Aimee Matamoros Domínguez es una bailarina de ballet y danza contemporánea originaria de Apizaco empezó en este mundo musical muy niña, cuando su mamá la inscribió en una escuela de ballet y aunque no le gustaba terminó enamorándose de este ritmo.
La bella bailarina tiene 22 años de edad y tiene una hija de ocho años; sin embargo, no heredó el amor al ballet pero sí a otros ritmos.
-Háblanos sobre ti, ¿cuándo empezaste en el mundo del ballet?
Cuando era muy pequeña, debía de tener cuatro o cinco años de edad cuando mi mamá me inscribió a una escuela muy pequeña de ballet clásico y danza española. No sabía nada sobre música, baile… pero pasé por delante de la escuela y fue un flechazo.
Después, a los 16 años ya tenía mi academia de baile, directamente me inicie como profesional con el contemporáneo. He tenido la suerte de trabajar en cosas muy diferentes y siempre he tenido la capacidad de adaptarme a cada uno de ellos, creo es importante ser como un camaleón en esta profesión.
-¿Qué sueles enseñar en tus clases de ballet?
De inicio suelo enseñar los principios básicos: principales movimientos corporales, así como mucha respiración y preparación física. Es muy importante trabajar en suelo la tonificación muscular inicial, hay que introducir al alumno en las pautas del movimiento y la respiración, e iniciarlo en su propia búsqueda personal.
También en este baile es necesario trabajar mucho la memoria y la memoria muscular a través de la repetición, hasta que un movimiento no sea robótico. En este baile, aunque parezca que hagamos los mismos movimientos o utilizamos la misma técnica, cada uno tiene que sacar y descubrir su propio estilo.
-¿Por qué MOTIVO recomendarías practicar ballet?
Bailar te libera, te pone en forma. Además, permite comunicarte y expresarte. A la gente le gusta bailar, después de todo el cuerpo, esta hecho para moverse, aprender técnicas distintas, mejorar físicamente, ponerse a pruebas en otras áreas.
En el baile es necesario trabajar mucho la memoria muscular a través de la repetición, para que los movimientos no seas robóticos, afirma Aimee.
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