El intelectual orgánico, para Gramsci, es aquel que se encuentra vinculado al Estado y se encarga de crear valores que acoplan sociedad y capital: cumplen la función de crear consenso y evitar el uso de la fuerza. Destacamos lo latinoamericano y caribeño, por supuesto, porque en el pensamiento de Gramsci están los estados nacionales como el italiano y el intelectual orgánico se mueve en ese escenario. Por tanto se trata de una visión que debe ser adaptada a las circunstancias que vive cada nación.
En nuestro subcontinente, las cosas son de otra manera. En el caso de Latinoamérica y el Caribe, se trata de estados naciones independientes desde el punto de vista histórico y constitucional, pero todavía atrapados en la relación económica y cultural con los antiguos imperios como lo son en nuestro caso España y el que vino a sustituir a las antiguas colonias, que son los Estados Unidos. No entender esta relación es parte del intelectual raquítico que anda pidiendo apoyo a viejas y nuevos neo imperios: España y EU.
Dice Diana Fuentes (ver el Estado y el intelectual orgánico: articulación de las categorías gramscianas), que los intelectuales se consideran como un núcleo “como si se encontraran por encima de las luchas sociales”, es decir, un eslabón de una cadena que, en el caso de México, surge a partir de la conquista y culmina con el México independiente y de nuestros tiempos. En ese tiempo, para ellos, no existen las revoluciones que modifican la función del intelectual orgánico, lo que hace que, su pensamiento, se vuelve obsoleto porque está tan anclado en el pasado que no comprende los nuevos tiempos.
Aquí vamos a tratar al intelectual orgánico recurriendo a conceptos del “intelectual raquítico”. Para el caso, lo analizaremos desde el enfoque biológico y social: El raquitismo es definido como un debilitamiento de los huesos y la causa del fenómeno del raquitismo es la ausencia de vitamina “D”. El raquitismo, de acuerdo al oráculo moderno que es el internet, dice que la manera en que se puede detectar es por medio de radiografías y que, no obstante, no suele ser una enfermedad fatal. No pone en riesgo a la vida de las personas que lo padecen.
Aquí entendemos el raquitismo del intelectual mexicano de derecha no como aquel al que le falta vitamina D, sino al raquitismo que tiene como origen el debilitamiento del cerebro y sus funciones, de la capacidad de pensar. El raquitismo cerebral tiene como causa, a diferencia de la falta de vitamina D en los niños, el apego a las viejas herramientas analíticas y creencias que le han dado otorgado éxito en el pasado, porque con ellas ha logrado desentrañar y servir como creador de valores a una sociedad, en este caso latinoamericana y mexicana.
Los intelectuales que padecen de raquitismo intelectual son muy pero muy ajenos a la novedad y a detectar las anomalías. Sometidos a las antiguas reglas de desentrañamiento les es complicado detectar lo nuevo. Lo anterior, debido a que esas herramientas que fueron utilizadas para desentrañar lo viejo, al utilizarlas, los conduce los mismos resultados de siempre y les da certeza y credibilidad ante los dueños del poder. La anomalía la miran como algo raro, los cambios no les parecen transformaciones porque está acostumbrados a lo fijo, lo quieto.
Están sometidos a lo que es normal y esto porque es la manera en que han operado en el mundo en el en que viven. Lo normal para ellos es que exista el PRI y el PAN, la corrupción, las desigualdades sociales, el racismo, los círculos verdes y rojos, etc. Es el mundo para el que han operado durante décadas, y que, ante un cambio brusco como son las revoluciones que transforman todo de un momento a otro, quedan deshabilitados, raquíticos.
No entienden que padecen de raquitismo intelectual, que los convierte en deshabilitados políticamente para las élites a las que han servido. Hacen esfuerzos infructuosos e ineficaces para revertir todo, pero no se quieren dar cuenta de la realidad y mienten a los poderosos. Ahí, todo es apariencia y la mentira todavía les funciona, en ese mundo normalizado para del que ellos han sido una pieza fundamental pero que ya no existe. Los poderosos, muchos de ellos hacen una lectura distinta, y entienden que ya no son útiles los antiguos creadores de valores, que los que les servían perdieron el músculo, que son unos intelectuales raquíticos, ahí está el caso de Slim.
La cura que se recomiendan los abuelos a los que padecen de raquitismo, es que las personas que carecen de vitamina D, es el salir a tomar el sol con el fin de que los rayos del astro rey pueda proveerlos, de manera natural, de esa sustancia. Por supuesto que se debe evitar el salir de manera forzada, con mentiras, a tomar el sol, debe existir una apertura mental a la recepción de los rayos del sol. El sol y los rayos solares, lo interpretamos, de manera copernicana, revolucionaria: el centro de nuestro universo ya no es la tierra sino el astro rey: el sol. El centro del sistema político, económico y cultural ya no es el PRI y el PAN. Ambos fueron enviados a la periferia.
Para combatir el raquitismo es muy importante entender el pensamiento copernicano heliocéntrico: la historia no es lineal y vive comúnmente transformaciones como es el caso de México. El centro del sistema político mexicano es Morena y sus aliados. Y esto cambió porque no fueron atendidas las anomalías por los intelectuales porque padecen de raquitismo. No hicieron una correcta lectura de las anomalías que afectaron al modelo sustentado en el PRI y el PAN. No se les da pensar en las revoluciones, el raquitismo los lleva crear, como dice Lorenzo Meyer, demonios que viven el Palacio de Gobierno.
Como ocurrió con los científicos e intelectuales que en el siglo XVI que no lograron comprender la revolución copernicana, heliocéntrica, los científicos e intelectuales de aquella época dejaron de cumplir la función de defender el modelo al que servían, aunque lo defendían, pero sin eficacia. Si Arnoldo Kraus, Ángeles Mastretta, Denise Dresser, Eduardo Lizalde, Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Héctor de Mauleón, Homero Aridjis, Jacqueline Peschard, Jean Meyer, León Krauze, Luis Rubio, María Amparo Casar, por citar algunos, dicen que existe inequidad en los medios de comunicación para la oposición y su candidata, es que, al igual que hace 500 años, perdieron la eficacia.
No es recomendable al intelectual nutrirse de la profundidad de los instintos, cuando éstos se encuentran atrofiados por la necesidad de vivir de manera artificial, como podría ser el conservadurismo no en el sentido político sino en el sentido de preservar la vida. Los instintos son malos consejeros, es la manera en que una variante de cómo se presenta el raquitismo intelectual. Este raquitismo lleva a un pensamiento aristocrático que es una variante de la falta de proveerse del rey de nuestro sistema solar y de sus rayos activadores del intelecto. El dinero y la vida acomodaticia es parte del raquitismo.
¿A dónde conduce el pensamiento aristocrático como una manifestación del raquitismo intelectual de los pensadores de derecha en México? Generalmente, lleva al delirio emocional. ¿Cómo es posible que no miren las desigualdades sociales que generó el gobierno del PRI y el PAN? ¿Cómo es posible que defiendan a una mujer que es la candidata, Xóchitl Gálvez, de la coalición de esos partidos, que no tiene la más mínima experiencia para afrontar una campaña electoral presidencial y que bajará los niveles de aceptación que tradicionalmente poseían? ¿No miran sus constantes dislates y errores cotidianos que, creo, no cometería cualquier otro candidato con una mínima formación política?
El intelectual raquítico vive de la mentira para ajustar el pasado que ya se fue a su presente… No entiende que existe sucesos que barren con todo el pasado y que puede también, en su potencia, barrerlos a ellos.