La burguesía regiomontana está probando fórmulas que le permitan posicionarse ante el proceso de cambio que plantea la Cuarta Transformación y su propio debacle como empresarios cuyo modelo se ha resquebrajado socialmente tanto en Nuevo León. Samuel García es parte de ese juego, es un muñeco con el que intentan resistirse al tsunami obradorista. Samuel García es una apuesta que verán hasta dónde pueden llegar con ella, pero cuyo horizonte no apunta muy lejos. Al tiempo.
La burguesía local se quedó sola ante la ola morenista y está angustiada.
El PAN, el partido al que apostaron durante las últimas décadas sobre todo durante el periodo neoliberal, fue poco a poco desechado luego de la experiencia vivida. Sus principales líderes se vendieron al poder: ante la frivolidad de Fox y la lanzada calderonista por la guerra contra el narcotráfico que puso a Nuevo León en vilo, parece que no quedaron tan satisfechos de continuar experimentando con el “azul”.
Los principales líderes panistas fueron “comidos” por el poder y quedaron como unos vulgares negociadores tipo Diego Fernández de Cevallos. El PRI ya no se diga, el gran perdedor del proceso electoral de 2021 prácticamente está siendo pulverizado por el voto de los ciudadanos. La continuidad de un gobierno del PRI en el poder local ya no fue garantía de nada. Saben que un nuevo gobierno del PRI lo único que garantizaba era el crecimiento del encono y una mayor inclinación de la población hacia la izquierda nacionalista que representa Morena.
La burguesía se “asustó” porque la Cuarta Transformación podía llegar a gobernar su propia casa, Nuevo León.
La candidatura de Tatiana Clouthier puso a temblar a los empresarios locales ante la eventualidad de que pudiera ser postulada por Morena y arrasara en las elecciones locales precisamente en los comicios que acaban de celebrarse en estos días. Las élites locales presionaron. Tatiana fue sustituida por la priísta Clara Luz quien no figuró. De inmediato reconoció el triunfo de Samuel García, en una clara muestra de a qué poderes respondía su candidatura.
Como decíamos, no es la primera ocasión que el Gobierno federal entra en pleito con los empresarios de Nuevo León y a la inversa. Eso ya ha ocurrido varias ocasiones, pero nunca se había llegado al punto de que la corriente cuya historia sin duda es el nacionalismo, pero también tiene una historia ligada a una izquierda tanto reformista como radical por sus métodos de lucha. Aunque de estos últimos nomás los recuerdos quedan como dice la canción, los industriales del norte no ven con buenos ojos que los gobierne una corriente hacia la que sienten “repulsa”.
Los empresarios regios son porfiristas y están educados en un tipo de visión del mundo de las más tradicionales y conservadoras.
Formaron una élite en la que casan entre ellos para evitar que la riqueza familiar se desplace hacia otras familias fuera de Nuevo León, aunque en los últimos tiempos han tenido que ceder al modelo financiero mundial compartiendo inversiones con capitalistas extranjeros, cosa que en el pasado no se veía que pudiera ocurrir.
Pero están metidos en serios problemas, aunque resultan evidentes los éxitos que han tenido al extender la influencia de los negocios hacia otras naciones. Bimbo, Oxxo y la industria cementera, son un claro ejemplo. Sin embargo, en general, el gran problema que viven es que a partir del final del siglo pasado, el ajuste que han tenido que hacer al tipo de práctica empresarial los ha llevado al debilitamiento de las bases que los hicieron unos empresarios modelo y del que provenía el prestigio que se habían ganado tanto en Nuevo León como el país.
Como empresarios del siglo XX y fortalecidos con el modelo de economía neoliberal, se han olvidado de los principios que anteriormente les habían proporcionado un prestigio innegable y el cual habían sabido explotar con propósitos políticos dentro de su estado. La idea del empresario que se preocupa por sus empleados, que invierte y crea empleos en su entidad, que se preocupa por el bienestar de las familias de sus empleados y trabajadores quedó atrás.
Sus empresas ya no se ubican necesariamente en Nuevo León ni los empleos que generan son para los trabajadores locales. El ajuste que han propiciado al plegarse a las políticas neoliberales ha impactado a los empleados de confianza de las empresas y, por supuesto, al resto de los trabajadores. La confrontación entre rayados y tigres poco a poco tiene un simbolismo más de un espíritu de fanaticada que de sustento real en los niveles de vida de la población y en razón del espíritu de un modelo empresarial que ya pertenece al pasado.
Ante el alud que representa el gobierno de la Cuarta Transformación algunos segmentos empresariales probaron con FRENA, pero luego del espectáculo las casas de campaña voladoras y el robo de dinero de su líder, Gilberto Lozano, mejor tomaron distancia. La imposibilidad de que empresarios con los que no se identifican como Claudio X. González porque repudian en el enriquecimiento a la sombra del poder, aunque algunos de ellos también han beneficiado de esa lógica, buscan otras opciones para resistir la embestida que no ven cómo detenerla.
Samuel García es una apuesta más que verán hasta donde llegan con ella, aunque es de entrada una mala apuesta a menos que tengan un “as” bajo la manga. Por el momento y ante las dificultades del modelo empresarial que ha perdido la “aureola” que les permitía una cierta influencia y poder en la población local, necesitan a un personaje que repita los antiguos valores y posturas políticas empresariales ante el tsunami. Y Samuel García lo ha hecho.
Doblada Tatiana y puesta Clara Luz como candidata florero de Morena, respaldado por los medios de comunicación de los empresarios norteños, como el periódico El Norte y Reforma y aprovechando las redes sociales, con una inversión que por mucho rebasó los topes de campaña (declarado por él que su familia invertiría 20 millones de pesos) Samuel García se presenta como el perfil que la burguesía local por el momento necesita: alguien que cargue con el discurso que perdió eficacia porque ellos ya no son los mismos.
Samuel, es el juguete de los empresarios, tendrá cuerda hasta que a los empresarios sirva. (apoyado con información de: Smith Pussetto, Cintia, García Vázquez, Nancy Janett, & Pérez Esparza, Jesús David. (2008). Análisis de la ideología empresarial regiomontana: Un acercamiento a partir del periódico El Norte. También con un texto de Mario Cerutti, sobre empresarios regios).