Un 17 de diciembre de 1926, nació en Huamantla José Hernández Castillo, promotor de la cultura, alcalde y artista. “Cheché”, como lo conoce la mayoría, goza de plena salud para tocar las campanas y llamar a la feligresía en días festivos, sube 75 escalones hasta la torre de la basílica de Nuestra Señora de la Caridad.
Un hombre que con apenas estudios de secundaria, a los 20 años, alcanzó el grado de Sargento en el Ejército Mexicano donde le impusieron la medalla de honor.
Además, fue camillero de la Cruz Roja Mexicana durante 45 años, comandante, delegado estatal y Consejero Nacional de la Benemérita institución.
Fue presidente municipal de Huamantla para el periodo 1989-1991, desde hace cuatro décadas es cronista del Pueblo Mágico.
Durante su longeva vida, aprendió historia, geografía, artes y oficios como la herrería, que heredó de su padre.
Durante 57 años fue voluntario de la Cruz Roja Mexicana y benefactor del Club de Leones Internacional.
En su casa, ubicada en Allende tiene más de 200 reconocimientos, medallas y nombramientos de su trabajo como benefactor, alcalde y cronista.
Desde los 20 años al recibir la medalla de honor como Sargento, hasta 2019 cuando el Congreso local le entregó la medalla por los 500 años del encuentro de dos culturas.
“Cheché” gusta del billar, del buen tequila, es amante de la tauromaquia y de los títeres. Su información la maneja al día en su cuenta de Facebook.
-Don José, muchas felicidades ¿Cómo está su salud?
-Más o menos, ya no es lo mismo que antes, pero tampoco me quejo, seguimos encerrados y cuidándonos de la enfermedad del virus.
-Muchos muertos ha dejado el nuevo Coronavirus ¿cómo se cuida?
-Con la receta de la abuela, se extrae el jugo de la penca de maguey pinto, lo mezclo con cuatecomate, eucalipto, gordolobo, higo, piloncillo y miel de abeja, una onza cada tercer dia.
El cronista que labora en la actual administración, tiene un taller de herrería en el que rotula cruces de acero en memoria de los huamantlecos fallecidos por la Covid-19.
-¿Por qué le dicen “Cheché”?
-Cuando fui acólito durante 10 años, un sacerdote me empezó a decir “Cheché”, en lugar de José.
-A su edad pocos se dan el lujo de moverse en redes sociales ¿qué dice?
-He vivido desde el blanco y negro hasta el color en la televisión y la prensa, fui militar durante la Segunda Guerra Mundial; presencié la primera vez que el hombre fue a la luna y hasta la pandemia, ahora en redes sociales, mis hijos diseñan, pero las ideas son mías.
-Para usted ¿qué significa servir?
-A eso venimos al mundo, sirvo a mi gente desde que tenía 18 años en el Ejército Mexicano, como camillero en Cruz Roja 45 años, como alcalde y como cronista desde hace algún tiempo.
Rememora que cuando fue presidente municipal de 1989-199, trabajó de cerca con la población y con limitados recursos lograron obra pública.
Explica que la petición de la población del sur de Huamantla fue la construcción de un puente y de la carretera. “La gente quería un puente, pero construimos el bulevar Cuamanco con nueve puentes”.
Dice que apoyaron la creación de escuelas públicas como la telesecundaria David Silva Ramos. “A don Antonio Silva le secuestraron a uno de sus hijos que estudiaba en Puebla y aunque pagaron el rescate, nunca se supo de él, por eso la escuela lleva su nombre”, expresa.
Agrega que con el apoyo de la entonces gobernadora de Tlaxcala, Beatriz Paredes Rangel, crearon nuevas presidencias de comunidad y rehabilitaron templos.
No obstante, aclara que antes había -en los proyectos de Gobierno- participación de civiles a través de la faena comunitaria.
-¿Cómo le fue al mostrar al mundo los tapetes de aserrín de Huamantla?
-Tengo la fortuna de haber saludado a la reina Sofía y a los papas Juan Pablo II y Francisco en Roma y en México.
Explica que su extinta hermana Carolina bordó una mitra con los escudos de Huamantla y Tlaxcala que obsequió al papa Juan Pablo II.
Afirma que fue durante la segunda visita del papa a México, me acompañaron los maestros Antonio Mena Montealegre y Desiderio Hernández Xochitiotzi… a su Santidad le expliqué qué contenía la mitra”.
Como hombre de trabajo se ha ganado la dicha de conocer a los presidentes Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán Valdés, Miguel de la Madrid Hurtado, Vicente Fox Quesada, Ernesto Zedillo Ponce de León, Carlos Salinas de Gortari, Andrés Manuel López Obrador y los gobernadores de Tlaxcala de los últimos 60 años.
“Con Carlos Salinas y Beatriz Paredes caminamos por las calles vistosas de Huamantla un 14 de agosto… Miguel Ávila me impuso una medalla de honor como sargento”, rememora.
Ahora, “Cheché”, sigue siendo el pilar de su familia, que ha sabido vencer a la pandemia del nuevo Coronavirus.
SU ÁRBOL FAMILIAR
José Hernández es nieto de don Manuel Hernández Bocardo y don José María Castillo, hijo de: Manuel Hernández Farfán y Elvira Castillo Díaz, matrimonio que procreó cuatro hijos: Manuel, Carolina, José y Alfonso. Se casó con doña Rosario Torres Millán, con quien tiene seis hijos: Manuel, Enriqueta, Jorge, Laura, Benjamín y Fernando. Además, 16 nietos y cinco bisnietos.
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