/ sábado 8 de junio de 2024

Retahíla para cinéfilos / “La vida de Adaline”: el secreto de la eterna juventud

¿Cuántas personas han buscado el secreto de la eterna juventud en pócimas mágicas y cuentos de hadas sin saber que estaba en una película?

“El secreto de Adaline” nos lleva a un viaje a través del tiempo y el amor, encapsulado en la vida inusualmente larga de su protagonista, Adaline Bowman. Este drama romántico, dirigido por Lee Toland Krieger y protagonizado por Blake Lively, ofrece una fresca y cautivadora perspectiva sobre el deseo humano de ser siempre joven, así como la complejidad de vivir fuera del alcance del tiempo.

Desde su nacimiento en el cambio de siglo, Adaline solía llevar una vida común hasta que un accidente automovilístico, seguido de un misterioso fenómeno cósmico, la condena a no envejecer nunca más allá de los 29 años. Lo que podría parecer suerte en un principio, se convierte rápidamente en un castigo divino. Adaline se ve forzada a vivir una vida de constante cambio, así como evitar cualquier relación profunda que pueda revelar su secreto. A través de su viaje, la obra explora la soledad y el sacrificio inherentes a la inmortalidad para desafiar la visión idílica de una vida eterna.

La cinta no es mera meditación filosófica, más bien se trata de una historia de amor atemporal. La entrada de Ellis Jones, interpretado por Michiel Huisman, en la vida de Adaline introduce un conflicto profundo que deja en la historia un profundo guiño a la realidad: el deseo de amar y ser amada contra la necesidad de proteger al ser amado.

Visualmente, la película es sencilla, pero cumple perfectamente con la atmósfera cálida de una comedia romántica. Mientras que el guion captura con sensibilidad la transición de las épocas, con un vestuario y un diseño de producción meticulosos que transportan al espectador a través del siglo XX y las distintas épocas narradas. La banda sonora, a su vez, complementa perfectamente el universo de nostalgia y melancólica del filme, al subrayar los momentos de tensión y ternura.

En última instancia, “El secreto de Adaline” nos invita a reconsiderar nuestra obsesión cultural con los primeros años de vida. Nos recuerda que el valor de la existencia no reside en su duración, sino en la profundidad de nuestras experiencias y conexiones. A través de la historia de Adaline, la película plantea una verdad fundamental: la mortalidad, con todas sus limitaciones, es lo que da sentido y urgencia a la existencia humana. La verdadera magia de la vida reside en su transitoriedad y en el amor que compartimos a lo largo del camino.

A través de su viaje, la obra explora la soledad y el sacrificio inherentes a la inmortalidad para desafiar la visión idílica de una vida eterna.

¿Cuántas personas han buscado el secreto de la eterna juventud en pócimas mágicas y cuentos de hadas sin saber que estaba en una película?

“El secreto de Adaline” nos lleva a un viaje a través del tiempo y el amor, encapsulado en la vida inusualmente larga de su protagonista, Adaline Bowman. Este drama romántico, dirigido por Lee Toland Krieger y protagonizado por Blake Lively, ofrece una fresca y cautivadora perspectiva sobre el deseo humano de ser siempre joven, así como la complejidad de vivir fuera del alcance del tiempo.

Desde su nacimiento en el cambio de siglo, Adaline solía llevar una vida común hasta que un accidente automovilístico, seguido de un misterioso fenómeno cósmico, la condena a no envejecer nunca más allá de los 29 años. Lo que podría parecer suerte en un principio, se convierte rápidamente en un castigo divino. Adaline se ve forzada a vivir una vida de constante cambio, así como evitar cualquier relación profunda que pueda revelar su secreto. A través de su viaje, la obra explora la soledad y el sacrificio inherentes a la inmortalidad para desafiar la visión idílica de una vida eterna.

La cinta no es mera meditación filosófica, más bien se trata de una historia de amor atemporal. La entrada de Ellis Jones, interpretado por Michiel Huisman, en la vida de Adaline introduce un conflicto profundo que deja en la historia un profundo guiño a la realidad: el deseo de amar y ser amada contra la necesidad de proteger al ser amado.

Visualmente, la película es sencilla, pero cumple perfectamente con la atmósfera cálida de una comedia romántica. Mientras que el guion captura con sensibilidad la transición de las épocas, con un vestuario y un diseño de producción meticulosos que transportan al espectador a través del siglo XX y las distintas épocas narradas. La banda sonora, a su vez, complementa perfectamente el universo de nostalgia y melancólica del filme, al subrayar los momentos de tensión y ternura.

En última instancia, “El secreto de Adaline” nos invita a reconsiderar nuestra obsesión cultural con los primeros años de vida. Nos recuerda que el valor de la existencia no reside en su duración, sino en la profundidad de nuestras experiencias y conexiones. A través de la historia de Adaline, la película plantea una verdad fundamental: la mortalidad, con todas sus limitaciones, es lo que da sentido y urgencia a la existencia humana. La verdadera magia de la vida reside en su transitoriedad y en el amor que compartimos a lo largo del camino.

A través de su viaje, la obra explora la soledad y el sacrificio inherentes a la inmortalidad para desafiar la visión idílica de una vida eterna.