Estimados tlaxcaltecas, los saluda su amigo Joel Molina Ramírez La situación de las niñas, niños y adolescentes con discapacidad es un tema que debe ocuparnos a todos.
Representa un grupo de la población mayormente vulnerable, y por ello requiere especial atención.
Los resultados de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2018 indican que, en estos menores, actividades como aprender, recordar o concentrarse (40.1%), ver (32.6%) y hablar o comunicarse (30.2%) son las de mayor prevalencia de discapacidad, aunque también se encuentran las relacionadas con escuchar (11.3%) o realizar actividades motrices, como mover o usar brazos o manos (10.9%).
Además, 13 de cada 100 niñas, niños y adolescentes con discapacidad no cuentan con afiliación a una institución de servicios de salud.
Esta situación nos muestra que, como sociedad, tenemos importantes retos que enfrentar para garantizar la dignidad y el respeto a los derechos de las niñas, niños y adolescentes, especialmente, quienes sufren una discapacidad.
Por encima de diferencias de pensamiento, cultura o educación, tenemos que visibilizarlos, al igual que sus desafíos, para integrar iniciativas y plantear proyectos que mejoren su calidad de vida y las de sus familias.
Reconocemos la lucha que todos los días hacen los hogares que tienen algún integrante con discapacidad, y les manifestamos nuestra solidaridad y apoyo.
Entendemos que se requieren políticas públicas transversales, en las que participen todas las dependencias involucradas con programas específicos que respondan a sus necesidades en materia de salud, educación, trasporte, infraestructura y servicios, entre otros.
Por eso, necesitamos trabajar mucho más fuerte y con más compromiso para lograr entornos de inclusión y oportunidad para su desarrollo. Y esto significa ir más allá de eliminar las barreras físicas: tenemos que abatir las barreras culturales que limitan su bienestar.
Estimados amigos: Nuestro compromiso con la sociedad es amplio, y por eso estamos recogiendo la voz de todos los sectores que demandan atención.
En lugar de dividir y excluir, queremos aprovechar la riqueza de la diversidad para generar oportunidades de crecimiento y beneficio para todos.
La discapacidad es un tema de todos, de mujeres y hombres, de jóvenes y adultos, que formamos parte de la sociedad, por eso es fundamental enfrentar la discriminación y la exclusión, las ideas de rechazo, hacia quienes merecen todo nuestro respeto y respaldo.
Recientemente, el Senado de la República, exhortamos a los gobiernos de las 32 entidades federativas a que salvaguarden los derechos humanos de las personas con discapacidad, y que impulsen campañas de sensibilización sobre el respeto a los derechos humanos de este sector, a fin de hacer conciencia sobre su problemática.
Es lamentable, pero las políticas relativas a la atención de personas con discapacidad son insuficientes, y carecen de una perspectiva de inclusión.
Es indispensable visibilizar el significado de la discapacidad y generar un cambio en los distintos ámbitos para lograr esa inclusión en igualdad de condiciones que asegure la participación efectiva y equitativa de las personas con discapacidad en nuestra sociedad.
Muchas gracias por su atención. Hasta la próxima entrega.