El 1 de octubre de 2024 marcará un hito en la historia contemporánea de México. La toma de posesión de Claudia Sheinbaum Pardo como presidenta de la República representa no sólo un triunfo electoral, sino un paso decisivo hacia la consolidación de un proyecto político que busca transformar la vida de millones de mexicanos. Este momento, cargado de simbolismo y esperanza, es el resultado de años de lucha, sacrificio y la convicción de que un México diferente es posible.
Claudia Sheinbaum Pardo no es una figura ajena al servicio público. Su trayectoria como científica, académica y funcionaria ha estado marcada por un compromiso inquebrantable con el bienestar social y la justicia. Como jefa de gobierno de la Ciudad de México demostró que es posible gobernar con ética y eficiencia, priorizando las necesidades de la ciudadanía sobre los intereses particulares. Su enfoque en la educación, el medioambiente y la igualdad de género han sido puntos clave en su vida política, y ahora, como presidenta, tiene la oportunidad de expandir esas políticas a nivel nacional.
Con una profunda empatía hacia los sectores más vulnerables de la sociedad, su gobierno será un refugio para aquellos que han sido marginados y olvidados dando continuidad a los principios de la Cuarta Transformación que inició con Andrés Manel López Obrador, líder perene de la lucha del pueblo. Este es un momento de esperanza, donde se abre la puerta a un nuevo paradigma de gobierno: uno que escucha, que se involucra y que, sobre todo, actúa en función del bien común que es el pueblo de México.
La llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia es un reflejo de la decisión popular por un cambio verdadero. Su elección no sólo es el triunfo de un partido, sino la respuesta a una demanda social que ha resonado en las calles, en las plazas y en cada rincón del país de mantener vivo el proyecto de nación que inicio en 2018. La transformación de México comienza con la restitución de la fe en la continuidad de un modelo de gobierno y la construcción de un Estado que sirva a su gente, no a intereses particulares.
Andrés Manuel López Obrador, nuestro presidente saliente, ha dejado una huella indeleble en la historia de México. Su gobierno se caracterizó por una clara apuesta por el bienestar social, la lucha contra la corrupción y la promoción de políticas públicas que priorizan a los más vulnerables. A lo largo de su mandato, se implementaron programas sociales que beneficiaron a millones de mexicanos, así como una estrategia de desarrollo que buscó reducir la desigualdad y fomentar un crecimiento más inclusivo. Su legado es un llamado a la acción y un recordatorio de que es posible gobernar con principios éticos y una visión de justicia social.
En este contexto, la colaboración entre Claudia Sheinbaum Pardo. presidenta de México, y Lorena Cuellar Cisneros, nuestra gobernadora de Tlaxcala, se presenta como una oportunidad invaluable para nuestro estado. Ambas líderes comparten una visión de inclusión y desarrollo para impulsar el bienestar de los tlaxcaltecas. La sinergia entre su administración y el gobierno de Tlaxcala será esencial para implementar políticas efectivas que respondan a las necesidades de la población, fomentando un desarrollo equitativo y justo. Juntas, construirán un modelo de gobernanza que será ejemplo para otras entidades federativas, uniendo esfuerzos en la lucha por un Tlaxcala más próspero.
La toma de posesión de Claudia Sheinbaum como presidenta de México, no es sólo un cambio de mando y continuidad de rumbo. Sabemos que la esperanza, el compromiso y la lucha por la justicia social marcarán su gobierno. Como militante de la Cuarta Transformación, estoy convencido de que este nuevo capítulo en la historia de México estará lleno de retos, pero también de oportunidades para construir el país que todos anhelamos. Un país donde la dignidad, la igualdad y el respeto serán los pilares fundamentales de nuestra sociedad. Es momento de mirar hacia el futuro con optimismo y trabajar juntos para hacer realidad ese México que siempre hemos soñado. Es tiempo de Mujeres, es tiempo de Tlaxcala.
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