/ sábado 13 de julio de 2024

Retahíla para cinéfilos / “Otra cara de la Luna”, una cinta entre el amor y el alunizaje

Desde que el hombre llegó a la Luna en 1969, la humanidad inició una “luna de miel” con el espacio. La misión Apolo 11 dejó más que un hecho histórico, también abrió la posibilidad de la ficción y todo tipo de fanfarrias para aprovechar la noticia como escenario de la imaginación

¿Qué falló en el Apolo 1? ¿El alunizaje fue creado en un set de cine? ¿Qué tan importante fue la participación política en la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) de los años sesenta? A partir de estos cuestionamientos nació “Otra cara de la Luna”, el estreno de la semana en cartelera nacional.

La película, dirigida por Greg Berlanti y escrita por Rose Gilroy, está ambientada en la carrera espacial con Rusia, donde una comedia romántica se apodera de Estados Unidos para simplificar aquel “pequeño paso para el hombre y gran salto de la humanidad”.

Sacarlett Johanson interpreta a Kelly Jones, una exitosa mercadóloga contratada por la NASA para romantizar el proyecto espacial ante el mundo y obtener tanto el respaldo político como el apoyo económico para su desarrollo.

Con su encanto y astucia, Kelly no solo logra su objetivo laboral, sino que también le roba el corazón a Cole Davis (Channing Tatum), el agente al mando asignado para la misión.

A pesar de que ambos personajes tienen la misma encomienda, los retos impuestos por la Casa Blanca los convierten en cómplices secretos para poner a prueba su profesionalismo y cuestionar la desesperada idea del equipo por cuidar su reputación: grabar un aterrizaje falso en el espacio.

“Otra cara de la Luna” es, por supuesto, una ficción histórica, sin embargo, su diseño permite que el espectador reconozca este pasaje de la realidad como parte de su historia y lo reconozca desde artistas poco exploradas.

Aunque el diseño de arte es una de las joyas de esta cinta, no hay nada más loable en sus dos horas y quince minutos de duración que el montaje y sus efectos especiales, los cuales dan vida a numerosos personajes y personalidades para crear un universo de emociones directos a la pantalla. Además, la música contemporánea de esos años y los fragmentos de imágenes de televisión reales también la convirtieron en una gran pieza de época con un clásico soundtrack que da nombre a la obra: "Fly me to the Moon".

Divertido, sugestivo y casi creíble por sus altos valores de producción, el filme se lleva el aplauso absoluto. Un imperdible para "volar hasta la Luna".