“Un apático Wade Wilson se esfuerza por adaptarse a la vida civil. Sus días como el mercenario moralmente flexible, Deadpool, han quedado atrás. Cuando su mundo se enfrenta a una amenaza existencial, reaciamente Wade debe ponerse el traje de nuevo, junto con un aún más reacio. Las sinopsis son tan increíblemente estúpidas”, advierte el cartel, lo que alienta aún más las ganas de estar frente a la pantalla.
“Deadpool & Wolverine” no pretende reinventar el género de superhéroes, pero eso no es necesariamente negativo. La historia sigue a los dos personajes en una misión conjunta que los lleva a enfrentar amenazas tanto humanas como sobrenaturales.
Pero dos cosas quedaron claras respecto a la nueva película de Marvel: que la empresa ha encontrado la estabilidad que buscó durante años, al grado de burlarse de su propio trayecto, y que “Deadpool & Wolverine” no es más que un homenaje al fandom más fiel que ha captado el séptimo arte en las últimas décadas.
La película, dirigida por Shawn Levy, efervece entre acción y humor que solo la franquicia de Deadpool ha sabido mezclar con maestría. Ryan Reynolds y Hugh Jackman retoman sus icónicos roles con una química inigualable, equilibrando sin temor la irreverencia y la solemnidad desde los primeros minutos con un soundtrack que queda guardado para cualquier tarde de verano.
Visualmente, el filme es un espectáculo. Las escenas de acción están coreografiadas con precisión, y los efectos especiales son de primer nivel, aunque esa virtud pasa a segundo término cuando lo más destacado del guion es su carga de referencias a los cómics, al universo cinematográfico de Marvel y la cultura pop de los noventa claramente dirigidas a los millennials que ingresaron a la sala oscura durante su semana de estreno.
La tercera entrega de Deadpool es un tributo a los lectores de cómics y seguidores del universo, lleno de humor, acción y corazón. No es una obra maestra cinematográfica, pero cumple su objetivo de entretener, así como celebrar a sus personajes y explotar el lenguaje hasta la autorreferencia que rompe la cuarta pared e involucra al espectador en las dudas que “un súper” puede tener en su lucha por la supervivencia.
Marvel ha logrado, una vez más, capturar la esencia de sus héroes y llevarla a la pantalla grande de una manera que deleitará a los geeks más acérrimos, pero que también dejará qué pensar a una industria del cine más exigente con la trama que con el desenlace. Recuerda que la empresa siempre tiene escenas postcréditos, así que aguanta unos minutos antes de salir del cine de forma presurosa, pues esta es ¡imperdible!
DATO:
Ryan Reynolds y Hugh Jackman retoman sus icónicos roles con una química inigualable, equilibrando sin temor la irreverencia y la solemnidad desde los primeros minutos con un soundtrack que queda guardado para cualquier tarde de verano.