/ viernes 10 de marzo de 2023

Retahíla para cinéfilos | El Gato con Botas: “El último deseo”

Uno de los personajes favoritos del cine contemporáneo sin duda es el Gato con Botas.

A pesar de que la versión más popular fue presentada en el universo de la exitosa saga de “Shrek” hace poco más de veinte años, su primera aparición data de 1697 en un cuento escrito por Charles Perrault.

El antiquísimo personaje estrenó este invierno su más reciente película, “El último deseo”, bajo la dirección de Joel Crawford.

En esta nueva aventura, el temerario felino descubre que ha consumido ocho de sus nuevas vidas, dejándolo en una posición de absoluto terror ante la idea de la muerte.

Para recuperar sus oportunidades de supervivencia, el protagonista debe llegar a la estrella de los deseos, lugar a donde solo se puede acceder mediante un codiciado mapa mágico.

El épico viaje hacia la estrella lo emprende junto con la entrañable Kitty Patitas Suaves y un nuevo (y muy tierno) personaje perruno. Durante ese trayecto, los tres descubren sus debilidades y convertirlas en fortalezas se vuelve su segundo gran reto.

A la historia se suman Jack Horner, Ricitos de Oro y los tres osos: personajes fantásticos que en esta ocasión ocupan el lugar de antagonistas, pues todos están en busca de aquel último deseo.

Esta película es locuaz, conmovedora y muy divertida, pues el atractivo cuento de hadas llevado a la pantalla grande apuesta en nombre de dos públicos: el infantil que puede gozar de la aparente sencillez de la historia y el adulto que se cuestiona cuántas vidas se ha gastado y por cuántas más está dispuesto a pelear.

No obstante, todos pueden disfrutar de una trama bien lograda y una buena enseñanza sobre la confianza, la lealtad y el compañerismo.

Sin caer en pretensiones, la filosofía de esta película es una mera invitación a aprovechar el momento y gozar la vida desde los pequeños detalles.

Visualmente, se trata de un trabajo sofisticado e innovador. La animación estilo ánime combinada con fotorealismo permite adentrarse en cada escena de manera profunda y llevar un ritmo ágil y bien marcado con un estilo impresionista e ilustrado.

Sin duda, el mundo de fantasía creado por Dreamwork se expande con la promesa de no estancarse en un universo basado solo en la cultura pop.

Sin caer en pretensiones, la filosofía de esta película es una mera invitación a aprovechar el momento y gozar la vida desde los pequeños detalles

Uno de los personajes favoritos del cine contemporáneo sin duda es el Gato con Botas.

A pesar de que la versión más popular fue presentada en el universo de la exitosa saga de “Shrek” hace poco más de veinte años, su primera aparición data de 1697 en un cuento escrito por Charles Perrault.

El antiquísimo personaje estrenó este invierno su más reciente película, “El último deseo”, bajo la dirección de Joel Crawford.

En esta nueva aventura, el temerario felino descubre que ha consumido ocho de sus nuevas vidas, dejándolo en una posición de absoluto terror ante la idea de la muerte.

Para recuperar sus oportunidades de supervivencia, el protagonista debe llegar a la estrella de los deseos, lugar a donde solo se puede acceder mediante un codiciado mapa mágico.

El épico viaje hacia la estrella lo emprende junto con la entrañable Kitty Patitas Suaves y un nuevo (y muy tierno) personaje perruno. Durante ese trayecto, los tres descubren sus debilidades y convertirlas en fortalezas se vuelve su segundo gran reto.

A la historia se suman Jack Horner, Ricitos de Oro y los tres osos: personajes fantásticos que en esta ocasión ocupan el lugar de antagonistas, pues todos están en busca de aquel último deseo.

Esta película es locuaz, conmovedora y muy divertida, pues el atractivo cuento de hadas llevado a la pantalla grande apuesta en nombre de dos públicos: el infantil que puede gozar de la aparente sencillez de la historia y el adulto que se cuestiona cuántas vidas se ha gastado y por cuántas más está dispuesto a pelear.

No obstante, todos pueden disfrutar de una trama bien lograda y una buena enseñanza sobre la confianza, la lealtad y el compañerismo.

Sin caer en pretensiones, la filosofía de esta película es una mera invitación a aprovechar el momento y gozar la vida desde los pequeños detalles.

Visualmente, se trata de un trabajo sofisticado e innovador. La animación estilo ánime combinada con fotorealismo permite adentrarse en cada escena de manera profunda y llevar un ritmo ágil y bien marcado con un estilo impresionista e ilustrado.

Sin duda, el mundo de fantasía creado por Dreamwork se expande con la promesa de no estancarse en un universo basado solo en la cultura pop.

Sin caer en pretensiones, la filosofía de esta película es una mera invitación a aprovechar el momento y gozar la vida desde los pequeños detalles