Los procesos de cambio a nivel político y social son –casi por definición– complejos, graduales y con resistencias notables. Esa es regla general, salvo que se trate de procesos de ruptura plena o gestión del cambio a partir de contar con una gran legitimidad para proponer y tomar decisiones. En México, a partir de 2018, se han experimentado cambios políticos y de gestión de gobierno de suma importancia. Uno de los más importantes, el cual también es central en la propuesta programática de la siguiente administración federal, es la política social.
El país tiene una larga historia institucional en lo relacionado con el diseño e implementación de programas sociales para la atención a la pobreza. Sin embargo, tradicionalmente se habían tratado de programas de transferencias directas focalizadas. Por ello el gran cambio es hacia la universalidad de dichos programas, su garantía como un derecho de las personas y la conformación de servicios públicos para aliviar el estado de desprotección de la población en el acceso a salud y educación. Esto representa un gran cambio en la forma de entender la política social.
En este contexto, recientemente el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social publicó el “Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2024”. Dicho documento ofrece un panorama integral del estado del desarrollo social en México, con especial énfasis en los Grupos Históricamente Discriminados (GHD). El informe utiliza los datos de la medición multidimensional de la pobreza 2022 como uno de los insumos principales. Abunda en tres objetivos principales. El primero, analizar el panorama general del desarrollo social en México, específicamente de Niñas, Niños y Adolescentes (NNA), personas jóvenes y personas adultas mayores; así como la revisión del ejercicio de los derechos sociales de dichos grupos de población. El segundo, analizar el presupuesto en materia de desarrollo social durante el periodo 2019-2023. El tercero es la identificación de áreas y vacíos para la atención de estas poblaciones (GHD), así como de los posibles espacios de vinculación y coordinación de la oferta gubernamental.
El informe destaca la participación del gobierno federal en la atención de dichos grupos prioritarios, en tanto su condición de pobreza y desatención histórica. No obstante, considero que es indispensable que los gobiernos a nivel subnacional participen de la implementación de política social a nivel estatal con coordinación inherente con el gobierno federal. De hecho, las estadísticas indican que el conjunto de programas del gobierno federal ha logrado la reducción de 8.9 millones de personas en situación de pobreza en el período 2019-2023.
Este desempeño programático positivo es un aliciente para continuar con este enfoque de los programas y, además, profundizar los proyectos centrados en la garantía de derechos de las personas y la atención de los grupos históricamente desfavorecidos. Al respecto, el informe del CONEVAL indica que, del total de la población de niños, niñas y adolescentes (38.2 millones de personas), el 9.9 % estaba, en 2022, en pobreza extrema (3.7 millones) y 35.9 % en pobreza moderada (13.4 millones). Además, 15.7 millones de NNA enfrentan pobreza por dificultades al acceso a servicios de salud. De la población de jóvenes, 1.5 millones en situación de pobreza extrema y 6.8 millones en pobreza moderada. Sobre la población de adultos mayores, 0.6 millones en pobreza extrema y 3.3 en pobreza moderada.
La atención a estos grupos ha sido diversa y alcanzado diferentes resultados. Quizás el grupo con mayor número de programas y mejores resultados es de la población de adultos mayores. El CONEVAL analiza la evolución presupuestal del programa Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, y demuestra cómo ha experimentado crecimiento sostenido. Esto lo coloca en 2024 como el programa presupuestario de desarrollo social con la mayor cantidad de recursos. El programa pasó de representar el 10.9 % en 2019 (ejercido) a 26.7 % en 2024 (aprobado) respecto del total del presupuesto de programas y acciones de desarrollo social, esto representa más de un cuarto del total de los recursos del sector.
Los resultados y el comportamiento presupuestal del programa para adultos mayores son positivos. Lograron tener un impacto mayor a nivel agregado dado que la mejora sustantiva de los ingresos ha sido a nivel hogar y no tanto a nivel individual. Sin embargo, es importante sugerir que la atención sea extendida al resto de la población, como es el caso de niños, niñas y adolescentes. En función de esta distribución de recursos y programas, se revaloriza la participación de los gobiernos subnacionales en la política social. Es imperioso que asuman mayores compromisos y diseñen programas que efectivamente atiendan las necesidades de las personas y sigan la línea o modelo definido a nivel federal para una política social humanista y eficaz.
Facebook: Luis Enrique Bermúdez Cruz
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El informe del CONEVAL indica que, del total de la población de niños, niñas y adolescentes (38.2 millones de personas), el 9.9 % estaba, en 2022, en pobreza extrema (3.7 millones) y 35.9 % en pobreza moderada (13.4 millones).