/ lunes 8 de julio de 2024

Tlaxcala avanza en la lucha contra el hambre

Uno de los mayores problemas a escala global es el hambre. Cada año, mientras la población humana aumenta, el hambre permanece en distintas escalas en el mundo, debido a factores diversos que van desde la escasez de alimentos o el costo de la comida, hasta los conflictos armados o la inestabilidad política. Y en cada uno de ellos, sin duda, se hace patente la importancia de la responsabilidad pública y social de los gobiernos, quienes están llamado a lograr avances en la lucha contra el hambre.

Las investigaciones en torno a este problema indican que es posible hacerle frente con estrategias que, además de aplicar los conocimientos disponibles, involucren a los diversos sectores de la sociedad. Se habla, por ejemplo, de hacer más eficiente el sector agropecuario y de centrar esfuerzos en las zonas rurales, de generar una cultura de autoabastecimiento y de reducir los residuos alimentarios, y de hacer alianzas con organizaciones sociales, de cara a lucha contra el hambre.

Por ello, llama la atención la labor encabezada por la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros ante este importante desafío, particularmente, el inicio en la entidad del Programa Social de Rescate Alimentario (PROSORA), el cual, en combinación con el Programa Empleo Temporal, plantea un esquema factible para combatir la carencia alimentaria.

Se trata del acopio de 200 toneladas de alimentos, con la participación 225 jornaleros para la recuperación de víveres en el campo y 25 voluntarios para empaquetado y armado de despensas, bajo la coordinación de la Secretaría de Bienestar estatal y la colaboración del Banco de Alimentos de Puebla.

Con estas acciones, Tlaxcala busca reducir el desperdicio de alimentos mediante el acopio de alimentos perecederos de calidad, a través de empleos temporales para jornaleros tlaxcaltecas, a fin de que este aprovechamiento llegue a la mesa de quienes más lo necesitan.

Se estima que, globalmente, el 37 por ciento de alimentos que se producen se pierden, principalmente, las frutas y las hortalizas, seguidas de los productos avícolas y cárnicos, y de los lácteos y las legumbres, de ahí la relevancia del trabajo conjunto entre las autoridades estatales, los beneficiarios del empleo temporal y el Banco de Alimentos Caritas.

Mediante el PROSORA, se espera la captación de alimentos aprovechables y nutritivos para hogares de muy bajos ingresos, y el pago de jornales de trabajo temporal que ofrecerán una fuente de ingresos a familias campesinas. Con esta mano de obra, los alimentos formarán parte de paquetes alimentarios que se entregarán cada semana en Tlaxcala, y cada jornalero podrá acceder a una cantidad de hasta 12 mil pesos brutos por 10 semanas de trabajo que recibirán en una tarjeta.

Hasta ahora, no hubo en Tlaxcala un gobierno estatal que implementara diversos programas para enfrentar el hambre, a pesar de ser uno de los objetivos prioritarios de la Agenda 2030 de la ONU. Sin embargo, en un hecho histórico, la administración a cargo de Lorena Cuéllar posibilitó que la entidad se ubicara en el segundo lugar nacional con el mayor acceso a la alimentación nutritiva y de calidad, especialmente, por los programas y las acciones desplegados por la Secretaría de Bienestar estatal, creada en este gobierno, y el Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia.

La evidencia es contundente. De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), Tlaxcala ha avanzado en el combate al hambre al reducir de 39 por ciento a 22.7 por ciento la población en esta condición. Por lo tanto, es congruente esperar que la población en pobreza alimentaria se beneficie de este esquema estratégico de apoyo, que es bueno, justo y necesario para cerrar la brecha de desigualdad mediante políticas que mejoran la seguridad alimentaria de la población.