Tras la derrota de Joaquín Cisneros Fernández en la gubernatura de Tlaxcala, ante el perredista, ahora “morenista”, Alfonso Sánchez Anaya, el fallecido político Joel Molina Ramírez, entonces líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI), reunió a la clase política de ese instituto -derrotado tras 70 años de estar en el poder-, y sostuvo públicamente que la militancia estaba desbalagada.
Y como dirigente de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) seguía pensando lo mismo aunque, claro, no lo expresaba abiertamente, solo en corto.
Lo cierto es que ahora en Tlaxcala los “morenistas” andan desbalagados. No saben con quién jugar, esto resultado de que su líder mayor, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sigue teniendo dudas de su “corcholata” favorita, Claudia Sheinbaum.
Por cierto, mal comentario, es decir, el apodo, de quien debería tener respeto por las personas. Él por ejemplo, se molestó cuando lo llamaron el “cacas” por aquella frase fuera de lugar de “fuchi caca” y también de una mujer, en la marcha de la defensa del Instituto Nacional de Elecciones, que lo llamó indio “pata rajada”. esto porque apareció en huaraches en su rancho. ¡Ah,! pero eso, sí llamó “comandante borolas” a Felipe Calderón Hinojosa, su antecesor, porque en su visita a las oficinas de la Secretaría de la Defensa Nacional portó un uniforme de cinco estrellas, era en ese momento el jefe en mando de las fuerzas armadas, más que un general, solo que no era su talla.
La confusión entre los “morenistas” es que ahora también juega con su “hermano”, como llama a Adán Augusto López y con su gran amigo Marcelo Ebrard. Sus planes B y C. Luego entonces, los “fieles” seguidores no saben con precisión con quién jugarse los puestos o su permanencia en el gobierno.
Explico: Homero Meneses, actual titular de la Secretaría de Educación Pública del estado, uno de los aspirantes a suceder en el cargo a Lorena Cuellar Cisneros, publicó en su muro oficial de Facebook una fotografía con Gerardo Fernández Noroña, el mayor crítico del “compañero” López Obrador.
En la entidad opera, en forma discreta, una consultoría a favor de Sheinbaum, pero no tiene contacto con el gobierno estatal porque la titular del Ejecutivo tiene su propio equipo político encabezado por el poblano Víctor Cánovas.
Hay otro grupo desde el ayuntamiento de Tlaxcala qué impulsa a cualquier hora del día las aspiraciones de Adán Augusto López. Estas personas están ligadas al alcalde Jorge Corichi, quien quiere ser diputado o Senador y también tienen vínculos en la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
El senador con licencia, Ricardo Monreal, tiene el respaldo en Tlaxcala de Eduardo Medel Quiroz, exprocurador General de Justicia. Están formando un equipo fuerte.
El tema es que la mayoría juega sus canicas sin estrategia por las indecisiones de López Obrador. Si no hay orden habrá una gran ruptura en el partido qué literalmente controla al país.
Lo que siempre he sostenido. López Obrador es “amo y señor” de los enconos. Sí, en Tlaxcala su simpatía es más que firme. No ha perdido una sola elección así que muy seguramente de Morena será el próximo gobernador (a) y en este momento los tiradores fuertes son Carlos Augusto Pérez y Homero Meneses.
El problema es que muy al estilo de López Obrador, viven en las redes sociales y expuestos a dos cosas: a la simpatía o hartazgo de las personas.
Mientras tanto, del lado opositor, no hay figuras qué puedan hacer frente a Morena. Las mujeres más visibles son Anabell Ávalos Zempoalteca por el PRI y Míriam Martínez del Partido Acción Nacional.
Eso sí, no andan en proselitismo, pero saben que tienen probabilidades si mantienen la unidad en los institutos políticos que manejan.
Lo que es evidente es que los partidos opositores a Morena no han logrado diseñar una estrategia para frenarlo. Si no lo hacen a tiempo, el nuevo PRI, con bandera opositora, renacerá y será invencible. Al tiempo.