La primera adaptación cinematográfica del legendario videojuego de Nintendo llegó a los cines.
“Super Mario Bros” es una película animada ubicada en el universo de la famosa franquicia que, entre la aventura y la comedia, recrea los escenarios por los que han transitado varias generaciones de gamers desde su creación en 1985.
Los protagonistas de la cinta son los simpáticos hermanos Mario y Luigi, quienes llevan una tranquila vida como fontaneros en Brooklyn hasta que, en medio de una reparación de drenaje, una tubería los traslada sorpresivamente al mágico Reino Champiñón.
Al perder a su hermano, Mario inicia una bizarra búsqueda para rescatarlo, pero en el camino deberá aprender nuevas habilidades con ayuda de la princesa Peach y el ejército de gorilas liderados por Donkey Kong.
Pero ser humano en un mundo de fantasía no es tan sencillo cuando se tiene como villano a Bowser, el rey de las tortugas antropomórficas “Koopas”, quien busca apropiarse de la estrella del poder, dominar el mundo e impresionar a la princesa, su amor imposible.
Las referencias que van desde caminos arcoíris hasta los karts y los bloques “?” no faltan en el camino, mucho menos la aparición de icónicos personajes como Kamek, Toad y Yoshi.
Sin duda, el acierto de Super Mario está en la fidelidad al material de origen; a pesar de la sencillez de la historia, el guion captura el espíritu de los videojuegos e introduce a nuevas audiencias sin traicionar a los fans.
Además, los efectos de sonido tradicionales se ensalzan con un acompañamiento musical que va desde “Thunderstruck” de AC/DC hasta “Take on me” de A-ha.
Sin dejar de ser una película infantil, esta profundiza el literario esquema del camino del héroe, pues su protagonista debe vencer una serie de obstáculos físicos y emocionales para conseguir su objetivo.
En ese mismo sentido, hay que celebrar la reconfiguración de la “damisela en apuros”, aquí la princesa no es el objeto del deseo, sino la valerosa acompañante. Sin forzar discursos ni parecer moralistas, los méritos de la película van dirigidos a todas las edades.
Bajo la dirección Aaron Horvath y Michael Jelenic, esta película familiar sin duda te sacará muchas risas y, si eres fan, te recomiendo quedarte hasta el final para ver la escena post-créditos, ya que te puede dar la pista para una posible secuela.