos del gobierno de Estados Unidos, somos el principal socio comercial, siempre habrá buena voluntad para la coordinación, pero nos corresponde exigir también el respeto a nuestra soberanía, a las y los mexicanos de los dos lados de la frontera. Coordinación sí, subordinación no. Nunca agacharemos la cabeza. La protección de los derechos de los mexicanos en el extranjero es un acto de justicia y responsabilidad. Este principio no solo reconoce la importancia de quienes contribuyen a la economía nacional desde fuera, sino que también defiende la dignidad y soberanía de la nación en el contexto internacional. Es un mensaje claro: México trabajará en colaboración, pero jamás desde la subordinación, asegurando que sus ciudadanos sean tratados con respeto y dignidad, sin importar dónde se encuentren.


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