Ni te conozco. Otros le llaman así al fin de una lealtad que entre políticos nunca existe. Los intereses económicos y de poder cambian todo, así como la forma de vida hasta las relaciones personales y de amistad.
“Ya es tiempo de desconocerlo (a)” según sea el caso, suelen decir quienes aspiran a suceder en el cargo público a sus amigos y promotores políticos.
Eso sí, el deslinde ayuda, genera adeptos, solo que pone al descubierto las verdaderas ambiciones de las personas. Tampoco es para espantarse, se llama condición humana. Cada que cambia el gobierno es la hora de las traiciones, deslealtades y “puñaladas traperas” .
Pero tampoco es sólo de parte de los aspirantes a gobernar, sino los mandatarios en turno. No es de igual a igual como deben ser las luchas, pero casi es lo mismo o, quiza, más cruel.
Eso sucede al presidente Andrés Manuel López Obrador en el tema de la sucesión y, aunque por su mente vive con la idea (aunque legalmente no puede) de seguir en el cargo, no concilia el sueño porque su “corazón político” está dividido en dos partes.
1.-En su incondicional Claudia Sheinbaum, quien por muy estudiosa que sea, es capaz de “ponerse de tapate” con tal de lograr su cometido.
Explico: cuando el tabasqueño se ungió, por sus pantalones, como presidente legítimo, ella aceptó ser “secretaria de Estado imaginaria”. también solapó que su entonces cónyuge Carlos Imaz Gispert, con quien procreó una hija, recibiera fajos de dinero del empresario Carlos Ahumada y no nos diga que no se benefició de ello.
2.-En su compadre y amigo de toda la vida: Adán Augusto López, quien ha caminado de su mano política. Se está convirtiendo en el favorito. Es un personaje más que gris pero hoy ocupa el segundo cargo político más importante del país.
Pero López Obrador tiene mayores problemas.
A. -EL INTELIGENTE Y HÁBIL. El senador Ricardo Monreal, especialista en desafiar al poder, será el “coco” de la sucesión y no sólo preocupa sino que ocupa al inquilino de Los Pinos. Puede ser la gran sorpresa. No se anda por las ramas, ya descalificó la anunciada encuesta amañada de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) para elegir al abanderado presidencial.
B. - EL QUE CREE QUE LO MERECE. Marcelo Ebrard. López Obrador ha sido usado perversamente y claro que López lo ha apoyado. Gracias a él, vía Manuel Camacho Solis (+) ha tenido mucha información sobre los movimientos del expresidente Carlos Salinas de Gortari, el llamado “jefe de la mafia”. El todavía canciller es un traidor.
EL “BOCÓN”. José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña. Un merolico, bufón, provocador, mentiroso y vividor de la política que ya despotricó contra su jefe que lo “sacó” de la contienda y se molestó (y qué vergüenza ), que despectivamente no lo llamó “corcholata”. ¡A eso aspiraba? El de izquierda que vive la vida en Estados Unidos de América.
Cómo estarán las cosas que, fuera de sus casillas, el apodado “changoleón” y no lo llaman así para decirle indigente, sino por el gran parecido con el personaje que un cómico de Televisa creó, sostuvo que su “compañero presidente”, estaba peor de excluyente que el Instituto Nacional Electoral.
A López Obrador se le desmorona el poder en las manos. Morena es como el otrora poderoso PRI, pero más barato, fácil de manejar. Todo lo quiere resolver con becas y despensas. Al “pueblo”, pan y circo.
En Tlaxcala, la sucesión gubernamental ha sido lo mismo. Cada quien lleva agua a su molino. Y sostengo lo que digo: A Beatriz Paredes le impusieron a José Antonio Álvarez Lima, a él a Joaquín Cisneros Fernández, pero no ganó; el triunfador Alfonso Sánchez Anaya quiso que su cónyuge María del Carmen Ramírez fuera su sucesora y no lo logró, ganó Héctor Ortiz y él pretendió que su amigo Julián Velazquez Llorente fuera quien lo sucediera en el cargo solo que, desde Los Pinos, decidieron que fuera Adriana Dávila Fernández, no pudo y el triunfo fue para Mariano González Zarur, él primero pensó en Ricardo García Portilla, pero después creyó que Marcó Antonio Mena sería más manipulable. Se equivocó.
Quiso quedar bien con los Cisneros, pero ganaron los intereses. Con el triunfo en las manos, Mena hizo alianzas con Héctor Ortiz, el gran enemigo del ganadero y, el hermano Fabricio, ahora diputado local y familiar político de la Gobernadora Lorena Cuellar Cisneros, siempre protegido para manejar las finanzas del Congreso local, ni siquiera respeta a Anabell Avalos, líderesa del partido que lo postuló, el PRI.
La sucesión ya comenzó en Tlaxcala Lorena Cuellar todavía no decide quien sería su “carta fuerte”, si Carlos Augusto Pérez, líder estatal de Morena u Homero Meneses, titular de la Secretaría de Educación Pública del Estado. Eso sí, cada quien ya juega por su lado. Al tiempo.