/ sábado 1 de junio de 2024

Retahíla para cinéfilos / “Fiesta en la madriguera”, la antipelícula de narcos

“Fiesta en la madriguera” no es una típica historia de narcos. La película de Manolo Caro, basada en la novela de Juan Pablo Villalobos, narra la relación entre un padre narco y su hijo, centrándose en los esfuerzos del mayor por mantener la inocencia del pequeño y protegerlo de la realidad violenta en la que viven.

Tochtli, el niño protagonista, habita en un palacio donde su padre le concede todos sus deseos, manteniéndolo alejado de la verdad sobre su origen y su entorno. Yolcaut, el padre, es un líder criminal y está tan consciente como centrado en su realidad. No obstante, la película no se centra en la violencia de su mundo, sino en la relación familiar y los intentos de mantener la inocencia.

Tochtli, aún niño, pronto celebrará su cumpleaños y pide hipopótamos para su zoológico, un deseo que su padre cumple para mantener su inocencia y distraerlo de su peligrosa realidad (que al mismo tiempo se convierte en uno de los mayores desastres ecológicos del siglo).

La obra evoca relaciones similares a la de Pablo Escobar y su hijo, al mostrar cómo algunos criminales intentan llevar una vida normal en casa. La historia, conmovedora y brutal, combina elementos de drama familiar y amor.

Algo similar vimos en “El niño con el pijama de rayas”, de Mark Herman, donde se evocan relaciones personales ubicadas en medio de un campo de concentración nazi. Si bien “Fiesta en la madriguera” no acontece en medio de un espacio internacionalmente conocido, sí refleja la realidad de buena parte de Latinoamérica contada desde espacios poco convencionales.

Otra película que recuerda, es la clásica rompecorazones “La vida es bella” de Roberto Benigni, donde predomina el esfuerzo del padre por proteger a su hijo de una dura realidad. En cambio, por su uso de simetría y color, el filme se vuelva digno de la dirección de Wes Anderson.

No es que sea una película “copia” o sin identidad. Más bien, es un mosaico de visiones artísticas en el que confluye el humor, la estética visual y la agudeza al momento de elegir las palabras que conforman el ocurrente guion.

La cinta, recién estrenada en Netflix, muestra que, incluso en situaciones extremas, la vida sigue, los niños crecen y los padres, aun cuando son capaces de cargar armas todo el día, se preocupan por sus hijos.


DATO:

La obra evoca relaciones similares a la de Pablo Escobar y su hijo, al mostrar cómo algunos criminales intentan llevar una vida normal en casa. La historia, conmovedora y brutal, combina elementos de drama familiar y amor.



“Fiesta en la madriguera” no es una típica historia de narcos. La película de Manolo Caro, basada en la novela de Juan Pablo Villalobos, narra la relación entre un padre narco y su hijo, centrándose en los esfuerzos del mayor por mantener la inocencia del pequeño y protegerlo de la realidad violenta en la que viven.

Tochtli, el niño protagonista, habita en un palacio donde su padre le concede todos sus deseos, manteniéndolo alejado de la verdad sobre su origen y su entorno. Yolcaut, el padre, es un líder criminal y está tan consciente como centrado en su realidad. No obstante, la película no se centra en la violencia de su mundo, sino en la relación familiar y los intentos de mantener la inocencia.

Tochtli, aún niño, pronto celebrará su cumpleaños y pide hipopótamos para su zoológico, un deseo que su padre cumple para mantener su inocencia y distraerlo de su peligrosa realidad (que al mismo tiempo se convierte en uno de los mayores desastres ecológicos del siglo).

La obra evoca relaciones similares a la de Pablo Escobar y su hijo, al mostrar cómo algunos criminales intentan llevar una vida normal en casa. La historia, conmovedora y brutal, combina elementos de drama familiar y amor.

Algo similar vimos en “El niño con el pijama de rayas”, de Mark Herman, donde se evocan relaciones personales ubicadas en medio de un campo de concentración nazi. Si bien “Fiesta en la madriguera” no acontece en medio de un espacio internacionalmente conocido, sí refleja la realidad de buena parte de Latinoamérica contada desde espacios poco convencionales.

Otra película que recuerda, es la clásica rompecorazones “La vida es bella” de Roberto Benigni, donde predomina el esfuerzo del padre por proteger a su hijo de una dura realidad. En cambio, por su uso de simetría y color, el filme se vuelva digno de la dirección de Wes Anderson.

No es que sea una película “copia” o sin identidad. Más bien, es un mosaico de visiones artísticas en el que confluye el humor, la estética visual y la agudeza al momento de elegir las palabras que conforman el ocurrente guion.

La cinta, recién estrenada en Netflix, muestra que, incluso en situaciones extremas, la vida sigue, los niños crecen y los padres, aun cuando son capaces de cargar armas todo el día, se preocupan por sus hijos.


DATO:

La obra evoca relaciones similares a la de Pablo Escobar y su hijo, al mostrar cómo algunos criminales intentan llevar una vida normal en casa. La historia, conmovedora y brutal, combina elementos de drama familiar y amor.