La política es una actividad demandante, se requiere dedicación absoluta para lograr resultados y así lograr transformar la realidad. El trabajo parcial y electorero no genera cambios. Los grandes líderes en la historia de la humanidad han hecho de la política una forma de vida. Sin embargo, es necesario tener clara una frase “Cada tiempo tiene a sus hombres y cada hombre tiene su tiempo” y creo que entender la sabiduría de estas palabras, es algo que nos lleva a tomar mejores decisiones.
Leo esta frase y pienso en la difícil decisión que tomó el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, al renunciar a su aspiración a ser reelecto como mandatario de la nación más poderosa del mundo. Sin duda, se trató de una determinación compleja, que exige de una gran madurez y visión.
El pasado 21 de julio, Joseph Robinette Biden Jr. decidió dar un paso de costado en la búsqueda por la nominación del Partido Demócrata. El presidente número 46 de los Estados Unidos declinó a su aspiración reeleccionista: “He decidido que la mejor manera de avanzar es pasar la antorcha a una nueva generación. Es la mejor manera de unir a nuestra nación”. Al mismo tiempo logró construir las circunstancias propicias para orientar las preferencias en la nominación del Partido Demócrata y así iniciar inmediatamente un nuevo escenario político ante Donald Trump: “Mi primera decisión como candidato del partido en 2020 fue elegir a Kamala Harris como mi vicepresidenta. Y ha sido la mejor decisión que he tomado. Hoy quiero ofrecer todo mi apoyo y respaldo para que Kamala sea la candidata de nuestro partido este año”.
Los analistas de la política internacional inmediatamente comenzaron a trazar nuevos desenlaces en la elección del próximo mes de noviembre en Estados Unidos. Kamala Harris representa un golpe de timón que ha tratado de ser minimizado, sin embargo, existen tres indicadores que son claves para observar el potencial con el que ha iniciado.
Kamala Devi Harris ha logrado reunir en estos pocos días más de 200 millones de dólares de financiamiento, estas aportaciones muestran las altas expectativas que genera su participación, ya que el 66% de estos recursos provienen de nuevos donantes.
Por otra parte, el segundo indicador es la suma de 170 mil nuevos voluntarios que se integran a su campaña para disputar estados claves (debemos recordar que el sistema electoral norteamericano es muy diferente al de México). En política sabemos que la meta es sumar y multiplicar y Kamala Harris lo está logrando en su primera semana.
Finalmente, el tercer indicador se refleja en las encuestas y me refiero a las preferencias electorales. La opinión pública juega un papel muy importante en la construcción de las simpatías con fines electorales y esto lo sabe muy bien Donald Trump.
Una encuesta de ABC News/Ipsos realizada el domingo 28 de julio mostraba que la evaluación favorable de Kamala Harris era del 43 %. ¿Por qué es importante? Resulta que esta cifra es 11 puntos superior a la de Biden. En las encuestas de Fox News en cuatro estados clave: Michigan, Minnesota, Pensilvania y Wisconsin mostraban una tendencia favorable para la vicepresidenta de los Estados Unidos con ocho puntos más que Joe Biden.
Los medios de comunicación y algunas casas encuestadoras comienzan a hablar de un empate técnico. Esto muestra un contexto totalmente diferente, al que se vislumbraba en razón del debate entre Donald Trump y Joe Biden.
No busco hacer apología para Joe Biden o apostar que la ganadora será Kamala Harris, pero sin duda, se confirma que vivimos tiempos de mujeres. México tendrá por primera vez en 200 años a una mujer como presidenta. La Dra. Claudia Sheinbaum Pardo ocupa ya, un lugar estelar en la historia de México. Tal vez, Estados Unidos pueda seguir el ejemplo de México y votar por una mujer; esto le permitiría contar la legitimidad de esgrimir un discurso en favor de las minorías, de los derechos humanos y de la igualdad.
Se trata de una elección que puede pasar a la historia.
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